Fontes: «Quiero verme en la pelea por las medallas en la final»

El granadino es ambicioso, pero hasta que no echó a correr en el Olympiastadion no sabía cómo iba a encontrarse. Aún pelea por superar un problema de salud que le afectó en los días previos a la competición. «Pasé tres semanas duras física y mentalmente. Esperaba encontrarme bien en carrera, pero era una incógnita. Mi serie no tuvo un ritmo muy alto pero me sentí bien, lo que ocurrió fue que cuando tengo tantos rivales por delante me cuesta moverme porque soy pequeño; si me veo encerrado, me cuesta salir», comparte Fontes. «La gente se pone nerviosa a ritmos bajos y a falta de una vuelta no veía mucho hueco por donde pasar pese a que me adelantaban por el lado. Aun así, me mantuve tranquilo y pensé que terminaría encontrándolo, y así fue. Cuando me pasó Gonzalo (García) a falta de 130 metros me activé y recordé la semifinal del Mundial, así que arranqué y me vi con fuerzas, en parte porque había ido escondido y resguardado del viento de la contrarrecta hasta entonces y pude superar rivales y ganar posiciones con facilidad», describe.

«Acabé aliviado, mucho más tranquilo al verme en la final después de estas semanas extrañas», reconoce Ignacio Fontes, quien sin embargo es perfectamente consciente de que no podrá correr igual el jueves. «Tengo que mentalizarme para hacer un planteamiento de carrera diferente y salir más adelante para verme en todo momento en la pelea por las medallas. Si quiero estar en la pomada tengo que verme dentro, adelante. No puedo repetir la táctica de las semifinales porque, a poco que la carrera sea más rápida, será difícil alcanzar la cabeza. En situaciones así, verte cerca de las medallas te da siempre un plus», refleja el mediofondista, en sintonía con lo que le pide su entrenador, Jesús Montiel. Él lo espera en Madrid, pero quienes sí le verán en Múnich son sus padres, Juan y Teresa.

Este martes a primera hora, además, participó en los 35 kilómetros marcha la catalana Mar Juárez, dirigida por el accitano Jacinto Garzón en Guadix desde hace un año. Aunque el único objetivo que se había marcado era el de disfrutar de la prueba y terminarla, consciente de la dureza, después de que en mayo le fuese extirpado un caRciroma papilar de tiroides. Mientras otras rivales tiraban la toalla, agotadas, la marchadora fue remontando posiciones y acabó séptima y por tanto finalista con una marca de 2:55:27. Un resultado muy meritorio que, además, mejora el octavo puesto que consiguió en el Campeonato de Europa de Berlín en 2018 en los 50 kilómetros. En Múnich, se impuso la griega Antigoni Ntrismpioti con 2:47:00, seguida de la española Raquel González con 2:49:10 y de la húngara Viktória Madarász con 2:49:58.