El balonmano circula ilusión en Granada
El equipo femenino aspira a entrar en la fase de ascenso a la tercera categoría nacional en un proyecto a largo plazo que madura sin miedo al pasivo
El balonmano universitario está en constante circulación. La pelota se mueve de un lado a otro de la cancha sin miedo a que la premura ... de conseguir un resultado se convierta en un pasivo. El proyecto, a largo plazo, está destinado a conformar una estructura de club en el que sus integrantes empiecen a tener un balón en las manos en la niñez y lleguen a ser adultos con las tácticas aprendidas de memoria y la ilusión por crecer y permanecer en la entidad.
Publicidad
«La base que está desarrollando Víctor Romero, con un importante trabajo de captación en los colegios, ha permitido que se hayan podido crear equipos estos años y que se venga trabajando muy bien con los técnicos masculinos y femeninos», explica Juan Antonio López, entrenador del equipo sénior de mujeres. López ejerce también de nexo con el Balonmano Maracena, entidad con la que la Universidad de Granada tiene un acuerdo de filialidad para crecer. «Intento estar conectado a la base para que sean conscientes de que tienen la oportunidad de seguir jugando cuando sean grandes. Hay un gran número de jugadores que sean estudiantes o no de la universidad juegan aquí, con una base sólida de Granada que aporta calidad al equipo», desgrana Juan Antonio López.
A nivel sénior, un equipo femenino es la única escuadra con la que cuenta en la actualidad la Universidad de Granada, que centra sus esfuerzos en que los equipos cuenten con los mejores técnicos para que la formación que se le dé a cualquier jugador, ya sea benjamín o universitario, sea de calidad y le permita crecer como persona y deportista. «Llegué aquí el pasado año y se formó un grupo nuevo con jugadoras de la categoría. En la temporada 2022-2023 hizo un buen papel en un modelo de competición diferente al actual y ahora estamos recogiendo los resultados positivos. Estamos en la lucha por los primeros puestos y podemos optar al ascenso a Plata (la tercera categoría nacional)», destaca. Las posibilidades, según afirma López, son «reales» porque el equipo ha competido casi todos los partidos y el técnico espera que la evolución de la temporada dé un resultado aún mejor. «Hemos sufrido en algunos días en los que no nos salieron las cosas, pero en otros nos ha tocado competir y hemos dado el callo», valora.
El trabajo que se desarrolla es profesional a pesar de que la categoría en la que se compita no lo sea. Durante la semana, el equipo transita desde una carga de trabajo más intensa, con mucha preparación física y de fuerza, a entrenamientos más tácticos. Al final de la semana se trata de combinar todo para que se llegue en una condiciones óptimas a la competición. En medio de todo ello se incluye un trabajo de análisis del rival que realiza Rafa Mancilla, el ayudante de Juan Antonio López. Él suele estudiar al adversario y señala a las jugadoras los aspectos en los que deben estar atentas. «Realizamos cortes de vídeo, miramos nuestros aciertos y errores y analizamos cómo lo va a intentar hacer el rival o si va a cambiar. Se trabaja bien porque tienes material disponible y se lo puedes trasladar a las jugadoras», explica.
Publicidad
Al equipo universitario le gusta jugar con una defensa 6-0, de bloque bajo, en la que todas las jugadoras se colocan alrededor del semicírculo que no se puede pisar y que marca el área del portero. El ataque del equipo, según López, está en «constante evolución». Las jugadoras, que semana a semana se ensamblan más con el cuerpo técnico, integran conocimientos progresivamente y los técnicos pueden incluir cambios en el ataque que incluyan una mayor complejidad. «No somos un equipo estático», añade Juan Antonio López.
En paralelo, el trabajo del equipo tiene un importante traslado a la investigación científica. Loles Morenas, investigadora del departamento de Educación Física y Deportiva, forma parte del cuerpo técnico y realiza estudios basados en la vinculación entre la fuerza y la menstruación. Morenas y López comparten amistad desde hace años y tienen una conexión constante para que los medios con los que cuenta la universidad para desarrollar el saber científico tengan un traslado a la práctica deportiva con una retroalimentación «muy buena» que consigue que las jugadoras siempre estén pendientes de los resultados obtenidos para conocer cómo pueden mejorar. Este apoyo va más allá, porque el Centro de Actividades Deportivas nunca le hace una defensa 6-0 cuando el equipo levanta la mano con la pelota para pedir más recursos. «Notamos el apoyo de la Universidad, con la cesión de las instalaciones y el constante interés por lo que hacemos. Es un club en el que apetece quedarse y estar», resume Juan Antonio López.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión