Finuco Martínez, posando para SUR desde la Copa de España de escalada de Mijas. M. RIVAS
Escalada

Finuco Martínez, padre de la escalada, bailarín y 'buscavidas'

El gallego, pionero de esta disciplina en España, vive ahora la competición desde el 'backstage' organizando eventos como esta Copa de España que acoge Mijas

Marina Rivas

Sábado, 20 de septiembre 2025, 15:02

Tiene la suficiente cantidad de anécdotas inverosímiles como para relatar una amplia y entretenida biografía. Con el cuerpo lleno de cicatrices, un marcado estilo urbano ... y la misma ilusión de un niño, Finuco Martínez aterriza por primera vez en Mijas como director de competición de la primera edición de la Copa de España de escalada que recala en Andalucía. Quizá los más jóvenes allí presentes no le reconozcan, pero entre los más experimentados, su presencia no pasa inadvertida.

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Hablamos del reconocido como el padre de la escalada en nuestro país, un 'buscavidas' que nunca le temió a nada, reivindicativo, callejero y con una mente privilegiada para los negocios. Él siempre encontró la fórmula para salir adelante, destacar y caminar siempre dos pasos por delante del resto, con ideas rompedoras que han acabado impulsado y revolucionando por completo este deporte en nuestro país.

Nació en el seno de una humilde familia coruñesa. De padre marinero y madre ama de casa, siempre le gustó la naturaleza, le encantaba salir a la calle y pasar el día con sus amigos viviendo todo tipo de aventuras. Es más, antes de la escalada, se sumergió en el mundo de la espeleología. «Con 14 años la Guardia Civil nos llamaba para hacer rescates en cuevas porque por aquel entonces no había grupos de rescate como ahora», recuerda, a modo de anécdota. Tanto le impresionó este mundillo que decidió imponerse nuevos retos, en este caso, ligados con la escalada o alpinismo. Y el primer objetivo de su lista fue el Naranjo de Bulnes, el cual logró ascender con unos amigos aun con 16 años. Una vez conseguido, llegó a sus manos un libro que le cambiaría la vida. Recuerda que se titulaba 'Escalada en Yosemite'. Para los que no lo sepan, este enclave estadounidense es la meca para los escaladores de montaña, donde se han forjado algunos de los nombres más destacados del mundo.

Sin pensarlo dos veces, el llegar allí se convirtió en la obsesión de Finuco y de su fiel compañero de batallas, Fausto Blanco. Teniendo ellos 17 y 16 años respectivamente, pusieron rumbo al otro lado del charco. Martínez recuerda que sacó su lado más reivindicativo en casa y organizó una huelga de hambre para que sus padres le dejasen ir. «Éramos unos locos. Llegamos allí y nos buscábamos la vida, no conocíamos a nadie y dormíamos donde podíamos...», reconoce. Aquel mes se empaparon de la cultura americana y no sólo eso, hicieron historia como la cordada más joven en escalar El Capitán, un espectacular monolito de 914 metros de altura reconocido por ser uno de los lugares más emblemáticos del mundo para los amantes de la escalada en roca, en 1984. «Cuando volvimos cambió toda mi vida, salimos en la prensa, la Xunta de Galicia me dio una beca de 500.000 pesetas como mejor deportista del año...», recuerda.

Pero aunque su nombre comenzó a sonar, necesitaba más fondos para financiar su nueva carrera como escalador. Para ello, buscó debajo de las piedras: desde recoger latas a cambio de unas monedas o recorrer negocios locales e instituciones gallegas para buscar patrocinios hasta hacer reparaciones en negocios, ya en su segunda etapa en Estados Unidos. Incluso, se sacó un dinero con su otra gran pasión, el baile. Y es que aunque muchos no lo sepan, Finuco practicó ballet durante un tiempo. Incluso, se llegó a plantear el baile como modo de vida. Así lo recuerda: «Un día íbamos hacia el dique y pasamos por el edificio de la Diputación, entonces vimos un cartel de que necesitaban chicos para ballet. En aquellos momentos estaba de buen ver gracias a la escalada y además pagaban 14.000 pesetas. No lo dudé y acabó gustándome tanto que hasta me replanteé a qué lado tirar, hubo un momento en que coincidió una gira de ballet en Brasil y otro viaje de escalada y me lo replanteé».

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ARCHIVO DE FINUCO MARTÍNEZ

Sin embargo, la escalada le apasionaba demasiado. Durante años, recorrió Estados Unidos y Europa escalando algunas de las paredes naturales más complicadas, hasta que su cuerpo dijo basta. A principios de los 90 aparcó el mundo de la competición tras una operación en los antebrazos y decidió involucrarse en el deporte que tanto amaba desde el 'backstage'. Y su primera gran gesta en esta nueva etapa fue impulsar el primer rocódromo de España, en La Coruña. Para inaugurarlo, llamó a los 30 mejores escaladores del país y de ahí nació la que acabaría convirtiéndose en su empresa, 'Top 30'. De esta vive a día de hoy, organizando desde eventos de escalada olímpica, otra disciplina más extrema bautizada como 'psicoblock', e incluso otros deportes como pickeball o parkour.

La Copa de España de Mijas

Bajo esta marca también comenzó a trabajar junto a la Federación Española en la organización de las Copas de España, como la que se celebra este fin de semana en Mijas, y las pruebas de la Copa de Mundo que se celebran en España. Es más, él fue el impulsor de la inclusión de la modalidad de velocidad en las Copas de España. Sobre la cita malagueña que se está disputando ahora mismo, apunta: «Es un lujo venir. Nunca había estado una Copa de España en Mijas y el ayuntamiento de Mijas nos ha demostrado que está apostando por los deportes minoritarios». Y sobre las peculiaridades del montaje de esta competición destaca varios aspectos: «Cada Copa cambiamos los formatos y los paneles. En este caso, estamos estrenando por primera vez este muro de velocidad, es la primera vez que el muro no lleva las arañas de huecos, sólo están las presas. En los bloques hay cinco bloques masculinos y otros cinco femeninos y además cambiamos los paneles, no son los mismos los de las clasificatorias que los de las finales, así que es un trabajazo».

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Ahora, la vida de Finuco, padre de 4 hijos y con 61 años, se basa en seguir revolucionando y mejorando la disciplina que tanto le ha dado en la vida. Su meta es poder ofrecer a los talentos del mañana todo lo que él no tuvo en su momento, haciendo grande este deporte. Así lo reafirma: «Yo procuro poner mi granito de arena en mejorar todo lo que nosotros no teníamos nosotros cuando escalábamos. Antes sólo nos íbamos al monte, ahora tienen entrenadores, instalaciones para entrenar, preparadores físicos... Poco a poco van llegando los 'sponsor', las becas gracias a los Juegos Olímpicos y vamos contribuyendo todos a la profesionalización de este deporte».

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