Mala hasta en casa
A la «narcisista» Joan Collins le «abrumaba» la maternidad. «No recuerdo a mi madre abrazándome», le reprocha uno de sus hijos en un libro, un folletín al más puro estilo ‘Dinastía’
ester requena
Viernes, 13 de marzo 2015, 10:20
Preparar el papel de la malísima Alexis Carrington de Dinastía no le debió costar demasiado. Era el mismo que Joan Collins (Londres, 1933) interpretaba en ... casa con sus hijos: una mujer triunfadora, controladora, una seductora devoradora de hombres que solo hacía caso a los niños cuando tenía que vender la imagen familiar en alguna sesión de fotos. Oeso al menos deja entrever Sacha Newley, el hijo pintor de la actriz, que ahora, a sus 49 años, ventila los trapos sucios de su infancia para hablar de su «despegada» madre en un libro que pronto verá la luz, Hollywood Child.
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«No era un monstruo, era una narcisista», resume, lleno de rencor y con los derechos de la obra vendidos ya para una futura película. Collins, que en mayo cumplirá 82 años, sale bastante mal parada en el retrato que le ha hecho su vástago, que pese a todo la quiere «más» de lo que merece. Su relato podría convertirse en los próximos meses en un folletín al estilo Dinastía. Con interminables capítulos, como el dedicado a su niñera, Sue Delong, que los cuidaba a base de castigos «sadomasoquistas» y que años después terminó suicidándose. Para darle aún más morbo al asunto, Sacha detalla que llegó a sentir hasta una «gratificación sexual» por cómo le trataba. Fue la única que le ofreció algo similar al cariño durante su infancia. Ella y su hermana Tara, dos años mayor.
Pero el protagonismo absoluto de la historia es de la diva. «No recuerdo a mi madre abrazándome, lo que no significa que no ocurriera». Y continúa lanzando dardos envenenados: la maternidad le «abrumaba» y por eso decidió «casi» abandonarles, aunque Joan Collins costeaba su lujosa infancia a caballo entre Los Ángeles y Londres. Ante sus constantes ausencias, ella siempre repetía lo mismo: tenía que trabajar para mantener aquel ritmo de vida porque su padre les pasaba una pensión irrisoria. El segundo marido de la intérprete, el músico Anthony Newley, que falleció en 1999, se desentendió de ellos cuando Sacha tenía 5 años. A pesar de eso, le define como un genio musical, «el tercero de la santa trinidad de Sinatra y Sammy Davis», aunque más dado a entregarse a líos de faldas que a su carrera.
Collins tampoco se quedó atrás en asuntos de pantalones, como pone de manifiesto su currículum sentimental. Sumaba papeles... y matrimonios. Con su tercer enlace llegó una hija más en los años 70, Katyana Kennedy Kass, pero eso no cambió sus prioridades. «Solo aspiraba a que mi madre me quisiese. Me hubiera gustado tener una relación con ella porque la encontraba arrolladora y deslumbrante. Ella me nutría de la manera que una musa lo hace a un artista, es decir, a distancia».
El abuelo, «un glaciar»
Esta especie de venganza sobre el papel ha servido a Sacha de terapia para superar los traumas que arrastra desde niño. El libro es también un ejercicio de psicoanálisis a su «narcisista» madre y pretende arrojar algo de luz sobre por qué Joan Collins se llegó a mimetizar hasta tal punto con la villana más famosa de la televisión, con permiso de Angela Channing (Falcon Crest). «Mi madre no recibió mucho afecto de su padre, que era un glaciar. No tuvo calor físico y eso es una cosa que una chica necesita», le concede su hijo.
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Por el momento, la actriz no le ha desautorizado. Aunque está claro que tiene una visión muy distinta de lo que ocurrió: hace unos meses aseguraba que no necesita cocinero en casa porque ella había criado a tres niños y había pasado muchas horas entre fogones. «Hago unos espectaculares espaguetis a la boloñesa», presumía delante de su quinto marido, Percy Gibson.
Tara, la hermana mayor, aún no se ha posicionado en esta guerra familiar, aunque siempre ha reconocido que tener como madre a una estrella «ha sido difícil». Ella y su hermano no se «reconciliaron» con la actriz hasta hace unos años, aunque a partir de ahora... Tara, en todo caso, perdona más fácilmente. Casi ha olvidado que cuando tenía 14 años apenas la preguntaba por los estudios y que solo la preocupara que la niña se sometiera a una rinoplastia que finalmente no se hizo.
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El culebrón iniciado por Sacha no parece que vaya a tener final feliz. El pintor, visto la que se ha montado, ha reculado un poco y dice que se han magnificado sus palabras. Pero esto promete convertirse en la continuación de Dinastía. En un episodio de la serie Alexis Carrington lleva a su hijo a los tribunales. Está por ver si Joan Collins, en la vida real, lo hará también.
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