La cuarta generación de la familia en su emblemático negocio. Pepe Marín
Sagas empresariales | Casa Linares

La mítica tienda que lleva 150 años a los pies de la Alhambra

Cuarta generación ·

Opera en el recinto alhambreño desde 1875. Comenzaron como un negocio de antigüedades de alta calidad, cuando no había muchos viajeros en el siglo XIX, y pasaron a un turismo de gran volumen que busca recuerdos y un lugar donde descansar y reponer fuerzas en su visita a la Alhambra

Andrea G. Parra

Granada

Domingo, 23 de febrero 2025

En el año 1875, doña Eduarda Reyes Cuéllar funda Casa Linares, movida por su pasión comercial y su visión de futuro anticipando la cultura del ... turismo que en ese tiempo no existía. A día de hoy se ha demostrado que fue una anticipada a su tiempo. Anoten estas fechas y nombre. Y un detalle más. Esta empresa familiar está desde el primer día en un lugar privilegiado, y de verdad. Operan en el recinto de la Alhambra.

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Más que nunca es una historia que hay que comenzar por su semilla. Por su raíz. Al frente de la empresa familiar está la cuarta generación. Casa Linares es una tienda de antigüedades y souvenirs situada dentro del recinto alhambreño, frente a la iglesia de nuestra señora de la Alhambra. Abelardo Linares García era el marido de Eduarda Reyes. Linares fue el gran fotógrafo que expuso hasta en Nueva York. Ellos y las siguientes generaciones son hijos del monumento nazarí, como les llaman en muchas ocasiones, con una gran proyección internacional.

Los hermanos Maloles, Isabel, Fernando, Blanca y Amalia Espigares, cuarta generación de una saga que ya tiene relevo. Pepe Marín

El inmueble pasa a manos de la familia Linares con su posterior restauración en el año 1882, llegando a la actualidad en el estado que quedó tras la restauración. «A día de hoy estamos trabajando en un nuevo proceso de restauración del edificio en un trabajo conjunto con el patronato de la Alhambra para la conservación del patrimonio cultural del mismo», cuenta Maloles Espigares, al frente del negocio en la actualidad.

Casa Linares vendía exclusivamente al principio antigüedades orientadas a un turismo minoritario y de alto poder adquisitivo

La primera generación dio paso, en el año 1959, a la segunda con Amalia Linares Reyes, que siguió la labor familiar hasta el año 1978. Amalia Linares Reyes era hija mayor de Abelardo y Eduarda. Tuvieron siete hijos. La tercera generación, formada por los hermanos Isabel, Amalia y Carmen, dividen la empresa en tres localizaciones, puerta del vino, calle Zacatín y la casa madre. Isabel trabaja en la casa madre toda su vida, hasta el año 2009, que tras no tener descendencia, deja a Maloles Espigares la dirección de Casa Linares, hasta día de hoy.

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Amalia es la hija mayor de Abelardo y Eduarda, pero estos tuvieron siete hijos. La mayor, Amalia, la abuela de Maloles Espigares, se quedó en la casa madre, a ella la hereda Isabel, la tía de Maloles, a quien heredó. Los otros hijos de los fundadores siguieron la trayectoria profesional en enclaves de turismo como Sevilla, Córdoba, Toledo, Barcelona y Madrid.

Otros tiempos

La familia ha vivido en Granada en primera persona el paso de una tienda dedicada a un turismo casi inexistente hasta día de hoy, en el que el turismo es uno de los motores fundamentales de la ciudad. Ha pasado de ser una empresa que empleaba exclusivamente a la familia hasta la actualidad que cuenta con ocho empleados, en la casa madre, de los que solo dos son parte de la familia.

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1840 . El edificio antes de que lo comprara la familia (1) | Maloles Espigares, Isabel Ruiz Linares, Encarnita Peña y Fátima Guerrero abajo y arriba, Andrés Cruz, Fernando Gámez y Eduardo Martínez, en 2012 (2) | Maloles Espigares y su nuera Blanca García del Castillo (quinta generación) (3) Pepe Marín

La familia Linares ha dedicado toda su vida a las antigüedades, y desde hace unos años a los recuerdos. En el año 1883 la familia compra la localización de la puerta del vino, a través de la segunda generación. Amalia Linares, así como la localización de la calle Zacatín en el año 1975, por la tercera generación.

