Manuel Martín · Medallista paralímpico de boccia
Va a publicar un libro sobre su experiencia deportiva y está inmerso en proyectos de inclusión con el Ayuntamiento de Granada
Manuel Ángel Martín Pérez (Pórtugos, 30 de enero de 1980) es uno de los pilares y principales abanderados del deporte inclusivo en la provincia de ... Granada. Retirado ya de la disciplina que le dio tanto éxito internacional, la boccia, se centra en las reivindicaciones para los deportistas paralímpicos, ahora que se acerca la Paralimpiada de París 2024 –que será del 28 de agosto al 8 de septiembre–, con la presencia de los granadinos José Manuel Ruiz Reyes, en tenis de mesa, y Diego Lardón Ferrer, en triatlón.
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Manolo Martín, referente para las nuevas generaciones, se retiró tras los Juegos Paralímpicos de Río hace ocho años, siendo el 14 del mundo en individual y el noveno por equipos. En su palmarés figuran tres presencias paralímpicas, como noveno (individual) y décimo (equipos) en Londres 2012, y doble medallista, bronce tanto en individual como equipos en la categoría mixta de Pekín 2008. Manolo continúa en la lucha por dar visibilidad a la boccia y al deporte adaptado, para que lleguen ayudas económicas e institucionales, en espera de un mundo mejor en torno a la discapacidad. Por eso sus proyectos laten con fuerza en la idea de una Granada cada día más accesible e inclusiva en el futuro. Y de ahí que elabore un libro sobre su experiencia e historia deportiva, con la espera de encontrar colaboración privada y pública para hacerlo realidad.
–¿Qué es de su vida tras la retirada en Río hace ocho años?
–En ese momento solo acabó mi carrera como deportista, ahora todo es diferente a lo que era la preparación para los Paralímpicos. Estaría en San Cugat para ir a París, concentrado, y estoy más tranquilo, pero sigo muy activo, estoy inmerso en muchos proyectos, siempre busco superarme a mí mismo y quiero demostrar a la gente que sé hacer más cosas que lanzar bolillas.
–¿De hecho tiene un libro que ha escrito entre manos?
–Sí, está elaborado con mucha ilusión, contando toda mi historia. Quiero que salga a la luz. Nada acaba con las medallas de Pekín. Es un libro que recoge mi experiencia como deportista pero que deja la puerta abierta de cara al futuro, tras el mayor logro... todo sigue, avanzo y quiero progresar.
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–¿Necesita un empujón para publicarlo?
–Nunca vienen mal las ayudas, espero que las haya institucionales y privadas. Bueno, el caso es que tras Río 2016 hubo promesas para charlas y demás y luego eso se diluyó, pero deseo retomarlo. Por fortuna apareció María Martín Titos, gerente de Fundación Diversos, se enamoró de mi forma de ser y como escritora me ayudó en las 178 páginas.
–¿El libro se centra en su actividad deportiva?
–Básicamente, sí, pero no acaba con las medallas paralímpicas. Juan Carlos Unzué dijo que no pensaba que sería feliz en silla de ruedas. Yo le puedo asegurar que cuando llegué a Granada de Pórtugos, los tres primeros años, me costó mucho y lo pasé mal, por marginación y desprecio. En el libro cuento cómo a través de la boccia, el esfuerzo y el sacrificio, llegué a logros deportivos y ahora toda la gente me quiere, me saluda (especialmente en el Zaidín, donde reside), y el afecto y respeto es mutuo. No pude jugar al fútbol en el pueblo y fui delegado de equipo. Soy muy competitivo, no conseguí mínima para atletismo y vino la boccia. Por categorías, competía a nivel nacional y quedé campeón de España y, al principio, no me dejaban hacerlo a nivel internacional; en esos años el seleccionador ni me podía llamar por ello. En 2007, no iba por si no me permitían jugar, era la excusa por la que me dejaron fuera de la selección.
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–Tuvo que ser muy duro...
–Y tanto, porque yo empeoré físicamente por dedicarme a tope a la boccia y destacar en ella, yo podía andar, pero perdí agilidad para acceder a la boccia, donde podía lograr metas elevadas, y esto me dio la felicidad, me permitió integrarme en la sociedad granadina.
–¿Sacrificio para ser aceptado?
–Así es. El precio fue muy alto al tener que pasar a la silla de ruedas, ganar en boccia y empeorar en calidad de vida, no fue fácil.
–¿Ha cambiado mucho el deporte paralímpico?
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–Imagine en recursos, muchísimo. Los asiáticos empezaron en boccia y los paralímpicos en 2008 y en 2024 ya nos aplastan.
–¿Por qué se retiró?, era joven.
–La culpa la tuvo el desgaste mental, que no disfrutaba, entonces sufría, no tenía ya el estímulo necesario, no fue por lesiones graves o de larga duración, pero perdí la ilusión y la motivación. Ahora la tengo en otro tipo de proyectos y ámbitos. Y daban becas solo a los tres primeros del mundo, ser subcampeón de Europa no me valió para nada. Mis medallas fueron 4.500 euros, ahora son 40.000 y el del oro, 90.000. Los premios sí se han igualado con los olímpicos por fortuna.
–¿Y como entrenador?
–También estoy con la enseñanza de la boccia y Aspace.
–Creo que incluso hace sus pinitos en la política...
–Desde ella pretendo colaborar en todo lo que pueda con el deporte inclusivo y adaptado, que haya una mayor accesibilidad en la ciudad en general, en las instalaciones deportivas, sepa que, por ejemplo, al Nuevo Los Cármenes no tenemos facilidad de acceso a la tribuna cubierta todavía. Quiero potenciar y dar apoyo al deporte inclusivo. Ya me llamó Paco Cuenca cuando era alcalde, también Antonio Granados después y Torres Hurtado, pero ha sido de forma reciente cuando he podido participar de forma directa en esos proyectos, gracias al afecto y el cariño de la alcaldesa Marifran Carazo, también al concejal de deportes Jorge Iglesias, vecino del Zaidín.
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–¿Usted fue en la lista del PSOEy acabó en el PP, no?
–Me siento al margen de colores, banderas y siglas, se trata de ayudar al necesitado y al desfavorecido. Por mi educación y familia siempre fui de ideología conservadora. La política me atraía de siempre, aunque me recomendaron mantenerme al margen, Cuenca me lo brindó y luego llegó la opción del PP, que me permite seguir activo y apostar fuerte por el deporte adaptado. Podía colaborar por mi experiencia y, también, porque doy imagen, no por lo guapo que soy, pero sí porque el mensaje llega mejor con una persona en silla de ruedas, el referente, que lo ha vivido como deportista de elite, con sentimientos pero por pura realidad.
–¿Y el Granada CF?
–Estuve de presidente de las peñas, lo llevo en el corazón.
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