Renfroe desencadenado
El base avisó esta semana de que esperaba dar un paso al frente en ataque y cumplió su palabra con cuatro triples en momentos relevantes
«Seguro que sí», respondía Alex Renfroe –máximo asistente de la Liga Endesa– esta semana en entrevista con IDEAL, al cuestionársele sobre si esperaba dar ... un paso adelante en anotación. «Pero es ir partido a partido y lo que permita el rival. Cuando dificulten pasar, tendré que ser más agresivo para anotar, y viceversa. Trato de hacer lo que el equipo precisa», desglosó.
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Y a fe que lo hizo ante el Surne Bilbao. El más veterano de la plantilla del Covirán entendió exactamente cuándo su equipo requería una cosa u otra. Firmó 14 puntos, 7 asistencias, pero vale la pena detenerse en cuándo hizo una cosa u otra.
Porque, aunque parezca difícil de creer dado el descollante partido que rubricó el Covirán en ataque –consolidando el dato previo al mismo de ser la cuarta mejor ofensiva de la competición, ahí es nada–, a los rojinegros les costó entrar en calor en los cuartos impares. Y, no por casualidad, fue justo entonces cuando Renfroe tiró de galones y veteranía para encestar sus cuatro triples. Los dos primeros llegaron en los cuatro minutos iniciales, con el base y Cristiano Felicio como referentes ofensivos. Sirvieron para, tras un inicio con imprecisiones, meter en dinámica a un equipo que, a rebufo de esos triples, comenzó a volar sobre la cancha.
Porque lo más llamativo de este Covirán, señalado por muchos como el más claro candidato al descenso hace no tanto –«¡A dónde van estos tíos con ocho jugadores de LEBOro del año pasado!», se escuchaba en casi cualquier corrillo baloncestístico no hace tanto–, es el altísimo ritmo con el que juega, directamente proporcional al nivel de confianza que se ve en prácticamente todos sus integrantes. 27 puntos firmó ayer en el primer cuarto, después de que Renfroe tocara a rebato. Y 26 en el segundo, con los rojinegros desbocados. Ahí el estadounidense, viejo zorro, entendió que le tocaba jugar para los demás y acumular asistencias. Como Lluís Costa. Nivel bárbaro el del catalán, por cierto.
Sin embargo, todos se espesó tras el paso por vestuarios. Apenas una canasta firmó el Covirán en cinco minutos. Pablo Pin paró el partido y los visitantes llegaron a ponerse por delante (56-58). ¿Adivinan qué pasó ahí? Efectivamente, llegaron los dos triples restantes de Renfroe, volviendo a desatar a los de Pin, capaces de firmar ¡24 puntos! En el resto del cuarto para sacar del partido al colíder.
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El Covirán, por ahora, vuela alto. A lomos de Alex Renfroe, un tipo que sabe qué hacer en cada momento del partido. Anotar en la espesura y distribuir cuando el viento corre a favor. Eso es lo que se llama entender el juego.
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