Cabrera empuña una de las armas que disparará durante este Campeonato de España :: C. GUISADO
TIRO: ARMAS HISTÓRICAS

Duelo y olor a pólvora desde hoy en el Nacional de Las Gabias

El CEARJuan Carlos I acoge desde hoy el Campeonato de España de armas históricas con más de un centanar de tiradores y setecientas armas, de las cuales 150 son originales

CÉSAR GUISADO

GRANADA

Viernes, 31 de mayo 2019, 01:40

El olor a pólvora, el estruendo en cada disparo y por supuesto la camaradería entre tiradores. El aroma de las avancarga, imaginar cómo eran los ... duelos y sentirlos muy de cerca, a pocos metros. Y por supuesto la veteranía de los mejores tiradores y coleccionistas de armas de todo el país. Reclamos que pocos torneos tienen como este para atraer tanto al público neófito como al entendido. A quienes quieren empaparse al fin y al cabo de nuestra propia historia porque con estas armas sin ir más lejos se forjaron muchas de nuestras fronteras, o se construyó un país tan grande como los Estados Unidos.

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Hablamos de las Colts, las Kuchenreuter, las Remington o Mariette que estarán presentes en el Campeonato de España de armas históricas que se celebra en el Centro de Alto Rendimiento de Las Gabias desde hoy y hasta el próximo domingo, aunque ayer ya tuvieron lugar los primeros entrenamientos oficiales. Más de cien tiradores han traído consigo setecientas pistolas de duelo, revólveres y rifles de largo alcance, de los cuales ciento cincuenta son originales.

Las Colts son la joya de estas armas, pero existen rarezas como las dos Manton que podrán verse, una pistola corta de duelo con empuñadura de madera, pedernal en forma de cuerno y cañón metálico con exquisitos acabados. Era un arma para la clase alta sin duda. O las Lorenzoni, con un cañón algo más largo que podía llegar hasta los treinta centímetros y con grabados muy cuidados en empuñaduras de marfil o madera.

De entre los casi ciento veinte tiradores, dos granadinos. O casi. Porque Abel Sánchez, que es jaenero de nacimiento, entrena y compite en Granada desde hace algunos años. Acude con seis armas, las réplicas de Mariette, Lorenzonni y Donald Malson, y con armas de cartuchería metálica, un revolver Piñal, un Núñez de Castro y un Freire y Brull. El otro, es un veterano de la pólvora, Pablo Cabrera. Viene con siete armas, las réplicas de Cominazzo, Kuchenreuter y Mariette, una Vettereli, su Donald Manson y la Remington, además de su pieza más preciada, un Colt del 1.857.

«Ese revólver viene de la Guerra de Secesión americana, y lo llevaba el ejército de la unión», explica su propietario, suponiendo que «no estuvo en combate pero sí en el arsenal, ya que de haber combatido estaría muy deteriorado», asegura. ¿Cómo llegó a sus manos? Como para todo buen coleccionista, «fue una locura, hice una compra aquí en España a alguien que también es un coleccionista de estos objetos de tanto valor», confiesa.

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Parte de este juego es que estos deportistas, son además coleccionistas e historiadores. A Pablo Cabrera esto lo viene «de pequeño, de las películas de vaqueros y de piratas. Esta Colt me ha obligado a estudiar», a aprender que «fue un revolver muy bien diseñado, que le daba ventaja a los del Norte frente a los del Sur», a saber que «tiene sus deficiencias para tirar en competición porque tiene unos puntos de mira que son muy propios», pondera.

En la Guerra de Secesión

«Ten en cuenta que Samuel Colt, que fue el fabricante e inventor de este revolver, se apoyó en un revolver británico más antiguo. El ser humano intenta desde el principio que sus armas sean de repetición, cuando tirábamos con una onda, metíamos tres piedras. Luego hicimos lo mismo con las flechas y así con todo hasta el arma de fuego. El intento de repetición, empezó con el Collier, era una pistola de chispa, manual. Y Colt se apoya en él y lo supera. Al principio lo pasa mal porque no vendía lo que necesitaba, hasta que hace un contrato con el ejército y lo vende. Pero en la Guerra de Secesión, como en todas las guerras, hay proyectos que están verdes y se aceleran para llegar a tiempo, antes que el ejército rival y esto es lo que hicieron los del norte con el Colt», ilustra el tirador.

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Para Pablo Cabrera, competir entre los mejores de España «es mucho». «Tendremos piezas muy bonitas de ver. A mí me gustan mucho las pistolas de duelo, porque tienen su encanto, su parte romántica entre comillas porque generalmente se batían dos nobles por una mujer. Imaginar a la nobleza cómo solucionaba sus duelos así o a un caballero al final del Siglo XIX, y comprender que no era lo mismo que un caballero del final del Siglo XVIII. Porque aquí ya eran nobles, militares de alta graduación con armas de gran valor. Y estas las heredaban de sus familias, en estuches que quizá nunca iban a utilizar, pero que tenían un prestigio». Y todo, en el otrora Condado de Gavia, en el hoy epicentro nacional del duelo y el olor a pólvora.

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