El Covirán cambia su estilo de juego obligado por las bajas

Esto colocó al equipo granadino en posiciones de Copa del Rey y 'playoffs', pero las tres últimas derrotas consecutivas sufridas, contra FC Barcelona, Real Betis y Casademont Zaragoza, le han llevado al puesto 12º, aunque todavía lejos del descenso, a tres triunfos de los últimos clasificados. Ese balance era de 5/3 y se tornó 5/6, a la espera de un calendario muy duro, con Valencia, Tenerife, Cazoo Baskonia, Joventut y Real Madrid, adversarios de competición europea y muy potentes, a la vista.

Pablo Pin se queda sin Cristiano Felicio, el 'center' titular al que llegaron la mayoría de los balones para la anotación en la pintura. El brasileño volverá quizá para el último mes de la temporada. Tampoco dispone del 'cuatro' principal: Luke Maye, durante al menos mes y medio.

Esto hace que el entrenador se pueda plantear un juego más basado en el perímetro, en responsabilidad mayor de bases y aleros desde el exterior. Los lanzamientos y los puntos tendrán que ser asumidos quizá ahora en amplia proporción por los jugadores de fuera.

Ya lo dijo el ala-pívot David Iriarte a este medio, aunque es consciente de que el técnico les pedirá a todos más compromiso, riesgo y valentía en las acciones. El balear tiene buena mano y debería prodigarse en el tiro a media y larga distancia, aunque sea uno de los tipos 'altos', también Jacobo Díaz.

Está claro que los roles iniciales de Pin a los jugadores de la campaña pasada en LEB Oro puede cambiar ahora bastante, ya no se trata de centrarse en la defensa, de hacer faltas y frenar al contrario, de sacar rápido la pelota para correr, habrá que participar también más en pista delantera.

Todos son conscientes del bajón experimentado en la anotación del Covirán en las dos últimas jornadas, cuando el equipo granadino se había caracterizado por encestar entre 80 y 100 puntos, incluso se mantuvo al principio de la competición como el mejor ataque de la categoría, a la altura del Real Madrid y el Barcelona.

Esos guarismos de 57 ante el Zaragoza y 66 contra el Real Betis son inusuales, lejos de la puntuación habitual, por lo que se acusó la ausencia de Felicio y Maye. Es más, en el Palau ante el Barcelona, se contabilizaron 82 tantos, por los 100 de los azulgranas. A ello hay que sumar un aumento de las pérdidas de balón y cómo se ha resentido el rebote de forma alarmante, otro motivo que siempre preocupa y hasta obsesiona a Pablo Pin, que se ve afectado sin las torres, en el pabellón Príncipe Felipe se pagó caro.

Hay varias consideraciones de cara a la nueva situación técnica. Alex Renfroe sólo se acercó una vez a la veintena de puntos (17), pero reparte una media próxima a la decena de asistencias, quizás es el momento de mostrarse más individualista y menos generoso en las posesiones, pasar menos y tirar más.

Está claro que Costa y Christian Díaz puede mirar más al aro. La segunda unidad tendrá que dar un paso al frente, es otro aspecto, se presenta una gran oportunidad y muchos más minutos en pista para el hispano-senegalés 'Petit' Niang, el único 'cinco' actual a la espera del refuerzo extra, o Ramón Vilà.

La tercera conclusión del análisis es que los roles establecidos a principio de la campaña se pueden alterar y ver afectados. Pere Tomàs se verá obligado a jugar de 'cuatro' cuando antes apenas lo hacía en el poste bajo, por la presencia de Maye y Jacobo. Y el alero de Lluchmayor también sabe tirar, aunque sea con su mecánica tan peculiar.

El que seguro que no se va esconder es Prince Ali, que es muy físico y no le cuesta jugársela o penetrar, menos aún al 'bombardero' Thomas Bropleh, que frente al Barcelona dio una exhibición de tiro exterior.

Pablo Pin va a pedir a sus hombres que sean atrevidos. Lo que no sabemos es si emularán a la Universidad de Grinnell, que estableció un nuevo récord de la NCAA tras tirar 111 triples y sin lanzar de dos. El equipo de Iowa, que en 2012 pasó a la historia gracias a los 138 puntos de Jack Taylor, solo pisó la línea de tres y logró 40 de los tiros lanzados ante los Emaus Bible College. De locos.

Atrás quedan los lanzamientos de media distancia o los pívots dominantes e influyentes en el juego.

Ahora se llevan los tiradores y los partidos se deciden desde más allá de ese revolucionario arco, una línea de 6,25 que pasó a 6,75 y que llegará a los siete metros en la Liga Endesa algún día, cada vez más lejos.

El baloncesto moderno es así, desde hace tiempo los pívots se salen a tirar desde fuera, y los aleros se retiran para poder lanzar solos y sin un rival encima. Stephen Curry la cuela ya casi más desde media pista...

Eso sí, hasta ahora no se había llegado al extremo de no lanzar de dos. ¿Llevará Pablo Pin a su actual Covirán a tan revolucionaria fórmula?