A Carballés le espera el 'rayo' Karatsev

Al granadino no le da tiempo a saborear la victoria más importante de su carrera, al margen de los títulos 250 de Quito en Ecuador y Marrakech en Marruecos. En primavera alcanzó su mejor ránking histórico pero, seguro que ahora, con nuevos puntos, avanzará en la lista muchos puestos, todo dependerá de si sigue salvando obstáculos y resiste el esfuerzo físico.

El jugador de la Real Sociedad de Tenis de Granada cuenta con 30 años, ha madurado su juego, con servicio más eficiente, solidez y mejor capacidad mental, aunque el desgaste ha sido siempre la asignatura pendiente en su trayectoria.

Su entrenador José María Garrido, entre otros, se ha referido a lo que le cuesta reponerse y recuperar energías, por lo que en los grand slams, torneos a cinco sets, se le hacen muy largas las eliminatorias, con muchas horas en pista. Le ha pasado en otras ocasiones con la recuperación de un día para otro, que han aparecido molestias y más obstáculos físicos de su propio organismo que de técnica o facultades para combatir al rival desde el punto de vista técnico. El nazarí arrastra contracturas musculares en el cuello, esto desde el torneo de Andorra.

Maximiliano Ritacco, que forma parte de su grupo técnico en la función psicológica, resalta la progresión de 'Rober' desde el triunfo en Marrakech, donde se materializó en resultados la dura e intensa preparación.

Su objetivo para 2023 está cumplido, porque lo fijó en anotarse otro torneo ATP 250 y colarse entre los 50 primeros del circuito, lo que logró en un solo año. E insiste en la autoconfianza y el haberse consolidado emocionalmente, «el creérselo». De hecho superó a Mateo Berrettini con anterioridad, lo más sonado tras aquel Roland Garros en el que amargó a Denis Shapovalov. La grata respuesta mental permitió que, al ceder el segundo set, no se viniera abajo, porque posee potencial para superar a cualquier 'top'.

Ritacco destacó el espíritu de lucha ante Rune, al mantener el esquema «de rutinas y dinámica» por encima del resultado en su juego, motivación con el puño que es una novedad, el dirigirse al banquillo. José María Garrido le pidió que juegue dentro, sobre la línea, no dar pasos atrás, golpear a bote pronto y no dejarse avasallar, esto en especial cuando saca. Y prefirió perder puntos que ceder terreno e irse al fondo.

Al restar, aprovechó mucho los restos de segundo saque de Rune, con la derecha invertida o cruzada, para producir así más 'breaks' que el danés. En el segundo set, mantuvo porcentajes altos de servicio y resultó clave el tercero, al seguir al mismo nivel. 'Rober' conocía a Rune y le había ganado hace dos años cuando era menos afamado. La pericia y madurez de Carballés quedaron patentes.

Tras el obstáculo de Karatsev, el camino del granadino hacia la final pasaría por el vencedor del Thiem/Shelton, en la tercera ronda, probablemente Tommy Paul en octavos, más Ruud o Tiafoe en cuartos, para plantarse en semifinales frente a Djokovic, Tsitsipas o Fritz y, en la final, se las vería con Alcaraz, Sinner, Medvedev o Rublev. El sueño que vive el tenis granadino es gratis.

El inmediato adversario es el ruso Aslán Karatsev, con el que entrenó en Barcelona. Eliminó en primera ronda al checo Jiri Lehecka tras triple 6-3, con un ránking inferior, el 77 por el 29 del rival.

No es un jugador versátil, ni destaca en diferentes superficies, las debilidades y fortalezas son claras y evidentes. En arcilla y pistas lentas le cuesta bastante más, pero resulta muy peligroso en rápida, porque en su zona de confort, en el metro cuadrado en el que está cómodo, desequilibra con facilidad, tiene golpes que pega fuerte, recto, plano y duro en la zona centro. Y se apoya en la bola hacia adelante cuando está dentro.

Su confianza radica en el saque y la derecha, fluidez a pocos golpes, no le gustan los largos peloteos. Su esquema es muy ofensivo y de mucha intención. Apenas sube a la red, pero bombardea con servicios para cerrar en el área de saque o tres cuartos de pista.

En carácter es lineal, sin grandes festejos ni exabruptos. Ahora muestra cierta vulnerabilidad. Empezó muy fuerte y bajó el rango psicoemocional últimamente, con los grandes jugadores no se sobrepone fácil.

Carballés debe sacarle de la zona de confort y desbordarlo hacia fuera, con primeros saques y romperle el ritmo. Al restar, aplicar intención a los segundos, bolas altas al revés, porque el ruso no ejecuta apoyado ni da grandes saltos. Karatsev cometerá menos errores no forzados que Rune. Hará menos peloteos y generará un menor desgaste. La derecha paralela de Carballés será decisiva.