Los salarios se desploman un 9,4% por la parálisis de la economía y los ERTE

Concretamente, el coste laboral de las empresas (que comprende tanto las remuneraciones como las cotizaciones sociales y otros gastos) se situó en el segundo trimestre de 2020 en 2.442,91 euros por trabajador y mes, lo que supone casi 130 euros que el trimestre anterior y 221 euros por debajo de lo que se pagaba un año atrás.

No obstante, cabe destacar que se trata de una estadística que está distorsionada a consecuencia del coronavirus. Y es que este fuerte descenso se debe, fundamentalmente, a la situación sobrevenida con la declaración del estado de alarma, que suspendió de forma temporal diversas actividades económicas, especialmente durante los meses de abril y mayo, tal y como explica el INE en su nota de prensa. Esto provocó que en abril llegara a haber 3,4 millones de trabajadores afectados por un ERTE, trabajadores que siguen perteneciendo a la plantilla de sus empresas, pero no son remunerados con salarios sino con prestaciones aportadas directamente por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Es decir, las empresas dejaron de pagar el salario de estos empleados (aunque en ocasiones lo complementaron) y, además, fueron exoneradas de pagar la mayor parte de sus cotizaciones sociales.

Entre los elementos del coste laboral el mayor desplome lo sufren los salarios (que comprende todas las remuneraciones, tanto en metálico como en especie), que retrocedieron un 9,4% en el segundo trimestre hasta situarse en los 1.804,08 euros de media. Se trata de la mayor caída de la historia y supone 188 euros menos que en el mismo periodo de 2019.

Los otros costes (no salariales) experimentaron un retroceso algo menor, del 5%, y se situaron en los 638,83 euros. La mayor parte de esta cantidad corresponde a las cotizaciones sociales obligatorias: un total de 574,75 euros que pagan al mes de media las empresas por sus trabajadores, un 7,1% menos. El resto corresponde a indemnizaciones, prestaciones sociales...

El INE resalta el aumento del coste por los complementos de la incapacidad temporal, del desempleo parcial y de las otras prestaciones sociales directas, así como la disminución de las indemnizaciones por despido y de las otras percepciones no salariales (indemnizaciones por fin de contrato, pagos compensatorios, pequeño utillaje, ropa de trabajo, selección de personal, etc.).