Morillas y Peña, durante un momento de la ascensión en la que lograron dos récord mundiales en paramotor biplaza. IDEAL
Paramotor

Dos récords mundiales sobre el cielo de Granada

Ramón Morillas y Carlos Peña lograron ascender más de 6.000 metros en ochenta minutos y establecieron la mejor marca en paramotor biplaza con arranque a pie en 7.186 metros

Domingo, 1 de septiembre 2024, 00:01

Ramón Morillas y Carlos Peña son una pareja de récord. Su amistad se construye en el aire y sobre Granada establecieron hace unos meses dos ... marcas mundiales que sobrepasaron con una solvencia que ni ellos esperaban. Ambos son parapentistas, lograron ascender más de 6.000 metros en ochenta minutos y establecieron la mejor marca en paramotor biplaza con arranque a pie en 7.186 metros, muy por encima del anterior registro, que se estableció en 5.066 metros hace una década.

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«Este récord fue a puro motor», resume Carlos Peña, que como su compañero Ramón Morillas quedó muy sorprendido del rendimiento del motor que les permitió ejecutar la ascensión. Utilizaron un Cosmos 300 de la marca Vittorazi, que fue «de escándalo», según sintetiza Morillas, al que la pasión por el vuelo le sale cada vez que empieza a hablar. Los dos quedan con IDEAL para explicar los detalles de su récord después de otra experiencia que llevaron a cabo en Sudamérica y no hace falta insistir mucho para que ambos quieran echar a andar de nuevo el motor para dar una vuelta sobre Granada. «Pensaba que íbamos a subir por encima de los 6.000 metros, pero en ningún caso creía que pudiéramos sobrepasar los 7.000 metros. De hecho, no nos abrigamos lo suficiente a pesar de que tenemos abrigo para estar por encima de 8.000 metros», bromea Morillas, que se acuerda del amplio equipo de Parapente Draco que el pasado 23 de diciembre de 2023 se reunió en el campo de vuelo de Cenes de la Vega. Entre ellos, hubo una representación de la Federación Aeronáutica Internacional (FAI), que ahora tiene que validar un registro que, extraoficialmente, ya se ha dado por bueno.

El ascenso requería de una infraestructura importante. En total, calculan que sostuvieron en el cielo de Granada en torno a 220 kilogramos entre pilotos, ropa, paracaídas, asientos, combustible, instrumentos de vuelo y aparatos de oxígeno. Como chasis, un PAP Tinox 1.500 hélices, amarrado a una vela Takoo 5 de Niviuk, que se abrió de par en par cuando las hélices de Helix decidieron que era el momento de iniciar el ascenso. «Lo hago como un desafío personal, que además me gusta realizar en Sierra Nevada, una zona que tenemos controlada a nivel legal y cuyo tiempo conocemos porque por encima de 7.000 metros la temperatura baja hasta los -25 grados», resume Ramón Morillas, que desde hacía tiempo tenía en mente que un registro de este tipo se podía realizar con solvencia. Hablaron con la marca del motor, que también estaba interesada en la promoción de su producto, y montaron el equipo necesario para realizar el ascenso, que inmortalizaron con una cámara GoPro, que captó el vuelo desde el comienzo hasta la cima.

Ascenso progresivo

A pesar de que el ascenso se hiciera con un apoyo importante del motor, los pilotos también ponen en valor la gestión del proceso y cómo la ejecutaron. «El comienzo de la ascensión se realizó a pie. Salimos corriendo, sin ruedas, que es mucho más cómodo y menos cansado, y cuando estábamos le dimos gas y comenzamos la ganancia», rememora Morillas, que asegura que pensó en hacer el ascenso en monoplaza, pero finalmente apostó por intentar el récord junto a Carlos Peña, otro apasionado como él de las alturas. Tras la salida, ambos sabían que tenían que tratar de subir lo más rápido posible para optar también al récord de ganancia en menos tiempo. Sin embargo, esa rapidez debía ser progresiva, ya que el cuerpo tiene que acostumbrarse a la falta de oxígeno y a la presión, pero la gasolina también necesita ser gestionada. «Al principio no le doy a tope para no machacar el motor, pero sí hay que darle fuerte. En resumen, hay que gestionar el vuelo porque cuanto más altitud tienes menor es la presión atmosférica y queda menos oxígeno en la mezcla de gasolina de aire», cuenta Ramón Morillas.

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Ramón Morillas y Carlos Peña posan para IDEAL en el campo de vuelo de Cenes de la Vega. Pepe Marín

En la parte trasera del biplaza, Carlos Peña maneja los datos. «Se debe conocer cómo miden los datos los instrumentos, ya que están calibrados a la altura del despegue y se tiene que hacer un ajuste por el ascenso que se realiza en la atmósfera. Este aspecto es importante porque luego hay que enviar a la FAI la documentación con todos los instrumentos, que son las pruebas de que se ha obtenido el récord», añade Peña.

Ramón Morillas explica que los dos últimos récords que ha establecido se tratan más de una gesta deportiva en la que se mide cómo funcionan los parapentes y los paramotores. «Ahora es mucho más fácil que antes, ya que antes había que buscar mucho las corrientes y ahora ascendemos a puro gas. Tecnológicamente no dejo de alucinar porque es una pasada alcanzar esta altitud. Ni los helicópteros suben tan alto», resume Morillas, veterano de las alturas, que ha vuelto a establecer con Carlos Peña dos nuevas líneas en el cielo de Granada.

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