La encrucijada del Covirán: toca frenar hasta la solución del 'caso' Betis

Diversas fuentes en la ciudad hispalense consultadas por IDEAL reconocen que la situación en el club verdiblanco es realmente complicada a menos de una semana de que la ACB decida si acepta al Betis o mantiene al Covirán entre sus miembros. El club cuenta con algunas deudas relevantes que ha de salvar sin duda para superar una auditoría que ya está en marcha y, sin cuya aprobación, ingresar en la máxima categoría del baloncesto español es, sencillamente, un imposible. Ahí se halla el gran escollo sevillano ahora mismo, mucho más incluso que en la capacidad de reunir un presupuesto para el próximo curso. Y es que, al menos parte del dinero para afrontar la temporada se puede conseguir próximamente, pero de lo que no hay ninguna duda es de que el Betis tiene que acreditar ser una entidad sin deudas para superar la citada auditoría, y ese escenario sigue sin estar ni mucho menos resuelto a orillas del Guadalquivir.

Mientras, desde el Covirán el tiempo se eterniza. Se asume que toca esperar y el club se va preparando para los dos posibles escenarios en función de la categoría. El presidente Óscar Fernández-Arenas se mostró tranquilo en el aspecto económico y burocrático este pasado martes, durante la presentación de Ramón Díaz y Eloy Almazán. «Si mañana nos dicen que somos ACB, al día siguiente tienen toda la documentación y las garantías económicas», aseguró, dejando claro, por ejemplo, que muchos de los acuerdos de patrocinio que ya tiene la entidad para el próximo curso recogen diferentes cantidades en función de la competición en la que esté el equipo.

Sin embargo, donde no puede haber tanta tranquilidad es en la configuración del equipo. Cierto es que el Covirán tiene mucho trabajo avanzado, con acuerdos ya cerrados con ocho jugadores (Rousselle, Speight, Kljajic, Durán, Munnings, Tomàs, Aurrecoechea y Olomuyiwa), más el finés Elias Valtonen en caso de jugar en la Liga Endesa, pero no lo es menos que, si termina siendo ACB, necesitará un claro salto de calidad, toda vez que la diferencia entre la Primera FEB y el escalón superior es relevante.

En ese sentido, el problema granadino es que no puede acelerar más en el mercado. La incertidumbre le lleva a pisar el freno durante unos días en los que, claro, algunos objetivos podrían escaparse. Una situación incómoda, pero al Covirán no le queda otra que esperar.