Decepción en los jugadores granadinos, con Hankins y Brimah en primer plano. Fermín Rodríguez (ACB Photo)
El día después

El Covirán falla en un día clave y se siente obligado a la remodelación

Buscará un escolta mientras los fichajes exprés de Howard y Brimah pasan desapercibidos frente al Casademont Zaragoza

Domingo, 7 de diciembre 2025, 15:53

El Covirán sufrió un serio retroceso en sus aspiraciones con la derrota ante el Casademont Zaragoza. El equipo granadino se distancia en la clasificación y ... se queda anclado, junto al Recoletas Salud San Pablo Burgos, en las dos últimas plazas de descenso, como penúltimo, con una victoria y a dos de margen ya de la salvación, que la marcan precisamente los maños.

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El fallo fue importante en un partido clave. Además, el juego y el baloncesto de los nazaríes decayó y estuvo lejos del nivel mostrado en los anteriores compromisos en casa, en los que también cedió el triunfo pero dio la talla y se empleó sin complejos, tuteando a rivales de postín como Real Madrid, Baskonia y Joventut. Incluso tumbó al Valencia Basket, cuando marchó líder en solitario y siendo la escuadra taronja una potente plantilla que destaca esta campaña, tanto en el campeonato doméstico como en la Euroliga.

Tímidas protestas

Es la primera vez que el Covirán, bastante débil en las salidas, defrauda a sus aficionados en el Palacio de los Deportes en la presente campaña. De hecho, se escucharon algunos tímidos silbidos en el descanso. Al final, el público repartió aplausos por el esfuerzo demostrado y el intento de remontada con protestas aisladas, en las que algún seguidor llegó a gritar: «Ramón, vete», en clara alusión al entrenador.

La cuestión es que el Covirán pagó cara ante el Casademont Zaragoza una desconexión absoluta en el segundo cuarto. Ese apagón recordó a los primero y tercer cuartos del Pazo dos Deportes y Fontajau, que cavaron su tumba en los partidos frente al Río Breogán y Girona.

Además, un Covirán que plasmó su mejoría en las tres últimas jornadas, aunque solo sumara el éxito frente al Valencia, evidenció también mucha debilidad defensiva, especialmente por dentro. A ello agregó poca generación en el juego y porcentajes de tiro flojos.

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En descargo de la formación de Ramón Díaz está la pérdida de dos valores seguros, especialmente en pista trasera, como son los lesionados de larga duración Elias Valtonen y Jovan Kljajic. Sin ellos, las prestaciones fueron menores, al tratarse de dos hombres rodados y que estaban en clara progresión.

Y la suerte no acompañó al equipo nazarí, que tampoco tuvo fortuna en balones de canastas fáciles que no fueron puntos, de Luka Bozic debajo de aro, así como pérdidas muy tontas, en caídas de Lluís Costa o la última de Jonathan Rousselle, en un saque de fondo que significó la sentencia al servir en bandeja el mate a Robinson.

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Los refuerzos, ni fu ni fa

A todo ello se suma que las incorporaciones exprés del Covirán, realizadas de forma urgente por las imprevistas lesiones, la veloz reacción del club en el mercado, no tuvo repercusión ninguna en el equipo ni el parqué.

Siendo positivo el traer a William Howard y Amida Brimah, los dos llegaron para apenas darle tiempo a conocer a sus compañeros, con un entrenamiento y medio en su haber, bajo de forma física el primero y muy despistado el segundo. Apenas jugaron por lógica. Sin embargo, el gigante de 2,24 Khalifa Koumadje, también recién aterrizado, sí tuvo impacto inmediato en el juego del Zaragoza, aportando intimidación, rebote y puntos en fases de desgaste y los últimos instantes de los cuartos.

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