Entrevista con el expresidente de la RFEF

Luis Rubiales: «Me siento bastante apoyado; en lo del beso, más por mujeres»

«La condena no es firme y llegaré hasta el final porque no hubo intención sexual», explica el motrileño

Viernes, 14 de noviembre 2025, 00:19

Luis Rubiales, expresidente de la RFEF, habló largo y tendido con IDEAL sobre su libro, 'Matar a Rubiales'. En este extracto, abunda en el asunto ... del beso a Jenni Hermoso, por el que está condenado (aunque ha recurrido) y su decepción con Pedro Sánchez, al que califica de «cuentista».

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–Dice que llos granadinos le tratan con afecto.

–Habrá gente a la que le caiga mal, pero me siento bastante apoyado. En el tema del beso le puedo decir que infinitamente apoyado.

–¿También por mujeres?

–Sí, sí, más por mujeres que por hombres. Me dicen que no se sienten representadas. Que se notaba que Jenni era una amiga, que me abrazó y que una mujer, si un tío la coge mal, lo aparta. De lo demás, en el libro está. Sufrí una cacería por poderosos que controlan el relato.

–En la página 82, cuando menciona la inhabilitación de la FIFA por su comportamiento en la final del Mundial femenino, dice: «Me equivoqué. Lo he reconocido pidiendo públicamente perdón. No guardé el decoro adecuado, no me comporté con la corrección inherente al cargo».

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–Sí, pero mire. Las jugadoras de la Selección han estado acostumbradas a que en la Federación no se les haga ni caso durante años. A que no se les firmen primas, no tener derechos de imagen ni sus familias el derecho a viajar. Todo eso lo solucioné. No había ninguna selección en el mundo, ninguna, que tuviera todo como ellas. Pero, además, era amigo de muchas futbolistas... Estuve con ellas durante un mes y pico en el Mundial. Recogí hasta balones, jugué rondos o a chutar desde el córner. Una relación de jugadoras a jugador. Muchas de ellas me han apoyado y mandado mensajes. A una madre o a una de las capitanas las han querido forzar para ir a declarar en mi contra y se han mantenido, pero no han podido quedarse de pie ante el 'tsunami'. Han cedido. Lo comprendo. Hicimos una gestión magnífica.

–Pero le pregunté por su comportamiento.

–Lo que quiero decir es que yo fui futbolista y el que lo ha sido, entiende cosas. Yo me he sentido jugador y ellas me han dado ese lugar. Muchas bromeaban y, bueno, han salido muchos vídeos, 'Rubiales, queremos un beso', tal y tal. Es que hay muchos más vídeos que al salir yo de la RFEF los han dejado. Me mantearon, me tiraron al suelo, se me echaron encima, me tocaron todas las partes del cuerpo al lanzarme… Cuando uno gana un Mundial y se siente futbolista, pues... Pero no debí sentirme, sino estar más frío… A esto me refiero. De ahí, a la distorsión, a todo lo que se formó... Creo que la mayoría de la gente, así lo siento por la calle, me muestra ese punto de vista.

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–Insinúa que dos futbolistas debieron convencer a Jenni Hermoso de que actuara en su contra.

–Sobre todo Irene Paredes. Estaba enojada conmigo, porque ella se tomó la libertad, junto con Alexia Putellas y Patri Guijarro, de decirme que había que echar a (Jorge) Vilda (entonces seleccionador), que no llegaba su mensaje… Les dije, «¿pero os trata mal?» Decían que no. «Entonces, tú eres jugadora», respondí. Si querían algo con Vilda, nos sentábamos con él. Pero vieron la posibilidad de acabar con él y con el hombre que le había defendido. Esta (Irene Paredes), dice, «no, esto está mal». Jenni durante unos días aguanta, duda… Me dice, «ya he salido y he dicho la verdad; presi, no quiero salir más...». Perfecto, pero llega un momento que esa fuerza de pertenecer al grupo… Porque Jenni no firmó la carta (que pedía cambios antes del Mundial por jugadoras que renunciaron). Medió para que vinieran otras. Ha salido beneficiada, en lo económico o social, como adalid de un movimiento impostado. Le hace no ceñirse a la verdad. Me ha traicionado como amigo porque le he ayudado muchas veces, pero eso quedará para mí.

