La Unión Deportiva Maracena depende este sábado de sí misma para traer a competir a su Ciudad Deportiva a un club de Primera división en ... Copa del Rey. Sin duda, un acontecimiento sin precedentes en sus ya 80 años de historia.
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No ha sido fácil conseguir alcanzar esta privilegiada oportunidad. Tras varios ascensos y descensos a Tercera y de Tercera en los últimos años, el pasado curso, en División de Honor, estuvo marcado por un rendimiento irregular. Finalmente, todos los esfuerzos se centraron en conseguir un puesto que diera acceso a la Copa. La plantilla, digna de elogio, dio el do de pecho para conseguirlo con un gran último tramo de Liga. Así, y solo así, se podría gozar de la posibilidad de alcanzar, una vez superadas cuatro eliminatorias en plena pretemporada, una ronda de Copa contra un equipo de la máxima categoría. Para conseguirlo esta nueva campaña, y teniendo en cuenta la anterior, el club amplió y reforzó el grupo apuntalando aquellos puestos que requerían un plus.
No es momento de lanzar campanas al vuelo puesto que no se ha rematado la faena. No obstante, sí que lo es para realizar un ejercicio de reflexión acerca de la importancia de llevar a cabo una buena gestión en un club 'amateur', así como para poner de relieve el enorme trabajo humano que hay detrás. Absolutamente nadie es profesional en esta entidad. Desde el presidente hasta el encargado del material, pasando por jugadores y cuerpo técnico, absolutamente todos realizan una labor que prácticamente puede considerarse altruista, sin perder por ello un ápice de valor. Podemos destacar, con conocimiento de causa, el tremendo esfuerzo que todos y cada uno de los miembros de este club realizan para que este sueño esté a punto de hacerse realidad.
Desde aquí, enhorabuena a todos. Lo merecen. Y es que, en momentos complicados y de desesperación, que los ha habido, y muchos, lejos de llorar y deprimirse, ustedes rugen y se manifiestan, cada cual en su rol, actuando de la mejor manera que saben. Se ha trabajado en silencio, y mucho, para que el éxito, cada vez más cercano, fuera el encargado de hacer el ruido. Un ruido que ojalá sea ensordecedor este próximo sábado cuando el árbitro pite el final del partido. Es bonito comprobar que el esfuerzo ejercido ha generado una ilusión y un empático sentimiento de pertenencia en todo el fútbol 'amateur' provincial hacia una misma estructura. Granada entera está orgullosa de Maracena. Sin duda, ejemplo a seguir. Reflexionemos pues.
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