Un problema llamado Zach Hankins
El bajísimo rendimiento, tanto en ataque como en defensa, del '5' del Covirán está afectando clarísimamente a una posición clave en el juego
Martes, 4 de noviembre 2025, 18:18
El atípico verano del Covirán Granada, en el que hasta bien entrado el mes de julio el club rojinegro no supo definitivamente en qué categoría ... iba a jugar esta temporada, obligó a la entidad a jugar con dos barajas en la confección de su plantilla. Inicialmente, construyó una estructura de jugadores de alto nivel para la Primera FEB, hasta que los problemas en la inscripción del Real Betis le llevaron incluso a unas semanas de 'impasse', en las que trabajó en la sombra con la mente puesta en jugar en la Liga Endesa, pero sin poder cerrar al 100% ninguna incorporación mientras tal hecho no fuera definitivo.
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Así, a nadie debió escapar desde ese momento que el plantel del Covirán tendría algunas limitaciones, con al menos media plantilla cuyo rendimiento en el primer nivel competitivo español podía ser una incógnita. Paralelamente, lo que estaba claro era que el resto de fichajes que llegarían después –y en los que se invertiría buena parte del presupuesto destinado a la plantilla– estaban llamados a dar un notable salto de nivel al equipo de Ramón Díaz. En Román paladino, sin un gran rendimiento de esas piezas finales, el plantel granadino estaba destinado a pasarlo muy mal para mantener la categoría.
Ese 'quinteto' de imprescindible aportación para el éxito lo formaron finalmente cuatro 'titularísimos' –Matt Thomas, Luka Bozic, Zach Hankins y el conocido Elias Valtonen– más Beqa Burjanadze, jugador con amplia experiencia en la categoría, llamado a completar el puesto de '4' junto a Bozic, pero presumiblemente, como se está viendo, desde un papel secundario, un tanto a la sombra del croata.
Por otro lado, el quinteto titular tipo de los rojinegros junto a los cuatro citados lo completaría Micah Speight, eléctrico base de contrastado nivel en Primera FEB, pero melón por abrir en la Liga Endesa, cuyo reciente matrimonio con una ciudadana española le abría la puerta al dejar de ser extracomunitario. Lamentablemente, lo cierto y verdad tras cinco jornadas ya disputadas de la competición, es que tres piezas de ese quinteto ideal, mucha 'tela' para un modesto, han fallado hasta la fecha, pues ni Speight ni Thomas ni Hankins han rendido como se esperaba. Eso sí, en el caso del escolta el rendimiento es desde luego inferior al esperado, pero si se habla del base y el pívot, el nivel ofrecido en el inicio liguero solo cabe ser calificado como paupérrimo. De hecho, una vez incorporado Lluís Costa, es más que probable que Speight no vuelva a vestir la camiseta rojinegra, si bien club y agentes no terminan de encontrar un acuerdo para solventar su salida, pese a la oferta que hay sobre la mesa desde el Obradoiro gallego.
Por otro lado, el caso de Hankins está resultando tan o más flagrante que el de Speight. El de Michigan, precedido de un vasto currículo en importantes equipos europeos, llegaba a Granada, y por primera vez a España, llamado a convertirse en una referencia interior de talla –que no tuvo el Covirán el curso pasado–, capaz de condicionar los ataques rivales y de ser un puntal también en la ofensiva granadina.
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Pero nada más lejos de la realidad hasta la fecha. Si los números de Hankins –5'2 puntos, 7'4 rebotes y 0'8 tapones– ya son mediocres, mucho peores están siendo sus sensaciones. El '5' estadounidense está pagando un alto peaje en su adaptación a una Liga voraz con los novatos, y su rendimiento es incluso inferior al de Babatunde Olumuyiwa, un honrado obrero del baloncesto, pero sin apenas talento más allá del físico. Y ese es un escenario harto peliagudo para un Covirán que necesitaba un referente en el pívot y que está viendo como su mejor hombre en el puesto no deja de ser un gregario, lo que reduce considerablemente su techo.
Ni en ataque ni en defensa Hankins ha destacado en ningún momento. Sí lo hizo en rebote en las dos primeras jornadas, con 10 y 13 capturas, pero ahí también su rendimiento va hacia abajo con el paso de las semanas. Así, no es casualidad que el norteamericano haya estado en cancha cuando los de Díaz recibieron dos graves parciales que costaron derrotas: el 11-0 de salida en Manresa o el 17-1 al final del primer cuarto en Lugo.
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Según deslizan desde el cuerpo técnico del Covirán, Hankins es consciente de su bajo nivel y la semana pasada trabajó horas extras para dar la talla en Lugo, lo que evidentemente no sucedió. El equipo tiene un serio problema ahí, multiplicado por ser uno de los salarios más altos del plantel. Un 'corte' es inviable, salvo por voluntad del jugador.
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