Sergi García pasa por un gran momento de forma. Blanca Rodríguez
Protagonista

La paradoja de un Sergi García al fin en plena forma

El base rojinegro alcanza su mejor momento del curso justo cuando el Covirán pasa por su fase más delicada, azotado por las lesiones

Lunes, 3 de marzo 2025, 23:49

A pocos ojos avezados se les debió escapar que la lucha del Covirán contra el UCAMMurcia el pasado sábado era una misión casi imposible, con ... un equipo mermadísimo por las bajas –Clavell, Wiley, Vicedo– y aferrado al tiro exterior ante la práctica imposibilidad de generar ventajas en la zona. Peleó con orgullo el cuadro rojinegro, pero la lógica imperó y el físico universitario terminó por decantar la balanza cuando el porcentaje perimetral acabó, como era de esperar, por menguar al aumentar la fatiga local.

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Enseñó el Covirán sin duda arrojo frente al subcampeón liguero. No le faltó un ápice de actitud, pero la aptitud sí resultó mejorable, ante una falta de armas reconocida incluso por el propio Pablo Pin tras el duelo. «Desde el principio se notó que habíamos tenido dos semanas sin poder entrenar de forma normal y a nivel físico también se vio un montón la diferencia, pero creo que competimos muy bien en algunos momentos. Luchamos, pero sí, faltó ese punto físico que marca un rebote, sacar una falta...», reflexiona al respecto Sergi García, principal puntal rojinegro –21 puntos y 3 asistencias– el sábado junto al galo Amine Noua y el escolta estadounidense Scott Bamforth.

No fue un partido cómodo para el base, ante la falta de espacios ofensivos: el Covirán apenas dio diez asistencias y anotó una decena de canastas de dos, cifra bajísima. «Al final, cuando hay bajas tan importantes, te toca repetir muchas veces la misma acción y los demás no son tontos y saben lo que vas a hacer. Contra UCAMbuscamos mucho a Amine y los tiros de Scott y bueno, pues ellos pusieron a Sant-Roos a defender a Bamforth y Nouaacumuló muchos minutos y fue difícil encontrarle al final», acepta el balear, inconformista eso sí ante la delicada situación: «Aquí tenemos que dar todos un paso adelante y ya está, esto es algo que pasa en cada temporada», pide.

La paradoja del base es que, entre las dudas colectivas, él pasa sin duda por su mejor momento del curso. Muy atrás ha quedado ya en sus piernas, tan necesarias para su juego, la lesión en la musculatura isquiotibial que le mandó al dique seco buena parte de noviembre y diciembre. Y lo que es más importante, también de su cabeza. «Cuando sales de la lesión vas con miedo de que se pueda volver a repetir. Creo que ahora me atrevo ya a hacer más cosas y llevo bastantes jornadas siendo más regular; la verdad es que estoy muy a gusto en el juego», confirma.

Convencido

Resulta curiosa la relación de García con su pareja de baile en la dirección de juego granadina. Ambos parecen vasos comunicantes: Jonathan Rousselle brilló en los momentos más flojos del balear, que ahora lidera al Covirán con una versión menos excelsa del galo. «Somos jugadores muy diferentes para el equipo, y creo que también depende un poco del estilo del contrario que destaque más uno u otro. Cada partido es un mundo, pero también creo que sacaríamos muchas ventajas jugando juntos, pues nos entendemos bien y vemos el baloncesto parecido», expone el mallorquín. Ciertamente, ambos no coinciden mucho en la cancha, a diferencia de otras temporadas en las que poner dos bases al mismo tiempo era modus operandi mucho más habitual para Pablo Pin. Con todo, es ese un escenario que, mientras Clavell siga de baja, y a expensas del fichaje que el técnico pidió para esta misma semana, podría tener que explorarse más, quizá incluso el sábado en Málaga (18 horas). «Los dos además hemos jugado de escolta en nuestra carrera, no pasaría nada. Si llega, no sería extraño», acepta García, quien sí subraya, sobre su dupla con Rousselle que, «le toque a uno o a otro, creo que los dos estamos rindiendo a buen nivel».

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Con 28 años cumplidos hace unas semanas, el base rojinegro tiene ya la suficiente experiencia acb –esta es su decimosegunda campaña en la liga– como para saber que falta mucha tela por cortar. «¡Queda muchísimo!», recuerda cuando se le cuestiona si el descenso ya es cosa de cuatro. «Al final la liga te pone en tu sitio, pero sí es verdad que hay que empezar a apretar ya porque todo el mundo se está jugando cosas y subiendo el nivel», exige. Tras el duelo en Málaga, al Covirán le llegan Lleida y Bilbao, rivales directos. Empero, el 'cholismo' parece instaurado en el vestuario. «El mensaje que se nos ha dado es el de mejorar nosotros y tratar de tapar las carencias... Nuestra cabeza está en Unicaja, nada más», asegura.

Pocos escenarios más hostiles que el Martín Carpena habrá para sumar victorias, pero Sergi García ya sabe lo que es 'liarla' cuando nadie lo espera. «Mis sensaciones son las mismas que el año pasado cuando ganamos en el Palau con el 'Breo': llegábamos tocados, con varias bajas, creo que cinco. Lo importante es centrarnos en nosotros, da igual el rival que sea, todos van a ser difíciles y mucho más fuera, pero tenemos que mejorar nosotros», reitera. De ganar, sería el primer 'sorpresón' del Covirán en esta temporada, algo que ya han hecho Girona, Coruña o Breogán. «Esos triunfos vienen bien y no solo por estar más tranquilos, sino porque te ayudan a nivel anímico y a cambiar dinámicas. Hay que ir a Málaga con la mentalidad del '¿Y por qué no?', y así tendremos nuestras opciones seguro», receta. Ciertamente, cualquier victoria ya sabe a oro.

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