Aquel chaval cuya celeridad salvó al MVP de la Copa

La cosa acabó con fiesta para los de Zurbano, pero había empezado tensa. Me contó Pablo Laso en su día que los pantalones con los que iba a jugar la final se habían quedado en el hotel. Así que el delegado baskonista, hermano de Laso para más inri, tuvo que salir volando en busca de unos calzones sin los que el base, capital en el título –acabó siendo MVP–,―no hubiera jugado. En la carrera al hotel también iba Ángel Vaca.

Maestro en Diezma, Pozo Alcón o Peligros, sindicalista en CSIF y firme defensor de la educación pública, Ángel ha sido durante años una pieza clave en la sombra para que el baloncesto granadino funcionara. Coordinador entre bambalinas de los espectáculos en el Palacio durante los partidos del Covirán, –y antes, del 'Cebé'– hasta el último de la agónica salvación ante el 'Granca'. Entonces, ya sabía que quizá no volvería al recinto que le echará en falta por su bonhomía y profesionalidad y en el que, sin él, Pablo Laso no habría sido MVP.