Hoteles, cuevas y casas rurales de 'lujo' para veranear en Granada

En lo referente a la demanda este agosto se presenta mejor que el del año pasado. EscapadaRural informa que la ocupación de los alojamientos rurales en Granada para este mes de agosto alcanzará cifras de hasta el 55%, siendo este dato ligeramente superior (3 puntos) al mismo mes de 2023. También apuntan que es inferior a la media andaluza que rozará el 65%, siendo Cádiz y Málaga las que tendrán mayor ocupación.

El gasto, que dejará el turismo rural en la provincia de Granada este verano, será de 84 euros por persona y día. Se reparte en entre el alojamiento (36%), que alcanza una media de 30 euros por persona y noche, y el desembolso medio en destino (64%), que es de 54 euros por persona y día. La cuantía en destino va dedicada, principalmente, al consumo en restauración (51%), compra de productos locales (31%) y actividades de ocio (17%), que pueden estar orientadas tanto a conocer el lugar, sus tradiciones, oficios y patrimonio como a prácticas deportivas u otros.

Los dos 'must' al elegir alojamiento rural se centran en que cuente con aire acondicionado o ventiladores (51%) y que tenga acceso a actividades acuáticas (49%) o piscina (39%). Lujo no solo material en estos alojamientos también en lograr descansar frescos, dejar aparcado el estrés y vivir sin prisa.

Uno de los tipos de alojamientos singulares que hace a los pueblos de Granada, en determinados territorios, son sus casas cueva. Y, por los datos aportados por Territorio Cueva  este agosto son muy deseadas sus estancias.  Actualmente hay un «80% de reservas», que se suele transformar en «un 100%» en la mayoría de los alojamientos, con reservas de última hora. Septiembre este año está «más animado» y se conseguirá llegar hasta un 60%. Son valoraciones de Natalia Guidoni desde Territorio Cueva (territoriocueva.org).

Las cuevas tienen dos características que las hacen únicas y diferentes: por un lado, la temperatura natural constante entre 20ºC y 22ºC durante todo el año. Esto hace que en los veranos, cada vez más calurosos, se aprecie, porque entrar a estas estancias es una sensación «única». Por otro lado, el silencio, ya que es «como si la  tierra te acoge, te protege y te abriga. El descanso es más profundo y el sueño reparador».

El perfil de los visitantes ahora en verano responde a familias y parejas que buscan un turismo diferente: descansar, desconectar en un alojamiento singular y conocer la cultura de la cueva y el territorio. Con el Geoparque como gran reclamo. Las actividades tienen un menor porcentaje de reservas, excepto las de turismo astronómico, las que están relacionadas con el agua o las que se desarrollan en el interior. Suele ser turismo nacional.

Según los datos aportados por las mismas fuentes, hay más de 2.000 plazas en cueva, principalmente pequeños complejos, de un mínimo de tres o cuatro cuevas hasta un máximo de veinte. La mayoría son alojamientos con piscina y un entorno rodeado de naturaleza por lo que «el descanso y la desconexión están garantizados».

Guidoni explica la estrategia empresarial. «Más que aumentar el números de plazas, que también han aumentado, ya que hay complejos de reciente creación, lo que sí se ha notado en estos últimos años es que los complejos están en un proceso de mejora continua y los propietarios introducen mejoras en las instalaciones y en los servicios: salones comunes, puntos de recarga de vehículos, espacios para arreglar, limpiar, guardar bicicletas, mejor conectividad para poder teletrabajar en los casos en que sea necesario, entre otras cuestiones», enumera.

Desde la Asociación de Turismo del Altiplano, Lorenzo Reche avanza datos muy buenos para agosto, «casi del 100%» y para septiembre del 70%. Todo con una subida de los precios medios por encima del 7%, lo que «nos permite tener más rentabilidad y realizar más inversión, tanto en mejora de los establecimientos, como en promoción».

Reche resume bien lo que busca el visitante en sus pueblos. «Los turistas principalmente buscan disfrutar de la naturaleza, de los pueblos, de la gastronomía, no hay un solo perfil de turista buscando algo muy concreto, somos un destino que ofrecemos muchas cosas por hacer, aunamos la autenticidad de los pueblos con historia, con impresionantes paisajes y una rica gastronomía, por lo que el turista, además de buscar todo eso, encuentra la hospitalidad de nuestras gentes y unos alojamientos muy singulares como las casas cueva, que son una fuente de atracción de turistas», valora.

Desde la pandemia han crecido en establecimientos, además, han invertido en mejorar la calidad de las infraestructuras. Esta zona puede presumir de su diversidad desde las casas cueva a las rurales o los hoteles. El Altiplano se muestra como «un crisol de culturas, tierra fronteriza con tradiciones y fiestas declaradas de interés turístico nacional e internacional». Buenas cartas de presentación son también los parques naturales de Baza y Castril.

Del Altiplano al Valle de Lecrín, un lugar «idóneo». Isaías Padial, de la Asociación de Turismo Valle de Lecrín, destaca desde el inicio que está en un lugar que permite a quienes los elige hacer todo tipo de actividades. Bajo el paraguas de esta agrupación están noventa alojamientos, que ponen en el mercado unas mil plazas. Están de enhorabuena porque recientemente han sido reconocidos por la Junta con el Premio Andalucía de Turismo.

Rutas a caballo, humedales y montañismo son solo algunos de los ejemplos de actividades que pueden hacerse en estas tierras granadinas. Los dueños de los alojamientos no escatiman en elogios de los rincones tan hermosos de esta zona.

De norte a sur y de este a oeste, el turismo rural avanza en Granada. El Geoparque, la Alpujarra, sin olvidar Sierra Nevada, los rincones únicos del Valle de Lecrín y la vega granadina. Son solo algunos de los puntos de destino. Es precisamente en la vega donde han proliferado alojamientos turísticos, con cada vez más servicios y comodidades, para facilitar la visita a la capital, a la Alhambra, a la Costa y a Sierra Nevada. La casa Green Peaks es un ejemplo de ello en La Zubia. «Estamos en un sitio estratégico», explica la dueña, Ángeles Porcel. A su casa llegan turistas nacionales y también de diferentes países.