Café Fútbol, más de un siglo de los churros patrimonio de Granada
La quinta generación de la familia Suárez regenta este emblemático negocio del centro que es visita obligada para turistas que llegan de todo el mundo
Al subir las escaleras del café Fútbol se puede observar una mesa con una abundante bandeja de churros (de los de toda la vida) y ... un abuelo con sus cuatro nietos. La familia está comiendo churros y creando recuerdos, que es el plus de este establecimiento único. No será una merienda más. Ellos y otros miles lo hacen en un lugar centenario y mítico, de los que la moda no borra del mapa, en la cafetería más antigua de Granada y de las más históricas de España. Es el Café Fútbol, que sirvió esos ricos cafés a Federico García Lorca. El genio internacional granadino no iba a jugar al fútbol (por eso el nombre del café), él iba a la cafetería de Antonio Suárez Martín a tertuliar mientras otros clientes iban a darle patadas a la pelota en aquella plaza rectangular de tierra, sin tráfico y después a que Antonio les sirviera sus ricos manjares con café.
Publicidad
Concha Suárez relata que a su bisabuelo le gustaba el fútbol, curiosamente a su abuelo no le gustaba, y ella creció viendo a su padre y hermanos locos por este deporte. «En casa hay que ser del Granada FC o del Real Madrid y todo irá bien. Sólo Bernabé, nuestro querido Bernabé, es del Athlétic, pero se lo perdonamos», comenta Concha entre risas. Bernabé es un empleado de toda la vida, más de cuarenta años.
El bisabuelo de esta familia, comenzó en aquella plaza vendiendo en su carro leche, en esas lecheras metálicas de antaño y que están guardadas como reliquia familiar. Aquello fue en torno a 1917. En 1922 llegó el momento de alquilar el local en el que han estado hasta la fecha (la familia Suárez compraría después la casa) sirviendo churros y todo tipo de desayunos. Y, acumulando historias tan entrañables como la del matrimonio que acude todos los años por su aniversario a comer los churros con chocolate de Café Fútbol. Ella es granadina, se casó con un austriaco. Viven en Austria y, cada aniversario, regresan a Granada a esta cafetería como hicieron la mañana del día después de su casamiento.
Cada año, en la terraza, cinco copas de crema tostada para cinco nietas (ahora señoras) que honran a su abuelo tras la misa en la Virgen de la Angustias. Su abuelo solía invitarlas a helado cuando eran pequeñas. Al salir, en Café Fútbol, todas eligen, en su honor, el sabor favorito de él. Esas vivencias se mezclan con las de los clientes que llegan de cualquier rincón del mundo, por ejemplo de Trinidad-Tobago, del Tibet, incluso numerosos clientes de Australia. «Café Fútbol ha logrado con su dedicación artesana a las recetas, con sus empleados, y con una familia unida donde todos suman, hacerse hueco en guías y programas televisivos internacionales como la BBC, New York Times», presume Concha. Estas historias, y muchas más, las recuerda Concha Suárez, junto a sus hermanos Alfonso (sostén diario de la cafetería) con su esposa Eva y Antonio.
Pero el corazón de todo es su madre, la dueña, Conchita García, que tiene 88 años, ella es el pilar inquebrantable de este legado, quien más ha trabajado junto a su marido Antonio Suárez (DEP) y la guardiana de más vivencias. Siete nietos la enorgullecen; algunos ya colaboran con mirada fresca, demostrando que la cafetería es, de verdad, un negocio familiar granadino.
Publicidad
En aquella plaza donde había estraperlo y se servía café, Café Fútbol late con vida propia todos los días del año. Los granadinos hay días donde hacen colas, para conseguir una mesa para comer unos churros dulces o churros salados. Por supuesto, también su leche rizada, blanco y negro, granizadas o su helado de turrón, favoritos de las noches veraniegas en la tranquila terraza. Y la carta no se queda corta: desayunos, comidas y cenas para cualquier momento del día. Las veladas en la terraza, con postres que conquistan, se han convertido en una experiencia muy popular.
Entre sus clientes más queridos está un matrimonio que, desde hace 30 años, acude desde Austria a celebrar el aniversario
Concha relata cada historia con pasión y eso que quien tiene toda la memoria histórica es su madre, Conchita. Y a la que atribuye el haber mejorado los churros. Y, los helados fue su padre Antonio en diálogo con Bernabé, uno más de la familia. El matrimonio entregó su vida a este negocio. Compraron el edificio en la década de los ochenta cuando les anunciaron que lo iban a derruir, como se hacía en dicha década. Es un establecimiento mítico y auténtico no sólo por lo que vende sino también en su espacio. Es un inmueble con la fachada protegida. Concha sabe que Café Fútbol forma parte del acervo cultural de Granada. «Es así, 104 años», dice, mirando fotos del recuerdo. Pide a las administraciones que cuiden estos lugares como se cuida un tesoro, tal y como ocurre en Viena y Praga, ciudades que protegen sus cafés como patrimonio vivo. Esos años y su historia colectiva ya son un aval para la candidatura de la Capitalidad Cultural 2031. Esta familia ha crecido de la mano de los granadinos que no imaginan la plaza Mariana sin su cafetería. Su terraza o su salón de arriba son lugares para compartir.
Publicidad
Café Fútbol ha visto pasar famosos, pero para «nosotros lo esencial son las personas. No hay fotos en las paredes: cada cliente importa por igual. Somos una casa de barrio, un refugio donde la soledad de algunos clientes, desaparece con una merienda, y donde las mañanas están llenas de las vibrantes voces de nuestros queridos jubilados».
Por supuesto, Concha, con el corazón conmovido, nos cuenta cuando su madre ayudaba a los mendigos que pasaban, les servía ese primer café poco después de abrir a las cinco de la mañana o el orgullo de su padre, Antonio, cuando fue entrevistado por el New York Times y Café Fútbol brilló en sus páginas. O como en las primeras semanas de la pandemia, en esos días de incertidumbre, su hermano Alfonso preparó «desayunos para nuestros profesionales sanitarios y donó todo lo que teníamos». En especial recuerda, como Alfonso y el gerente del hotel Luz, el día de la Cruz de 2020, prepararon una chocolatada con churros en dicho hotel que albergaba a los profesionales cuando no podían ni dormir en sus casas. Café Fútbol no es «solo memoria, es solidaridad».
Publicidad
Concha, hija, es farmacéutica con un cargo directivo en una multinacional, pero para ella es un orgullo el negocio familiar. «Me encanta estar en el café. Lo disfruto mucho. Me encanta hablar con los vecinos, los clientes», relata mientras añade que cuando tiene días libres o fines de semana se la puede ver por allí con su hermano Alfonso.
Las nuevas recetas: De los churros camperos a los mimochurros
Aquellas recetas del bisabuelo, las de los churros mejoradas por Conchita (tercera generación) y los helados por Antonio (tercera generación) junto a Bernabé hacen la boca agua a granadinos y visitantes. Los churros con chocolate de siempre son los que más venden, pero también han ido incorporando a la carta variantes que la propia clientela les pedía. Incluso los churros salados (con jamón y cerveza), los churros camperos (huevos, tomate y bacon), los mimochurros (con cava y zumo de naranja) o los churros pasión (con helados de fresa casero y chocolate). También hay una esquina sin gluten, por supuesto. La innovación, basada en recetas genuinas, es la que guía este legado familiar.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión