Pablo Pin tiene la promesa de la renovación

El Covirán empezó bien, pero cuando se torció todo con las lesiones y una serie de diez derrotas consecutivas, Fernández-Arenas no se puso nervioso y siguió con el mismo apoyo al técnico. Es más, el equipo nazarí cayó en descenso, en la penúltima plaza, superado por el Real Betis. Con la derrota sufrida ante el Obradoiro en Santiago de Compostela necesitaba ganar los tres últimos partidos y, aún así, dependía de otros marcadores si no superaba a los béticos, también, en la diferencia de puntos entre ellos.

El peligro fue tan real que la directiva contrató en un último esfuerzo económico, a la desesperada, al escolta estadounidense Joe Thomasson, que resultó crucial en el triunfo logrado en el pabellón San Pablo de Sevilla, la clave para mantenerse en la máxima categoría. Antes de ese encuentro, el Covirán recibía al Casademont Zaragoza, ya salvado el conjunto de Porfirio Fisac. Y en las horas previas, los jugadores del Covirán recibieron la desagradable noticia de que el rival directo, el Betis, había sumado una nueva victoria. El capitán David Iriarte entró al vestuario y se dirigió a sus compañeros y los miembros del cuerpo técnico. «El Betis ha ganado al Tenerife, esto en un jarro de agua fría», dijo.

La preocupación creció en un Covirán que se veía de nuevo, de forma prematura, en la LEB Oro. Lluís Costa admitió, a toro pasado, que «en esos días nos vimos descendidos», aunque nunca perdieron la fe, en busca de un cuarto milagro del baloncesto granadino. Otra gesta.

Ya queda registrado el triunfo sobre el Joventut como histórica salvación en la ACB, en el libro de oro, donde figuran las permanencias del CB Granada frente al Tau Vitoria, el llamado 'milagro Pops', en alusión a Mensah-Bonsu, el pívot británico fichado para ese único partido, en 2008, o la del Covirán Sierra Nevada ante el Ciudad de Huelva, diez años antes (1998), el denominado 'milagro Williams', por la canasta del 'Gordo' a tres segundos del final; y siete años antes, en 1991, el 'milagro Oximesa', el primero, con la remontada a un 0-2 frente al Cajabilbao, apuntillada en La Casilla.

Si el Covirán perdía con el Casademont Zaragoza bajaba. Tenía que ganarlo todo, como le pasó a Andrea Pecile en dos equipos italianos, los tres últimos choques. La victoria del Real Betis afectó a los granadinos en el arranque del partido hasta el punto que estuvieron 18 puntos abajo en el marcador, con un pie en la LEB Oro.

Esa misma mañana, Óscar Fernández-Arenas, tomó café con Pablo Pin y le comentó que estaba renovado. «Pase lo que pase», le dijo, esté el futuro en la ACB o en la LEB Oro. Pablo Pin recogió el guante del compromiso verbal del presidente. «Me dio mucha tranquilidad esa confianza, que es del 200 por cien», apuntó el entrenador en el programa 'Tirando a fallar' de es.Radio. Pin reconoce que «todos los técnicos estamos en el filo de la navaja, eso es así, pero tampoco tenía lógica que, si hubiéramos bajado, nuestro trabajo ya fuera malo».

Pin está, de momento, sin contrato. «No hemos concretado, pero lo normal es que siga», anticipó. Cree que cualquier situación posee fecha de caducidad. «Lo hablo en casa con la familia, sabemos que algún día habrá que salir fuera de Granada, eso lo decía mi padre (Fernando), que llegar... llegará seguro, pero que la cuestión es cuándo, puede ser mañana o dentro de dos años».