–Fue condenado por «agresión sexual de menor intensidad» a un pago de 10.800 euros, pero recurrió ante el Supremo.

–La condena no es firme. Llegaré hasta el final. Hay cuestiones técnicas. El propio Supremo ha explicado que los labios son una zona gris que puede tener diferentes usos. Hay besos que no tienen un componente sexual. Confío en el Supremo y en mi abogada en este asunto para que sepan ver que, con millones a través de las pantallas, no hubo intención sexual.

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–¿No cree que pudo hacer más para calmar las aguas?

–Qué va, por lo político y lo mediático. Una cosa distinta es la sociedad, salvo un porcentaje menor de extrema izquierda, feministas radicales y del mundo 'woke'. Creo que la gente está muy harta, especialmente las mujeres. Ellas saben lo que es una agresión sexual, que se producen muchas lamentablemente. Estoy convencido de que si hubiera dedicado millones a determinados medios, las portadas habrían sido otras. La gente lo tiene claro. Pueden ver un error, incluso decir que lo del palco estuvo peor. Pues sí, pero lo que hice, siendo granadino, fue un 'ole tus huevos' a Vilda, pero con tanta emoción me equivoqué. ¿Es suficiente para la desproporción? No.

–Se llega a reconocer votante socialista, al menos hasta que Pedro Sánchez negocia la amnistía

–He sido votante socialista, menos en Madrid. He sido hijo de un militante, pero de otro PSOE. De un partido que entendía las cuestiones de Estado de otra manera. No hay más que escuchar hablar a Felipe González. El de ahora no es su PSOE, un partido de centroizquierda necesario para la evolución de este país. Ahora tiene a un presidente que cambia de opinión sin argumentos. Cambiar es de ser inteligente cuando varían las circunstancias. Si los que promueven la amnistía salen y dicen «nos hemos equivocado y queremos hablar», a lo mejor es momento para perdonar, pero es que siguen por ahí. Pienso en la unidad de España. Sánchez dijo que jamás pactaría esto para ser investido. Luego lo hace. ¿Para qué? Para ser presidente. Es mentir. Un cuentista.

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–¿Le usa de cortina de humo?

–Cuanto más se hablara de mi tema, mejor. La gente decía, «joder, ya estamos cansados de Rubiales», pero le funciona. Hemos caído en un PSOE dominado por la extrema izquierda. Por Yolanda Díaz, una demagoga integral.

–¿Su carácter le ha perjudicado?

–No, ha habido una campaña contra mí, orquestada por Tebas y su entorno, pero quien me conoce de verdad, en Granada o en Motril, sabe que soy un tío cercano, que doy la vida por mi gente y que al final mi gestión está ahí.

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–Se dijo que hubo una orgía en Salobreña.

–Si uno de nosotros estaba con su novia... Es una barbaridad. Ahora, lo que no pueden pretender es que sea un monje, no voy a engañar a nadie. No he organizado orgías y jamás en mi vida he pagado por 'escorts'. Un tema ético se mezcla con una cuestión ilegal, el dinero de la RFEF. Lo pagarán ante la justicia.

–¿No pasó nada raro?

–Fueron unas jornadas de trabajo que pagamos nosotros. Están las facturas en el libro. Cuando la jueza haya visto esto… Ni me preguntó por ello ni por Gruconsa. Eso no quiere decir que, cuando acabamos de trabajar, hagamos lo que queramos. No soy una excepción, pero de ahí a esas barbaridades...

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–La inhabilitación le impide hasta organizar un partido.

–Iba a jugar un partido en Motril. La maquinaria 'woke' empieza a buscar gente en mi contra. Ponen un bus desde Granada en el que bajan diez y había quinientas personas manifestándose a mi favor y de mi madre, que estaba encerrada en la iglesia, un episodio en el que sufrí mucho… En la FIFA está Emilio García Silvero, contendiente a la presidencia de la RFEF. Me hicieron pagar el estar en el otro bando.

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