«No vengo a ser Kobe Bryant pero creo que puedo ayudar mucho»

«Me siento bien tanto física como mentalmente, e ilusionado y esperando tener continuidad en el juego y poder volver al ritmo de competición que necesitaba y que no tuve en los últimos meses», explica el nuevo jugador rojinegro en sus primeras declaraciones en la ciudad.

El suyo, dice, «ha sido un verano corto pero he descansado lo suficiente» para llegar con las pilas cargadas. «Veo bien al equipo, a la espera de cerrar la plantilla», asegura, con la duda de quiénes serán los dos últimos integrantes de la misma. Eso sí, Todorovic destaca una clave en su nueva relación con el Covirán: «la ilusión generada en el equipo por el ascenso y la mía personal por volver a jugar a mi forma y tener un rol más importante, con más peso». Además, desvela que, una vez conocido el interés rojinegro, hablar con su futuro entrenador fue lo que le ayudó a decantarse –tenía también una oferta del Fuenlabrada–. «Obviamente la charla con Pablo Pin fue lo que terminó por hacerme tomar la decisión», subraya.

El jugador nacido en Mrkonjic Grad, ciudad perteneciente a la República Srpska, la parte de Bosnia-Herzegovina que quedó reservada a la población serbia tras los acuerdos de Dayton de 1995, asegura que su objetivo en Granada será «dar lo mejor de mí para hacer mejor al equipo».

De hecho, y aunque obviamente es previsible que tenga un peso mayor en el juego del que tuvo en Tenerife, no quiere acaparar demasiados focos. Así, aunque entiende que puede «aportar mucho al equipo en ataque y en defensa», aclara acto seguido que «las cosas pueden salir bien o mal obviamente, pero yo no estoy aquí para tener un rol como Kobe Bryant y dominar la liga». Tras ello, reitera que su objetivo personal como rojinegro será «intentar sacar lo mejor de mí para ayudar al equipo respetando siempre el rol y lo que me pida el entrenador».

Todorovic podrá resarcirse de la temporada 2011-12, en la que fue uno de los verdugos del 'Cebé' con el filial del Unicaja. Aunque, eso sí, es sincero al admitir que, para él, el de Benahavís solo fue un partido más. «Al llegar me enseñaron fotos, pero no recuerdo gran cosa», explica.