Lluís Costa recupera la chispa tras dar el susto que dio la iniciativa al joven Ángel Corpas

Pero pareciera como si la llegada de las inoportunas lesiones de Luke Maye y Cristiano Felicio, que tanto tocó la moral de un equipo que de pronto se vio sin capacidad competitiva, hubiera afectado especialmente al catalán, referente rojinegro en las tres últimas temporadas. El base pasó por un bajón evidente en esos partidos ante Zaragoza y Valencia Basket en los que el Covirán trataba de rearmarse de un mazazo tan doloroso en lo físico como en lo emocional. Ya en Tenerife, aunque el equipo siguió languideciendo, el catalán recuperó el acierto anotador, primer paso para volver a demostrar su mejor versión. Ese avance en el tiro le ayudó a volver a divertirse ante el Baskonia, con el Covirán recuperando la competitividad, y ayer, a escasos kilómetros de su casa, volvió a su nivel.

Y eso que la cosa empezó con susto. Cuando apenas llevaba unos minutos en la cancha, se golpeó en la cabeza con la rodilla del arácnido Yannick Kraag, lo que le dejó conmocionado y obligándole a pedir el cambio. Un reemplazo preocupante –no anda el Covirán para más sustos en la enfermería– pero, a la par, histórico para el baloncesto granadino, pues supuso el debut en la ACBdel canterano Ángel Corpas, que tuvo que viajar hasta Badalona para completar la escuálida rotación rojinegra, con apenas ocho integrantes de la primera plantilla.

Superado el mal rato y recuperada la energía, Costa consiguió pasárselo bien en la cancha, emoción que suele llevarle a su mejor puesta en escena. Con 13 puntos, 2 asistencias y 2 recuperaciones rubricó que su bache parece haber quedado atrás.

Los 23 tantos de Bropleh destacaron sobre manera en lo numérico para el Covirán. Pero si Costa sigue siendo el mismo termómetro que hasta ahora, su mejora evidente podría ser la antesala de la vuelta de las victorias. Ya van haciendo falta.