Los herederos del histórico puesto de Bib-Rambla
Desde 1948 ·
La quinta generación de la familia Álvarez trabaja en el emblemático negocio que compra el género más exclusivo directamente en la subasta de HolandaEn Floristería Paquita el teléfono no deja de sonar ni los clientes de entrar a la tienda, unos para dejarse asesorar y otros con las ... ideas claras sobre qué flor o planta quieren comprar. Con solo entrar el ruido de la calle y el trasiego de la ciudad se evapora para dejarse llevar por los olores y el color de las decenas de flores. Para ser feliz con muy poco. Ana Álvarez Prados, que regenta el negocio desde 2018 cuando sus padres se jubilaron, pone «todo el corazón» en lo que hace y eso se nota. Heredera del amor por esta profesión de una saga de floristas que ha sido testigo del devenir de Granada en las últimas décadas , la florista pone a punto los ramos para cualquier tipo de celebración para adornar estancias de empresas e instituciones o para esa muestra de cariño a los seres queridos en cualquier momento.
Publicidad
Lo hace en el número 3 de San Antón. Esa tienda la abrieron sus padres, Juan Antonio Álvarez Expósito y Rosario Prados Sánchez en 1973. Antes, habían hecho muchos ramos y plantas en los puestos de Bib-Rambla. Ana aprendió los nombres de las flores en el puesto de su abuela Paquita. El nombre de la tienda es en su honor. La familia Álvarez llegó a tener dos puestos en Bib-Rambla. Uno de Paquita y otro de su madre, 'mama Ángeles', recuerda años después sentado en la tienda de San Antón Juan Antonio, su nieto, con orgullo. Antes de llegar a esta céntrica plaza vendieron flores en Pasiegas, Paquita y su madre. El oficio de las flores ya lo realizaba la abuela de Paquita ayudada por sus hijos Felipe (padre de Paquita) y Fernando. Paquita quedó viuda cuando Juan Antonio tenía poco meses.
Artista
«Pero ya le digo, una cosa es vender flores y otra ser un artista de las flores. Yo no, pero mi nieta sí que es una artista de las flores». Su nieta es Ana Álvarez Prados, la que regenta hace años Floristería Paquita, en la calle San Antón. Esta declaración la hacía Paquita Álvarez, con ochenta años, en una entrevista publicada por IDEAL en mayo de 2009. Paquita estuvo más de seis décadas vendiendo flores en la plaza Bib-Rambla, en su quiosco. Hasta 2010. Falleció en 2016. Conoció la evolución de la profesión y de la ciudad. La tienda en la calle San Antón, asomada casi a una de las arterias principales, como es calle Recogidas, abrió sus puertas en 1973, por lo que ha cumplido más de medio siglo poniendo color a las vidas de los granadinos.
«Esta es nuestra casa», dicen padre e hija en referencia a la tienda. El hijo, que es pequeño, de Ana al igual que ella hace los deberes entre flores. Su abuelo presume que se conoce tanto el nombre común como el científico de los tallos que lo rodean cada tarde.
«Es un trabajo muy gratificante porque ves la alegría de la gente. Transmitimos, vendemos, sentimientos y emociones y es muy satisfactorio», exaltan Juan Antonio y Ana. En toda esta trayectoria Juan Antonio y Rosario han caminado de la mano. Compaginando sus empleos (farmacéutico y maestra) con su tienda. Y sus dos hijos, tanto Ana, como Juan Antonio han aprendido de ellos. Su hijo ha abierto una floristería en Madrid hace un año. Después de estudiar Bellas Artes y estar trabajando en el departamento de artes de un programa de televisión.
Publicidad
Ana es una curranta. De las que a las cinco de la mañana está delante del ordenador. Es la primera persona de la familia con el título de florista. Colgado en la tienda, con el sello de la Junta de Andalucía. «Tenemos de todas las flores. Aquí puedes encontrar cualquier tipo de flor o planta con el que te haremos el mejor arreglo adecuado a la ocasión que precises», contesta rápido al preguntarle por las referencias de su negocio. A las cinco se levanta para comprar en la subasta de Holanda, que es como la 'bolsa', apostilla su padre. «Las tenemos en la tienda en cuarenta y ocho horas», concreta. Son flores de todas partes porque los proveedores las colocan directamente a esa subasta. «Es el centro del mundo de las flores», detalla Juan Antonio.
El secreto para mantener el espíritu de cercanía y la calidad es ese «hacer las cosas con corazón» como decían al principio y también que los ramos que venden duran muchos días. Ahora, en temporada de tulipanes, por ejemplo, venden solo de esta referencia una gran cantidad de tallos a la semana.
Publicidad
Decoración y graduaciones
Juan Antonio y Rosario están muy satisfechos de la respuesta de los granadinos y visitantes a su trabajo y ahora al de su hija. Han hecho ramos de novia a tres generaciones, y alguna más, seguro, si cuentan a la bisabuela. Reponen la ornamentación de empresas, hoteles y todo tipo de negocios. Y, Ana cuenta con alegría como los viernes (hace años) llegan a la tienda chavales que van a comprar flores para regalar a sus amigos y amigas. Los eventos tradicionales se mezclan con los nuevos. Cada época tiene su celebración, pero siempre es buen momento para comprar y regalar flores y en Paquita no paran. Ahora con las graduaciones venden no solo para la decoración de la ceremonia también para agasajar al graduado o graduada. A Ana si le regalan flores que sea una orquídea vanda (se refiere al género botánico de estas plantas) que son sus favoritas y a Juan Antonio y Rosario, rosas amarillas.
A la abuela, recuerda Ana, que le encantaban las flores moradas, por encima de todas. El quiosco de Paquita de Bib-Rambla fue una institución en la ciudad de la Alhambra y Paquita siempre estuvo interesada por aprender e incorporar las últimas tendencias.
Publicidad
Su hijo recuerda que Paquita se fue un mes a Italia a aprender arte floral sola y sin saber nada de italiano. Ella no fue la primera en lo de vender flores en su familia. Su madre y su abuela fueron floristas. Paquita contrajo matrimonio con 24 años y se quedó viuda a los 26 años, cuando su hijo, Juan Antonio, tenía solo diez meses. Tuvo que pasar noches enteras haciendo ramos y coronas de flores para poder sacar a su familia adelante.
Así lo contaba ella en la entrevista que le hacía IDEAL en 2009. «Tenía siete años cuando le ayudaba a mi madre a vender flores en las Pasiegas. Aquí en Bib-Rambla llevamos 65 años (en 2009). Estaba de alcalde don Antonio Gallego Burín cuando nos dieron estos quioscos. ¡Qué bueno era aquel alcalde! Yo a los alcaldes me los conozco a todos, todos han venido por aquí. Al que hay ahora le dije el otro día que a ver cuándo me dan un sueldo por informar a la gente. Todo el mundo viene aquí a preguntarme, mi quiosco es como una caseta de Información y Turismo».
Publicidad
Fue la abuela de Paquita la primera de una generación de floristas que sigue. Presumía de que su hijo y nieta sabían llevar el negocio mejor que ella. Y de momento siguen en la tarea.
Floristería Paquita ha sabido llevar a gala ese gran legado de sus antecesoras. Paquita Álvarez fue una florista de Granada para el mundo porque por su puesto pasaban cientos de turistas. Su hijo y nieta han ido haciendo grande este negocio adaptándose al mercado en todo momento. La tienda está llena de colores, olores y solo cruzar la puerta envuelve a cada persona en una sensación de esa alegría que aportan las flores.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión