Nerea Hinojosa, nueva árbitra nacional de kata y kumite

Hinojosa era árbitra interregional desde hace varios años, en los que se incorporó al equipo andaluz de colegiados. Fue el organismo andaluz el que la propuso para dar el salto a nivel nacional, algo que le obligó a pasar un duro proceso a lo largo de dos años para finalmente lograr el aprobado en el citado campeonato, en el que se examinó durante todo el fin de semana. «La titulación son dos años de estudio. En el primero te sacas el título de juez y en el segundo obtienes la de combate», explica Hinojosa, que recuerda con «tensión y nervios» el fin de semana en el que se examinó, ya que tenía que estar presente durante toda la jornada, pero desconocía el momento en el que la iban a llamar para pasar la prueba, que consistió en arbitrar seis combates.

Tras superar la titulación teórica del primer año y el examen práctico, Hinojosa es ahora jueza de kata, en la que habitualmente está sentada en una silla para evaluar los movimientos de los competidores, y árbitra de kumite, disciplina en la que tiene que estar más activa ya que se desarrolla un combate entre los karatecas.

Esta árbitra vive ahora el deporte desde una perspectiva distinta. Hinojosa descubrió el kárate a través de su práctica deportiva y durante un tiempo estuvo compatibilizando su crecimiento como karateca con sus primeras actuaciones como colegiada, hasta que finalmente decidió retirarse y se especializó en el arbitraje. «Me empezó a llamar la atención, pero estaba estudiando, trabajando, compitiendo y arbitrando, así que dejé la competición porque era imposible seguir entrenando al mismo ritmo», rememora Hinojosa, que reconoce que el arbitraje no le requiere el mismo tiempo que el desempeño como karateca a pesar que necesita echarle horas.

A su 25 años, Nerea Hinojosa trabaja, estudia y es una de las árbitras más jóvenes que hay actualmente en España. Uno de sus valedores, el colegiado internacional granadino Diego Trenado, posaba feliz con ella en Málaga consciente del futuro que tiene por delante como jueza, con la posibilidad de convertirse en árbitra europea y mundial, un escalón que todavía le queda muy lejos. «Pienso en ello, pero muy a largo plazo porque primero tengo que trabajar como árbitra nacional», cuenta Hinojosa, con los pies en el suelo, pero consciente y feliz de que es la primera mujer granadina y la tercera de Andalucía que ha logrado algo así.