Las raquetas y las palas vuelven a las pistas

Los sábados vuelven a ser día de fiesta en la Real Sociedad de Tenis de Granada, el primer club de la provincia, con más de cien años de historia. Luce el sol, reina un gran ambiente y los deportistas se saludan con alegría tanto tiempo después, siempre con una mascarilla a mano. Unos vienen, otros se van, pero por unos minutos permanecen paralizados en torno a una sola pista: allí se machaca a conciencia Roberto Carballés, el mejor profesional del tenis granadino, 99º en el ránking ATP.

Por las circunstancias del confinamiento, Carballés volvió a casa para pasar el encierro y hasta que pudo regresar a Barcelona estuvo entrenando en la Real Sociedad de Tenis, donde tantos años pasó junto a Pío, su padre, socio del club. «Tengo mucha gente aquí que me demuestra cariño, noto que se me quiere. Estuve jugando con José María Garrido y con Pablo Santos y pasé muy buenos ratos. Según lo que me indique el calendario me gustaría volver en agosto, por todas las personas que aquí me rodean y por la calidad de vida, aunque para entrenar me viene mejor hacerlo en Barcelona junto a tenistas como Pablo Carreño, Marcel y Gerard Granollers, Álvaro López u Oriol Roca», admite.

Se acerca a saludarle Javi Ruiz, el palista nº 11 en el ránking del World Padel Tour, quien trabajó en sus años como tenista junto al actual entrenador de Carballés, Pere Riba. El presidente del club, Jesús Montes, no puede evitar pedirles una fotografía. «Son dos grandes personas y profesionales, entre los mejores del mundo; son un motivo de orgullo para todos los miembros de este club como hijos de esta familia que son», se enorgullece.

También Javi Ruiz se deja caer por la Real Sociedad de Tenis para practicar el pádel estos días, aunque lo suyo es más frecuente porque mantiene su residencia en Granada pese a los viajes constantes a los que se ve obligado, como Carballés, por las competiciones. «Es muy bonito venir aquí un sábado con buen día y ver jugar a Roberto y a Pere, que son grandes tenistas. Ojalá que todo el mundo se vaya animando poco a poco con la desescalada para disfrutar de este club tan bonito que tenemos», expresa, feliz por haber vuelto a su pasión ya sí con relativa normalidad.

«Al principio sólo pudimos jugar uno contra uno; era injusto que no se aprobase el pádel como un deporte sin riesgo al igual que el tenis. Ahora, eso sí, tengo callos por todos lados porque vengo jugando todos los días. Al principio me costó coger ritmo y pulmón en la pista tras dos meses en los que fue complicado hacer cardio en casa», refleja Javi Ruiz, deseando reencontrarse con su pareja, Uri Botello, que vive en Madrid desde que formaron equipo hace tres años.

Viéndolos a una distancia prudencial, Luis Miguel Rodríguez, socio y uno de los tres vocales de tenis del club, razona que, «con todo el respeto para todos los clubes de Granada, la antigüedad es un grado». «Casi todos los buenos tenistas de Granada se han formado aquí y lo único que han hecho es volver a su casa; los esperábamos con los brazos abiertos», expresa. Por esas pistas también pasarán más tarde Nuria Párrizas y Carlos Boluda. «Un nivel profesional muy alto», insiste.

Tras una reapertura «difícil por la responsabilidad», la Real Sociedad de Tenis de Granada mantiene activa su escuela de lunes a domingo, con todas las medidas necesarias como el uso de mascarilla fuera de la pista, el lavado de manos al acceder, el cambio de bolas o el respeto a un máximo de cuatro jugadores por pista. «Todo el mundo está respondiendo muy bien. Es importante que los niños vuelvan a ver a sus amigos, jueguen y hagan deporte», resalta José María Garrido, al frente de la escuela, con 120 alumnos desde los tres años hasta adultos. «Había muchas ganas y los socios se están portando de una forma magnífica. Hay mucha ilusión, también por el pádel», aporta Miguel Martínez, vocal de esta especialidad.