Un viaje a la Alemania nazi y una pelea de campeonato en un cabaret de Lisboa
J. G.
Sábado, 9 de agosto 2025, 13:06
En los años 40 y 50, un número apreciable de futbolistas tenía miedo a volar. El recuerdo del desastre del Torino en 1949 (nueve años ... después se sumó el accidente del Manchester United) estaba fresco en la memoria colectiva. Fueron los directivos de los clubes y, sobre todo, la Federación Española los que impulsaron los desplazamientos por vía aérea.
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Para la Federación era una necesidad, pues resultaba la manera más rápida (y a veces la única razonable) de mover a la selección española por Europa. Por entonces, los clubes no jugaban competiciones oficiales en el extranjero (el embrión de la actual Champions League no llegaría hasta 1955) y ningún equipo canario o balear llegó a Primera hasta 1951, así que solo salía fuera con frecuencia el combinado nacional. Y ya entonces había quejas del Real Madrid, el Barcelona o el Athletic por la tardanza de sus estrellas a la hora de regresar a los entrenamientos. Acortar este tiempo se convirtió en una obsesión.
Pero, además, había otro motivo oculto. Las concentraciones y viajes de la selección eran un suplicio para algunos futbolistas. Había internacionales que, hastiados por el tedio de los hoteles y el ferrocarril o el autobús, solían romper la férrea disciplina impuesta por el entrenador. Sirva un ejemplo. En 1935, cuando España jugó en Lisboa, antes de coger un tren hacia su siguiente compromiso en Alemania, se desató una sonada reyerta en un prostíbulo de la capital lusa. «Algunos miembross de la selección, entre ellos Casuco y Gorostiza, se trasladaron a un cabaret, invitados por su propietario», contaría al día siguiente el ABC.
El avión acortaba las concentraciones de la selección, mejorando la disciplina y el tiempo de regreso a los clubes
«Hubo varios incidentes debido a la excitación natural, producida por el partido y el alcohol. Una señorita se sintió ofendida por Casuco y le dio un bofetón, prontamente correspondido por él. Un portugués salió entonces en defensa de la señorita, armándose por tal motivo una batalla campal». Hubo multitud de daños en el local. «La Policía detuvo a Casuco y algunos jugadores españoles cayeron lesionados». El asturiano fue expulsado. No se habló de otra cosa en España en aquellos días.
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Soldados de las SS
Precisamente, siete años después, el siguiente desplazamiento al país germano se hizo en avión. Es el primer vuelo de la historia de la selección y también el más arriesgado. Corría el 10 de abril de 1942 y Europa estaba en plena Segunda Guerra Mundial. Franco envió a la escuadra nacional a jugar contra la selección de Hitler. Pese a que el Reich estaba en su apogeo, por entonces ya había incursiones aéreas británicas en el cielo germano. También estaba el riesgo de ser confundido por las baterías antiaéreas. La prensa de la época apenas informó del viaje. Los españoles fueron recibidos por la División Azul y varios jerarcas nazis. Empataron (1-1), pero debieron volver con el miedo en el cuerpo por la contienda y por un estadio en el que había 90.000 personas, entre ellos 14.000 soldados enfervorizados, muchos de las SS.
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