Natación

El sueño de Carlos Garach en París empieza en Sierra Nevada

No será sencillo porque sus mejores marcas aún están lejos de las cifras que registran los mejores nadadores de sus distancias, pero él no pierde la ilusión por traer un diploma para Granada. «Al final somos deportistas, muy competitivo en mi caso, y desde pequeño nunca me cierro puertas porque no sé lo que va a pasar. Mi objetivo principal es hacer mis mejores marcas allí y si eso me permite hacer una buena clasificación para dejar a España en lo más alto, mucho mejor», sintetiza Garach para IDEAL semanas antes de París 2024.

El nadador de Granada se concentró en el CAR de Sierra Nevada antes de los Open Trials de Palma de Mallorca que se celebraron la pasada semana. En ellos, estuvo cerca de batir su récord de España de 1.500 metros y consiguió este logro en 400 metros. Anotó su segunda marca nacional y mostró las mejores sensaciones de su carrera deportiva. Tras ello, regresa ahora a Sierra Nevada para una nueva concentración en altura que finalizará días antes de París 2024. Bajará del centro de alto rendimiento de la estación invernal y se desplazará hasta la capital francesa, en donde ya se respira el ambiente olímpico que dominará Francia a lo largo de este verano.

«Son semanas complicadas, porque hay muchas ganas de competir y empiezan a florecer los nervios. Mi equipo y yo estamos dando el máximo para llegar al mejor nivel. ¿Por qué no luchar por una medalla olímpica? Tengo muchas ganas y estamos poniendo todo lo que tenemos para ver qué sale», asegura Carlos Garach, convencido de sus posibilidades de estar entre los mejores del mundo.

En los Open Trails de la pasada semana Garach apenas contó con competencia con la que medirse en 1.500 metros, una carrera en la que los referentes en las otras calles son fundamentales para mantener un ritmo adecuado si las sensaciones dentro de la piscina acompañan. En España, dado que nadie le sigue el ritmo, Garach compite contra sí mismo, en contrarrelojes de quince minutos en las que solo él conoce cómo se encuentra.

Cuando disputa pruebas internacionales, su verdadero nivel florece. A priori, el buen tiempo que realizó en 1.500 metros y su gran registro en 200 y 400 metros, distancias en las que rebajó con creces la mejor marca que había realizado, le permiten ser optimista y no conformarse con nadar en París 2024, unos Juegos que le llegan pronto al nadador del CN Churriana, consciente de que tiene margen de mejora en los próximos años.

En Sierra Nevada, se rodea de su grupo de entrenamiento habitual, dirigido por Xavi Casademont. Su centro de trabajo habitual es la piscina Inacua de Málaga, en donde se encuentra el centro de alto rendimiento para fondistas, pero en este 2024 ha visitado las instalaciones del CAR granadino en varias ocasiones «porque mejora la capacidad de resistencia de los nadadores», según explica Casademont.

Estuvieron en la estación a comienzos de año, antes del Mundial de Doha de febrero. Tras obtener la marca requerida en 800 metros para los Juegos Olímpicos, descansó unos días y luego viajó con su equipo de trabajo a Flagstaff (Arizona, Estados Unidos), en un reconocimiento de las instalaciones con la mirada puesta en Los Ángeles 2024. Tras ello, comenzó un continuo sube y baja de la instalación de Sierra Nevada en el que intercaló su participación en el Nacional de aguas abiertas, en mayo, y en los Open Trails, la pasada semana.

Ahora, ya centrado por completo en París 2024, aspira a «generar mucha resistencia, con entrenamientos de mucha calidad y no tanto esfuerzo. Me encanta venir a Sierra Nevada porque las instalaciones son una locura y te centras al 100% en la natación».

Su jornada de trabajo comienza antes de las ocho de la mañana. Tras el desayuno inicia un calentamiento en seco que concluye a las nueve, momento en el que se tira a la piscina. Ahí acumula dos o tres horas de entrenamiento en función de lo programado para ese día y si, además, tiene que pasar por el gimnasio. Apenas le queda tiempo libre, ya por la tarde, pero lo suele aprovechar para estudiar el grado de Ingeniería Informática que realiza a distancia en la UCAM. Procura sacar tiempo para 'limpiar' su cabeza de natación o estudios.

«Intento despejar mi mente y no estar siempre estudiando o nadando. Vamos a la cafetería a jugar al ping pong, hablo con mis amigos, vamos a andar por el pueblo o jugamos a las cartas. Cuando estoy descansando busco salir de lo que siempre hago. En el fin de semana bajamos al pueblo a darnos una vuelta aunque no haya mucha gente en esta época, pero al final salir del CAR te ayuda a despejarte», reflexiona Garach, mientras que recuerda que sus padres le ponen los pies en el suelo mientras todos los focos de la natación nacional se posan sobre él, con la esperanza de que se convierta en uno de sus referentes. No tiene prisa, pero sí muchas ganas de que su primera participación olímpica sea una realidad.