El seleccionador de mountain bike mira a los Juegos Olímpicos desde Granada
Mikel Zabala ·
Profesor de la UGR y ex director de rendimiento del equipo ciclista Movistar, afronta grandes retos este veranoSábado, 3 de julio 2021, 23:27
Mikel Zabala era piloto de motocross, pero iba como una bala en la bicicleta. Campeón de España de 80 cc y participante en un mundial ... de 250 cc, acabó cayendo en la tradición familiar de montarse sobre dos ruedas, pero sin motor. De ser un aficionado pasó a hacer buenas carreras y estuvo a un paso de dar el salto a profesional, algo que finalmente no ocurrió y provocó que este vasco llegara a Granada y se asentara como uno de los profesores con más nombre de la facultad de Ciencias del Deporte de la UGR.
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Ahora da clases como titular del departamento de Educación Física y Deportiva, una tarea que compatibiliza con su labor como responsable de la selección española de mountain bike y el combinado nacional sub-23 de ciclismo de carretera. Dos tareas que le apasionan a partes iguales y que permiten a la UGR tener a un especialista del ciclismo profesional y al deporte de élite contar con un gran investigador entre sus filas. Es lo que él mismo define como «transferencia de conocimiento».
Esta retroalimentación entre la Universidad de Granada y su trabajo en el ciclismo profesional viene de muy largo. En 2000, recién acabada su carrera, fue a presentar una comunicación en un congreso con motivo del mundial de mountain bike en Sierra Nevada y cautivó en unas horas al seleccionador nacional de ciclismo. Fue en ese momento cuando empezó a trabajar en el equipo nacional de este deporte e inició una trayectoria bilateral entre la Universidad y el deporte de élite. Cuando acabó su tesis doctoral estuvo cerca de marcharse a la Universidad Pablo Olavide, pero salió una plaza en la UGR que hizo que se quedara en la ciudad. Ahora, después de que tras un cambio en el plan de estudios se metiera el ciclismo como maestría universitaria, da clases de investigación aplicada al ciclismo. «Hay muchos alumnos del extranjero y de España que con becas se vienen a Granada expresamente para hacer ciclismo», cuenta Zabala que explica su labor docente con la ilusión de un niño que abre regalos el día de Reyes.
Actualmente todos los créditos que da en la Universidad son específicos de ciclismo e incluso su docencia sobrepasa el número de horas que debería impartir. Entre ellos se encuentra una asignatura anual de alto rendimiento en ciclismo, en la que explica todo lo que concierne al rendimiento de un deportista y lo que un entrenador debe saber. Ahí es donde comienza la retroalimentación en la que se dan en clase datos que se han registrado el fin de semana anterior en una prueba ciclista.
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«Me siento un privilegiado como profesor, pero los alumnos también lo ven así y están enganchados, algo que me motiva mucho», explica. Tal es esa transferencia entre los alumnos de Mikel Zabala y el ciclismo profesional que hay jóvenes que están estudiando con él y, en paralelo, trabajando con el Fundación Contador o entrenando a deportistas referentes.
El uso de los grandes datos es una de las herramientas con las que trabaja a diario Mikel Zabala, tanto a nivel profesional como en sus clases. «Es algo que está muy de moda y es un perfil que se está buscando en el deporte. Porque no es solo ser matemático o informático, hay que saber de la interacción de las variables del deporte para obtener una mejora», explica Zabala, que cree en una combinación del elemento humano y científico para progresar en el ciclismo o en cualquier otro deporte. En la actualidad, «al deportista le tienes que dar datos, quiere saber y no se traga cualquier cosa», pero en paralelo recuerda que el resultado «numérico» puede ser muy frío, lo que obliga al entrenador a jugar un papel determinante en la interpretación de los mismos y en la toma de decisiones. Esta cultura de trabajar con los datos y aplicarlos al rendimiento, puesta de moda por el equipo Sky, ha sido una de las vías de desarrollo de Mikel Zabala, primero en la Federación Española de Ciclismo (2000-2012) y luego en Movistar (2012-2020), en donde estuvo ocho años como director de rendimiento.
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«Si investigas y sabes más, vas un punto por delante de los demás. Y es lo que hicimos. Fue la cultura que empezamos a implantar en el equipo nacional de mountain bike y que llegó al ciclismo de carretera más tarde», analiza. Entre sus avances, por ejemplo, cuenta un estudio que se realizó desde la UGR para la Agencia Mundial Antidopaje con el objetivo de conocer si el Tramadol provocaba caídas en el pelotón, algo que finalmente no se demostró y que hizo que no se prohibiera este medicamento. «Es bonito ver que agentes externos están esperando tus resultados para aplicar una norma», reflexiona.
En colaboración con Movistar realizó estudios en el Centro Andaluz de Medio Ambiente (Ceama) para conocer que una pintura microrrugosa permitía rodar a los corredores más rápido en una contrarreloj que un material liso.
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Tras su paso por el equipo ciclista regresó a la Federación Española de Ciclismo como responsable del equipo de mountain bike y del conjunto sub-23 de carretera, cargos que compatibiliza en la actualidad. Con los ciclistas trabaja codo con codo en concentraciones para aprovechar la información que aportan los datos para mejorar el rendimiento de estos. «Se pueden manejar y mejorar un montón de variables de forma individualizada», explica Zabala, que se considera un «director de orquesta» de estos combinados en los que a los corredores les propone «matices innovadores que marcan la diferencia» y permiten «ir por delante de otras selecciones». En su labor como seleccionador nacional de mountain bike y de carretera sub-23 realiza concentraciones con los colectivos en los que se depuran aspectos técnicos y tácticos que permiten planificar los objetivos de cada corredor. «La gente se conoce, planificas la temporada, los objetivos de los corredores y evalúas en cada caso qué carencias pueden tener para darle un traje a medida», desarrolla Zabala, que reflexiona sobre el hecho de que al deportista actual hay que ofrecerle «datos», ya que este «quiere saber y no se traga cualquier cosa».
Como seleccionador de mountain bike –y ayudante del equipo de ciclismo en ruta– tiene el reto de que sus pupilos hagan una buena actuación en los Juegos Olímpicos de Tokio. Los escogidos para esta prueba han sido, en categoría masculina, el bastetano David Valero y el joven corredor Jofre Cullell. Zabala reconoce que cuando se deja a corredores fuera dentro de una lista olímpica «nunca llueve a gusto de todos», pero entiende que son los que llegan en una mejor forma a esta prueba en la que estarán, entre otros, Nino Schurter, Henrique Avancini, Tom Pidcock o el ganador de etapa en el Tour de Francia Mathieu van der Poel. Al respecto incide en el hecho de que en las copas del mundo se ve el nivel real de los corredores de mountain bike. «Observando el vuelta a vuelta, los tiempos y las dinámicas se conoce qué gente es la más confiable para una prueba como los Juegos, un evento en el que el objetivo es que el corredor rinda y no se achique», reflexiona. Por ello, confía en que sus seleccionados puedan dar una sorpresa. En categoría femenina viajará Rocío García. Las pruebas de mountain bike se celebrarán en Izu. Serán los segundos JJOO para Zabala, que ya participó con la selección en la edición de Pekín de 2008. Ahora, de nuevo en una ciudad asiática, tendrá la oportunidad de demostrar que su experiencia es un valor seguro para España.
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