Planta de Stellantis en Figueruelas. EFE

La industria del motor presiona por carta a Bruselas para acabar con la prohibición de coches de combustión en 2035

La patronal de los fabricantes consiguió a principios de año que la UE revisara la normativa de emisiones. El 12 de septiembre se reunirán

Miércoles, 27 de agosto 2025, 15:05

La industria automovilística europea se planta ante Bruselas. Los fabricantes y proveedores del sector han enviado una carta a la presidenta de la Comisión Europea, ... Ursula von der Leyen, en la que reclaman revisar los planes comunitarios de descarbonización y, en particular, la prohibición de la venta de vehículos de combustión prevista para 2035. El mensaje lo escuchará en persona el próximo 12 de septiembre, cuando los principales dirigentes de la patronal Acea (fabricantes) y de la asociación Clepa (proveedores de componentes) participen en el Diálogo Estratégico sobre el futuro de la automoción convocado por la Comisión.

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En la misiva, ambas organizaciones aseguran que los actuales objetivos climáticos de la UE «ya no son viables en el mundo de hoy». Alegan que el sector sufre una dependencia casi total de Asia en la cadena de valor de las baterías, una infraestructura de recarga insuficiente, costes de electricidad más altos que los de sus competidores y aranceles comerciales que lastran las exportaciones, como el 15 % que aplica Estados Unidos a los vehículos europeos. «Esto ha provocado que la cuota de mercado de los eléctricos de batería aún esté lejos de su objetivo», afirman.

Actualmente, los vehículos eléctricos de batería apenas representan un 15% del mercado comunitario de turismos, el porcentaje cae al 9% en furgonetas y apenas supone un 3,5% en camiones, cuotas insuficientes —afirman— para cumplir los compromisos de 2030 y 2035. No obstante, algunos mercados de la Unión Europea muestran señales de crecimiento. Es el caso del español que, a la espera de los datos de agosto, en julio disparó sus ventas de coches eléctricos un 89,6%, alcanzando ya el 7,8% del total del mercado. Aún así, advierten los fabricantes, muchos clientes se «muestran reacios a cambiar a sistemas de propulsión alternativos».

Por ello, el sector reclama una estrategia «más realista» que incluya subvenciones a la compra, menores costes de recarga, reducciones fiscales y ventajas de acceso urbano. También defienden que, aunque los vehículos eléctricos liderarán el cambio, debe haber espacio para híbridos enchufables, extensores de autonomía, motores de combustión interna altamente eficientes, hidrógeno y combustibles sostenibles.

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«Las sanciones y mandatos legales no bastan para impulsar la transición. Necesitamos un marco flexible, competitivo y orientado al mercado», subraya la carta firmada por Ola Källenius, presidente de Acea y CEO de Mercedes-Benz, y Matthias Zink, presidente de Clepa y directivo de Schaeffler.

Además, urgen a adelantar la revisión de los estándares de emisiones para camiones y autobuses —prevista para 2027—, al considerar que el transporte comercial requiere incentivos inmediatos para iniciar su transformación.

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Advertencia a la UE

El texto concluye con un aviso: sin políticas que refuercen la competitividad industrial, Europa corre el riesgo de «desmantelar su base productiva, perder empleos de calidad y ceder el liderazgo tecnológico a otras regiones».

Por su parte, la Comisión Europea mantiene de momento su compromiso con la eliminación de las ventas de turismos de combustión en 2035, en línea con el paquete climático Fit for 55, aunque se abre ahora un debate en el que la industria pide pragmatismo frente a la rigidez de los objetivos.

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La industria del automóvil comunitaria se enfrenta a un cambio de paradigma en plena incertidumbre económica y geopolítica, que ya ha dejado huella en los resultados semestrales de los grandes fabricantes europeos. Las compañías registraron fuertes caídas de beneficios e incluso pérdidas en grupos como Stellantis y Renault. «Compartimos un destino común, pero el viaje requiere más pragmatismo y flexibilidad para mantener en marcha el motor del sector automotriz europeo», recalcan los presidentes de ambas patronales en la misiva.

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