Acción del partido entre Covirán y UCAM Murcia. JM Baldomero

El Covirán asume que sin fichar ya no puede competir

Pablo Pin fue claro en la rueda de prensa tras el duelo ante el UCAM Murcia, reclamando la necesidad de al menos un refuerzo exterior

Domingo, 2 de marzo 2025, 10:42

Han sonado las alarmas en el Covirán Granada. Tras una temporada en la que la calma en torno a la posibilidad de reforzar la plantilla ... ha sido sin duda la que ha marcado la hoja de ruta del club, la acumulación de bajas en las últimas semanas tiene al equipo rojinegro activamente en el mercado y con las temidas prisas que, hasta ahora, siempre había tratado de evitar. Jacob Wiley, Edgar Vicedo y Gian Clavell no jugaron ante el UCAM Murcia, dejando en pañales la rotación de un equipo en el que debutó, seguramente con más minutos, dadas las circunstancias, de los que hubiera resultado ideal, el joven senegalés Ousmane Ndiaye.

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El duelo ante el vigente subcampeón liguero puso negro sobre blanco todas las lagunas que ahora mismo muestra la plantilla de un Covirán que mostró arrojo sobre la cancha del Palacio, pero que acabó cayendo de maduro ante un UCAM que marcó el terreno cuando subió su nivel defensivo en el último cuarto ante un rival ya fatigado. Frente al equipo murciano, el Covirán careció de generación exterior y de presencia en la pintura, lo que se tradujo en un dato principal que marcó el encuentro: las apenas diez canastas de dos puntos con un pobre porcentaje del 32% que acertó a lograr el equipo granadino, y de las cuales siete las aportaron Amine Noua y Sergi García. En todo el resto del plantel, solo tres canastas de dos puntos, repartidas entre Ndiaye, Elias Valtonen y Agustín Ubal, con una cada uno. Se aferró así el Covirán a ese fino alambre que es el triple, y que resultó su mejor aliado durante buena parte del partido para mantenerse vivo y llegar con muchas opciones la recta final. Empero, cuando la fatiga llegó a las piernas en el último cuarto, la pólvora exterior se mojó (1/10 en triples locales) y el partido fue por los derroteros que imponía la lógica ante la que el Covirán había tratado de rebelarse.

Factor decisivo también fue el rebote, en el que el Covirán se fajó con presteza y de hecho superó a su rival en capturas totales (39 por 34) pero donde, de nuevo en el último cuarto, el mayor poderío físico del UCAM se hizo notar y ayudó también a inclinar la balanza de su lado aprovechando que el Covirán ya marchaba exhausto. Como había pasado en el duelo celebrado en Murcia a finales de diciembre, la fortaleza del letón Rodions Kurucs jugó un papel capital en esos minutos, ganando tres posesiones extras en el aro granadino.

Nadie le podrá reprochar un ápice de compromiso al entregado equipo rojinegro, pero las carencias fueron evidentes ante el UCAM. Tanto, como para que el propio Pablo Pin las verbalizara de forma mucho más contundente de lo que en él suele ser habitual. «Me quedo con que necesitamos más armas para poder competir y ganar partidos en esta liga», alertó el técnico, asegurando que «espera» que «esta misma semana llegue un jugador exterior» y avisando de que, en función del presupuesto restante, el club valorará también fichar en la pintura, donde la llegada de Ndiaye, jugador de veinte años y aún con poca experiencia en el alto nivel, ayudará a aumentar la rotación, pero no cabe esperar que suponga un salto de calidad de impacto inmediato. Justo antes de afrontar el tercio decisivo de la Liga Endesa, al Covirán le han llegado las lesiones… y las prisas. Le toca navegar en aguas revueltas.

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