El Covirán eleva su pico de forma
PRETEMPORADA ·
A los entrañables recuerdos del pabellón Veleta se le suma un paso en firme más a la preparaciónJueves, 16 de septiembre 2021
El Covirán olvidó el ensayo perdido ante el Estudiantes con otro test que dominó con autoridad desde el descanso. Batió, como hiciera al Alicante, con ... control bajo los aros y mayor productividad defensiva, a un Melilla remozado y titubeante, como todos en estas fechas, pero con una plantilla convincente. Bropleh puso el sello al 65-52 del corto encuentro en canastas.
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El tercer partido de la pretemporada del Covirán se produjo en su querido pabellón Veleta, donde se fraguó el sueño y la construcción del club, un escenario que trae enormes recuerdos de satisfacción a la familia nazarí, un buen lugar para elevar el pico de forma de cara a la próxima temporada en la LEB Oro, que llegará en octubre con la visita al Polideportivo Pisuerga de Valladolid. Hasta este momento, la balanza estaba equilibrada en cuanto a victorias y derrotas, una ante el Alicante en el Palacio de los Deportes y la otra frente al Estudiantes en el vetusto pabellón de Magariños. Cara y cruz aunque los resultados no sean en estos instantes lo principal. Ante el Melilla el vaso volvió a rebosar y está ya más lleno de optimismo.
El nuevo asalto también se produjo a puerta cerrada porque todos los equipos esconden sus armas, a la espera de la presentación oficial ante los aficionados. Habrá revancha porque los melillenses aprovechan el desplazamiento para medirse de nuevo al Covirán mañana, en el mismo escenario, a las 18 horas, también con la grada vacía. Una semana intensa en la que Pablo Pin, el entrenador granadino, se congratula de que la carga de trabajo, que es muy fuerte, mejora la preparación de la plantilla y no genera molestias físicas, más allá de las típicas musculares. Es la encrucijada de apretar para ponerse en forma pero con el criterio suficiente como para no 'romperse'. Al tiempo, Pin valoró el acoplamiento de los nuevos jugadores, caso de Jacobo Díaz, Pere Tomás y Petit Niang, que se han integrado muy bien bajo su punto de pista, estando pendiente de la llegada de la última incorporación, la de James Ellisor, que se hace de rogar por los obstáculos burocráticos.
El Covirán jugó con la indumentaria de entrenamiento, lo que dio un punto más de informalidad a la cita. Aunque ya se sabe que, en el parqué, al enemigo ni agua por mucho amistoso que sea. Por los blanquillos (pantalón negro) formaron Díaz, Bropleh, Tomás, Gatell e Iriarte. Arturo Álvarez tomó las riendas del nuevo Melilla, rival reformado con los bases Harris Júnior (0), Gaizka Maiza (11) y Adrián Chapela (88), conocidos en la categoría en las filas del Almansa, Coruña y Lleida, el escolta Rakocevic (22), el alero Dedovic (16), los versátiles De Thaey (13), Mukama (23), Mazaira (26), del Ourense, y los 'centers' de 212 y 213 centímetros Mendiola (5) (Almansa) y el debutante belga Amaury Gorgemans (41). Más Seidou (23) y De Blas (7). De salida, el técnico puso en pista a Maiza, Harris Jr., el belga De Thaey, el bosnio Dedovic, el único superviviente de la antigua plantilla, y Gorgemans.
Arranque inspirado
El parcial de 8-0 provocó el primer tiempo de Álvarez. El Covirán controló el rebote en ambos aros, jugó fácil en ataque con dos triples de Pere Tomás y, encima, provocó pérdidas con su defensa y un robo de Díaz. Cuatro minutos excelentes. Chapela estrenó el casillero azul mientras Germán y Niang relevaron a Christian y Gatell. También Costa y Jacobo lo hicieron por Bropleh e Iriarte. El atasco ofensivo equilibró al 8-7 a falta de dos minutos, parcial de anotación baja (solo lo hicieron Pere con ocho y Jaco su triple) y parón de Pin. Culpables Rakocevic y Mazaira, éste por partida doble. 8-10 y triple de Jacobo para el 11-10, respondido por un 'dos más uno' del cierre del acto: 11-13. Más tarde, Niang apretó los dientes y el canterano Revelles dio un pase precioso, se sucedieron los intercambios de canastas con igualdad constante. La rompió De Blas con los inspirados lanzamientos exteriores aunque el 'cañonero' Thomas Bropleh, aún muy lejos de la forma, alivió con dos 'disparos' certeros. 15-19 y 18-19. Se desató una batalla en el perímetro, donde participó también De Thaey.
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La renta de cuatro puntos esta vez fue para el Covirán a cuatro minutos del descanso (25-21). Las alternativas en el tanteo estaban justificadas por la irregularidad de ambos. De nuevo se estancaron en ataque: 27-21, con pérdidas en balones interiores y faltas en los locales. Pin probó con los tres bases juntos (Costa, Christian y Germán), más Jacobo y Petit, pero ni así logró distanciarse el Covirán. Los errores en los tiros libres del Melilla, al menos, sirvieron para mantener el dominio al intermedio. 31-23 regresó la renta del arranque y 32-25 gracias a las rápidas transiciones.
Tres faltas seguidas
Antonio Moreno volvió al parqué, el alero del filial había disfrutado de tres minutos, al igual que Revelles y Corpas. Costó la primera canasta en la reanudación, la anotó Jacobo Díaz para el 34-28 y tras varios fallos consecutivos en tiros a media distancia. Tardó casi tres minutos el enceste. Además, Germán Martínez cometió la segunda falta en ataque y la tercera casi seguida, lo que no le restó énfasis, para ir al banquillo con la cuarta. Por fortuna, el Melilla tampoco tuvo mucha puntería. Ni siquiera Lluís Costa estuvo fino, se notó como a Bropleh que, por lógica, está a medio gas. Al 'pollito' Díaz, en cambio, se le vio más entonado y miró al aro con acierto o culminó en penetraciones.
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Entonces Revelles estuvo atento y se sumó a la fiesta, aprovechó un balón sin dueño para el 40-31, el mayor estirón hasta ahí al filo de la conclusión del tercer cuarto. Pin siguió con las rotaciones y las múltiples combinaciones de las que goza, esta vez situó a Pere Tomás dentro, de 'cuatro', junto a Edu Gatell. Un buen ritmo final, con Christian como maestro de ceremonias en la aceleración, propició la mayor diferencia con el triple de Thomas sobre la bocina: 47-36.
Al vuelo del 'súper pollo' canario se le sumó otra rápida acción ofensiva de Gatell, 51-36 que despejó aún más el panorama. El tiempo de Álvarez llegó con 53-38 porque el Covirán se apoderó del rebote, en torno a siete más, apretó en defensa y provocó malos tiros melillenses. Y cuando fue necesario Bropleh sacó a pasear su muñeca para conservar la renta. Y regresó Germán para poner la guinda de triple (65-47), castigo demasiado severo para un Melilla que tiene muchas más cuestiones que ajustar que los nazaríes.
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