La recuperación de la mejor versión de Yivtach Ziv, objetivo entre ceja y ceja

Uno de ellos es sin duda, el bajo momento por el que pasa el hebreo Yivtach Ziv. No es difícil entender los motivos. Desde que el pasado 7 de octubre el grupo terrorista Hamas lanzara una terrible ofensiva sobre Israel, el base está pasando por una compleja situación. Preocupado por la seguridad de su familia, y también por la suya propia, al israelí le está costando dar la talla.

Este hecho no es solo una sensación, sino que es algo que reflejan sus números. En los tres primeros partidos –UCAM, Joventut y Girona–, firmaba 9'6 puntos, 6 asistencias y 2'3 recuperaciones por duelo. Una aportación que se ha visto reducida sensiblemente en los tres siguientes –Baskonia, Bilbao y Zaragoza–, durante las hostilidades en su país: 2 tantos, 1'3 pases de canasta y 0'3 robos de balón.

A nadie escapa que al israelí le está costando tener la cabeza en el baloncesto. Un hecho humano y totalmente comprensible. Pese a que el base sigue trabajando con la máxima profesionalidad y tratando de dar lo mejor de sí, no le está resultando sencillo.

De hecho, algunas lagunas de concentración han salido caras, como dos pérdidas consecutivas al inicio del último cuarto en Bilbao, cuando el Covirán había tomado la iniciativa en el marcador. Si los extravíos ya eran de por sí uno de los hándicaps del israelí en los tres primeros duelos –2 de media–, en los tres siguientes se han disparado hasta 3'3', una cifra excesiva para su minutaje actual.

Curiosamente, el único aspecto en el que no se ha visto mermada su producción es en el rebote: de hecho, aumenta ligeramente, pasando de 2 a 2'3 rebotes su promedio comparando el primer trío de partidos con el segundo.

Además, camina impoluto desde el tiro libre, anotando 14 sin fallo, si bien es cierto que 12 de ellos los lanzó en los tres primeros partidos. Otra muestra más de una pérdida de agresividad que Pablo Pin trata de que quede atrás lo antes posible.