El camino heleno de los Segura
Los hijos del que fuera entrenador del CB Granada han sido convocados por sus selecciones este verano pese a vivir y jugar en Grecia
Sábado, 22 de julio 2023, 00:25
Cuando en agosto de 2021, Curro Segura se convertía en el entrenador del Ionikos, probablemente no pensaría que su familia iba a echar raíces en ... la cuna de la democracia. O sí, pues sus hijos ya le habían acompañado antes en alguna experiencia previa en el extranjero, pero lo cierto es que el paso por Grecia del granadino se ha prolongado –luego dirigió al histórico AEK y ahora se hará cargo del Kolossos de la isla de Rodas– y es allí donde sus vástagos se han convertido en dos de los talentos a seguir por la Federación Española de Baloncesto.
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No es fácil para los Segura Díaz-Larrauri reconocer a una tierra como la propia. Su padre es granadino por los cuatro costados. Su madre, Beatriz –ex jugadora profesional– nació en Vitoria pero se crió en Málaga, donde llegaría al mundo Mar en el año 2008. Antes, en 2006, había nacido Curro –'Currillo', para su padre– en la isla de Menorca. De ahí que los hermanos tengan un cierto 'cacao' mental al preguntarles por el lugar al que pertenecen. «Entre Málaga y Granada, ahí estamos», dice él. La realidad es que han pasado más tiempo en la provincia vecina, pero también que su residencia más frecuente cuando están en España es en Almuñécar.
Lo que parece claro es que el baloncesto se vive intensamente en el núcleo familiar. «Cuando llegas de entrenar, ¿qué hay en la tele? Pues eso, baloncesto a todas horas», bromea el hermano mayor que, eso así, asegura que «siempre hemos sido libres y hemos podido elegir si jugábamos o queríamos hacer otra cosa». Mar, por su parte, valora la experiencia del clan en el mundo en el que ahora busca abrirse camino. «Nos han ayudado muchas veces y nunca me han resultado pesados», aclara. «Nos hablan para ayudarnos... Pero creo que les da igual si le escuchamos o no, eso ya es más cosa nuestra», añade Curro.
Seleccionados
De momento, los hermanos Segura Díaz-Larrauri forjan sus carreras en Grecia. Él destaca en el júnior del Olympiakos, el gran club de El Pireo, con el que incluso ha disputado el 'Next Generation', torneo para filiales de la Euroliga con 11,8 puntos y 3 rebotes de media que llamaron la atención de David Soria, seleccionador español u17. «Estaba en un campus de tecnificación en Alemania y me llamó mi padre diciéndome que no podía venir al suyo en Almuñécar porque me había llamado la selección y coincidía... No me lo esperaba por estar en Grecia, pensaba que apenas tenía exposición desde allí», recuerda 'Currillo' sobre el reclamo de la rojigualda u17 con la que, sin competición oficial este verano, ha estado concentrado en Azuqueca de Henares antes de disputar un torneo en Oporto ante las u18 de Rumanía, Portugal y Polonia, con triple derrota española. «Ha sido un golpe no ganar ningún partido, pero era difícil por la edad», razona.
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Más experiencia con selecciones tiene su hermana, enrolada en el Esperides, club femenino del céntrico barrio ateniense de Kallithea. Esta temporada ha debutado incluso en la primera división griega y, aún en edad cadete, ha sido incluida en el quinteto ideal del torneo nacional griego de categoría júnior. «La verdad es que jugamos muy bien y yo creo que lo hice bien también, pero estar en el quinteto es algo que no me esperaba», recuerda con una sonrisa nerviosa. Para ella, la primera convocatoria nacional llegó hace ya dos veranos, durante una concentración, aún sin competición, en la localidad vallisoletana de Íscar. «Me escribió mi padre avisándome de que me habían visto con la selección andaluza», rememora. Ahora, ya casi veterana con España, acaba de ganar el Torneo de la Amistad ante Grecia, Italia y Francia, con triple victoria española y medias de 8,3 puntos, 3,6 rebotes, 2 asistencias y 2,3 robos de balón para ella. Un buen rendimiento y un solo lamento, lógico. «¡Hubiera preferido que el torneo no fuera en Grecia, para ver otros sitios, porque además ha sido en Creta y allí ya he jugado antes», aclara Mar, quien reconoce que sus compañeras de selección la llaman 'la griega', por el camino, diferente al habitual, que en su familia han llevado a cabo.
De hecho, 'Currillo' parece convencido de que, de no ser por el salto a tierras helenas, la llamada de España no habría llegado este verano. «Estar allí me ha dado una oportunidad de jugar torneos de alto nivel que me ha ayudado», agradece, orgulloso por «jugar en la cantera de un equipo de Euroliga» con el que ya ha llegado a entrenar en la que es quizá la mayor guarida del Viejo Continente: el Pabellón de la Paz y la Amistad –o popularmente, el 'pabellón de las dos mentiras', por el ambiente que allí se genera en contraposición a su nombre–. donde «vivir un partido es una locura», confirma.
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He ahí el recorrido de dos nómadas del baloncesto granadino –o malagueño, o menorquín, o vaya usted a saber– que, pese a su arraigo con Grecia –«yo entiendo bastante el idioma, incluso puedo escribirlo bien», desvela Mar– y a que su padre vuelva a trabajar al país en unas semanas, aún no conocen cuál será su próxima parada. «No sabemos ninguno qué haremos», cierran. Genio y figura, los Segura.
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