Salida en falso de un jugador para la historia del baloncesto granadino
De más a menos ·
El estadounidense revitalizó al Covirán el curso pasado, pero acepta la oferta del Maccabi justo en una mala racha de juegoGranada
Miércoles, 7 de febrero 2024, 19:31
Cuando dentro de unos años el aficionado granadino recuerde a Joe Thomasson, deberá poner al escolta de Dayton entre aquellos grabados por momentos icónicos de ... su baloncesto. Nombres como John Ebelling, John Williams o Pops Mensah-Bonsu que vuelven a la mente cuando se rescatan agónicas salvaciones de los equipos locales. Y es que aquel descomunal partido de Thomasson en la cancha del Real Betis le sitúa entre ese selecto grupo de grandes ídolos en Granada.
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Sin embargo, el momento de la marcha del norteamericano pone un borrón en su expediente. El hasta ahora escolta rojinegro se erigió en líder del proyecto desde el momento de su aplaudida renovación, que supuso, junto a la de Cristiano Felicio, un chute de entusiasmo para los asiduos al Palacio de los Deportes. Incluso se atrevió en varias ocasiones en este periódico a asegurar que su sueño no estaba en «jugar la Euroliga» –no ocultaba su resquemor por no tener mayor consideración por parte de los equipos de dicha competición– sino en «clasificar al Covirán y a Granada, la ciudad que confió en mí, para la competición europea». En todo caso, se incluyó una cláusula liberatoria en su contrato –previa indemnización económica– que finalmente acabó con su abrupta marcha.
Thomasson, posiblemente en el mejor momento de su carrera y un tipo con una descomunal ética de trabajo, apostó por una segunda parte en el equipo en el que fue héroe el curso pasado pero, como suele avisar el dicho popular, esta no ha resultado ser tan buena como la primera. La fecha de ayerde febrero, fue la fijada por la Euroliga como el cierre del plazo para cualquier posible alta en su competición –algo que no sucede en la Liga Endesa, en la que se puede fichar hasta la última jornada de la liga regular–. De ahí, por ejemplo, que el Barça anunciase la inscripción de Ricky Rubio como culé en la competición continental. Por mucho que el estreno del base de El Masnou no sea de momento cercano, era un requisito indispensable si los de Roger Grimau aspiraban a contar con el internacional español en algún momento de lo que queda de temporada, como todo hace indicar.
Sin embargo, parecía lejano que el vencimiento pudiera afectar a un Covirán que seguramente no esperaba que un gigante como el Maccabi de Tel Aviv viniera a estas alturas a por Thomasson –quien ya jugó en Israel en la temporada 2020/21, concretamente en el Hapoel Gilboa Galil–, que pasaba por un momento bajo de juego, especialmente sorprendente en sus tres últimas actuaciones, sobre todo ante Barça (2 puntos) y Baxi Manresa (6), cuando pareció una sombra de sí mismo. Pero los hebreos, que esta temporada disputan sus partidos de Euroliga en Belgrado por el conflicto vigente en su país, pusieron sus ojos en el escolta del Covirán para reforzar un perímetro liderado por el nacionalizado español Lorenzo Brown. Eso sí, el movimiento no le saldrá gratis a los macabeos, que pagaron una cantidad económica al club granadino –fijada en el contrato ante ofertas de Euroliga– como compensación por la marcha de su pilar exterior.
Thomasson sale así de Granada por la puerta de atrás. La relación ha sido intensa, con picos de pasión como el partido en Sevilla –o su reciente actuación clave ante el Obradoiro– y momentos más bajos como los últimos, en los que parecía obvio incluso que la química con sus compañeros se había torcido. Visto así, quizá el Covirán tenga incluso una oportunidad con la salida de un referente que dejó de serlo.
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