Así es el emotivo anuncio de la Lotería de Navidad

¿Te gusta la canción del anuncio de Lotería? Se llama 'Nuvole Bianche' y es de Ludovico Einaudi

Justino, vigilante nocturno en una fábrica de maniquíes, se quedará sin su décimo de Navidad. Pero serán sus compañeros de trabajo quienes adquieran para este simpático, regordete y solidario personaje el décimo que resultará premiado con el Gordo. En esencia, es un argumento muy semejante a la exitosa campaña del 'Bar Antonio' de la campaña pasada, pero sin actores y con un nutrido reparto de personajes de animación y lágrimas digitales en vez de reales. Es una producción de 'Blur filmes', una productora española que ha contado con para la animación con un equipo de directores suecos que firman bajo el nombre de Against all ods.

"El mayor premio es compartirlo", es el lema de esta ambiciosa campaña publicitaria basada, según los responsables de Loterías, "en la solidaridad que muestra lo mejor de las personas". Es "otra historia conmovedora" según Juan García Escudero, responsable de Leo & Burnett, la misma firma publicitaria que realizó la campaña del pasado año.

También es novedad en esta ocasión la activa presencia de esta campaña en las redes sociales. Bajo el título de 'Fábrica de Maniquíes El Pilar', contará con su propio perfil de Facebook y se podrán seguir las noches de Justino en tiempo real a a través de su cuenta de Instagram @justino_vigilante.

Con la presentación de esta campaña publicitaria se inicia la cuenta atrás para el sorteo de Navidad, "el más importante del mundo", según la directora de Loterías y apuestas del Estado, Inmaculada García Martínez. El próximo 22 de diciembre el sorteo, que se celebrara un año más en el Teatro real de Madrid, repartirá 2.240 millones de euros en premios. El primer premio, el popular Gordo, repartirá un total de 640 millones de euros, 400.000 por serie. El segundo repartirá a un total de 200 millones de euros, 1.250.000 por serie, y el tercer premio 80 millones de euros, 500.000 por serie.

El esperado 'spot' está protagonizado por Justino, un guardia de seguridad en una fábrica de maniquíes. Al trabajar en el turno de noche nunca coincide con sus colegas de trabajo, pero irónicamente pasa sus noches rodeado de figuras humanas. Su soledad y sus ganas de compartir le llevan primero a interactuar con los propios maniquíes, y más tarde a comunicarse a través de ellos con sus compañeros del turno de mañana. En su afán por hacer cosas por los demás, Justino se llegará a olvidar de sí mismo pero el destino querrá que sus compañeros no se olviden de él.