Los primeros años fueron difíciles, apenas llegaban turistas. Casi todos americanos, que venían a España siguiendo los pasos de Hemingway y franceses. Casa Linares vendía exclusivamente al principio antigüedades orientadas a un turismo minoritario y de alto poder adquisitivo.

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En lo operativo, Maloles Espigares explica que «el relevo generacional ha sido puramente familiar, pues no contamos con una estructura empresarial ni protocolos familiares de ningún tipo. Cada generación ha tenido algún miembro de la familia más enfocado a este trabajo que de forma natural ha cogido las riendas de la empresa».

Actualmente en la casa madre está al cargo de la empresa Maloles Espigares Ruiz, apoyada en su nuera Blanca García del Castillo y en la Puerta del vino, Blanca Espigares Ruiz. Asimismo la tienda del Zacatín está bajo la dirección de Fernando Carnicero. El futuro de la tienda está en manos de la quinta generación, que actualmente trabaja en las localizaciones de Puerta del vino y en la casa madre. La continuidad está asegurada.

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«Probablemente no haya un solo país donde no haya llevado algún turista un regalo nuestro, es bonito pensarlo»

La casa madre tiene ocho empleados y en todas las localizaciones son 24 trabajadores. Recuerda que han pasado de una tienda muy pequeña, basada en un turismo minúsculo, orientado a antigüedades de alta calidad a un turismo de gran volumen, que buscan recuerdos y un lugar donde descansar y reponer fuerzas en mitad de su experiencia en «nuestro maravilloso monumento que es la Alhambra».

Libros, ropa, taracea

Lo más vendido de su catálogo son los libros, que explican al turista la Alhambra, taracea, recuerdos con motivos andalusíes y ropa con motivos alhambrescos. En su catálogo ha habido cuadros certificados de importantes pintores españoles y esculturas de gran valor que ahora tendrían un valor incalculable, que «esperamos que sus actuales dueños disfruten cómo se merecen».

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Una curiosidad: ¿Cuántos objetos calculan que tienen en la tienda? «Actualmente habrá miles de unidades, desde imanes para frigoríficos recuerdos de la Alhambra, copias de cuentos de la Alhambra de Washington Irving hasta cuadros del siglo pasado», expone Maloles Espigares.

Para esta granadina trabajar en el recinto de la Alhambra es «un lujo que disfrutamos cada día, somos conscientes de que estamos rodeados por un entorno único, por el que los turistas recorren miles de kilómetros para poder verlo durante un día. No se nos olvida nunca lo privilegiados que somos».

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Los fundadores Abelardo Linares y Eduarda Reyes (1) y la segunda generación, Amalia Linares y Emilio Ruiz (2). Isabel y Carmen Ruiz Linares con su sobrina (3).

Y otra cuestión es: ¿A cuántos países calculan que habrán llegado sus productos? «Probablemente no haya un solo país donde no haya llevado algún turista un regalo nuestro, es bonito pensarlo», responde con orgullo Maloles Espigares.

También cuenta con decenas de anécdotas. En el año 1982 Manolo Escobar rodó en «nuestra tienda una escena la película 'Todo es posible en Granada', donde puede verse nuestra casa y tienda con claridad». Maloles Espigares resalta que «hemos tenido clientes ilustres como Bill Clinton, Mijail Gorbachov, Lola Flores y Antonio el bailarín, que cada año que venía a los festivales pasaba por la casa madre a saludar con mucho cariño a Amalia Linares, les unía una entrañable amistad».

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Sobre la gestión de la tienda, Maloles Espigares señala que «todo tiene un punto de complejidad en la logística, pues para proteger el patrimonio de la Alhambra hay restricciones que complican la gestión, pero siempre que sea para conservar nuestra Alhambra lo hacemos con gusto».

Casa Linares sigue con buena salud. «Siempre intentamos mejorar, buscando nuevos productos. Pero actualmente sobre todo trabajamos en la restauración del edificio que con todos los años que tiene precisa una puesta a punto, esperamos dejarlo aún más bonito y que aguante 150 años más, como mínimo», concluye con ilusión. 

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