Elias Valtonen, bajo un típico abedul finlandés. Jose Manuel Puertas
Entrevista a Elias Valtonen

«El tapón a Brussino fue una cuestión de instinto: intenté leer lo que podía pasar»

Tras renovar por dos temporadas como rojinegro, uno de los baluartes de la salvación recibe a IDEAL en su país

Jose Manuel Puertas

Tampere (Finlandia)

Viernes, 9 de agosto 2024, 20:14

La vida en Finlandia, tanto en invierno como en verano, se hace en torno a una sauna. Múltiples son los beneficios de ese calor húmero, ... más si se alterna con un baño helado e, incluso, con unos estimulantes azotes con ramas de abedul. Elias Valtonen (Eura, 11 de junio de 1999), héroe de la permanencia del Covirán con aquel tapón a Nicolas Brussino que ya es historia del deporte local, presume de país y explica por qué ha renovado por dos cursos como rojinegro.

Publicidad

–¿Qué tal el verano?

–Merecía un descanso, realmente lo necesitaba, pero tras un par semanas empezamos a preparar el preolímpico. Resultó un poco duro descansar el cuerpo y rápidamente tener que volver a estar en forma. La concentración empezó a mitad de junio y todo mi foco estaba en eso...

–¿Y tras el preolímpico?

–De nuevo un par de semanas de descanso... Siempre son dos semanas, ¿no? (risas). Después, empecé a trabajar en pequeños detalles de mi cuerpo que son más difíciles en competición. Y entrenamientos ligeros que poco a poco van siendo más intensos para preparar la temporada. Así ha sido el verano: descanso, trabajo, descanso y trabajo de nuevo.

–Haga de embajador finés para la gente de Granada...

–(resopla) Mire, por ejemplo, estos días en Tampere he aprovechado para ir con mi novia a una sauna. En Finlandia hay muchos lagos, y junto a ellos, muchas saunas, públicas o privadas. Lo habitual es ir, darse una sauna y luego bañarse en el lago y repetir el proceso varias veces. Es realmente refrescante y como digo hay públicas, pero mucha gente tiene una en una casa junto a un lago. Hay muchas otras actividades para la naturaleza, es muy bonito hacer senderismo en el norte, en Laponia. Es una pasada, tanto en invierno como en verano. Y tenemos ciudades costeras muy bonitas, como Turku o Helsinki, y también es habitual viajar en barco hasta Tallín, en Estonia. Hay muchas opciones, la verdad.

Publicidad

–¿Lo que más y lo que menos le gusta de la vida finlandesa?

–Creo que lo mejor y lo peor es lo mismo: las cuatro estaciones que tenemos. El verano es excelente, cálido aunque seguramente los españoles no penséis así, y cuando llega el otoño hay una explosión de colores en los árboles. Es un otoño como pocos países tienen. Luego, el invierno es oscuro, frío y repleto de nieve. Es duro, pero en primavera todo empieza a florecer de nuevo y a volverse verde. Notas el aire limpio y es un disfrute. Creo que esto es lo mejor y lo peor al mismo tiempo.

–¿Su rincón favorito?

–Creo que mi ciudad, Eura. Tenemos una casa familiar para el verano y es donde me gusta estar, teniendo en cuenta que hace años que no paso demasiado tiempo allí. Normalmente, en verano no salgo de Finlandia, pero paso mucho tiempo entrenando en Helsinki, o con la selección. Si no, estoy allí siempre que puedo. Es un lugar realmente agradable.

Publicidad

–¿Y el preolímpico? Tuvieron a España contra las cuerdas…

–Sí… Dimos nuestro máximo pese a no tener a Lauri Markkanen, nuestra gran estrella, Lo peleamos, y el partido se resolvió al final. Estuvimos cerca, fuimos con una buena mentalidad pese a su ausencia, que es lo que tocaba.

–Tras el torneo, escribió en Instagram: «Recordad mis palabras: volveremos a estar aquí». ¿Los Ángeles 2028 es su reto?

–Exactamente. En ese mensaje hay una pequeña broma, una larga historia… Estamos empezando a crear un nuevo equipo, con una nueva generación, y creo que volveremos a un preolímpico y a pelear por ello, espero.

Publicidad

–El 'boom' del baloncesto finés fue en 2014, la Copa del Mundo en España. ¿Qué recuerda?

–Fue un gran momento sí, El año previo jugaron el Eurobasket en Eslovenia. Era un buen equipo. Jugaron en España contra Estados Unidos y esa generación dio un paso muy grande, empezó a estar regularmente en grandes torneos y nos convenció de que es el sitio que nos pertenece. Hemos mantenido ese estatus de estar en grandes campeonatos, no hemos vuelto a la División B. La dirección es la correcta.

–Hablemos de ese tapón a Nicolás Brussino que ya es historia del baloncesto granadino…

–(sonríe) Fue un partido muy jodido… increíble. Íbamos muy por detrás, era normal que alguien pensara «esto se ha acabado». Pero luchamos, creímos como equipo. No pensamos en el día siguiente, solo en pelear, pasara lo que pasara. Queríamos ganar por encima todo, y toda la gente también. En la jugada del tapón… el instinto fue muy importante. Quizá en otra situación hubiera hecho falta, o me hubiera comido una finta, pero salió bien.

Publicidad

–Llama la atención que empezó a saltar antes que Brussino.

–Por eso hablo de instinto. Intenté leer lo que podía pasar, sentí que él iba a tirar, y simplemente decidí tratar de saltar lo máximo posible para impedirlo. Luego tuve la suerte de que toqué el balón y además me lo llevé.

–Qué pena que no haya foto...

–Ya... Reconozco que he visto el vídeo al menos un par de veces (risas). Pero bueno, eso ya pasó. Obviamente estoy muy contento de que todo acabara bien, pero, como digo, el foco está ya totalmente en la próxima temporada.

Noticia Patrocinada

–Es el único tapón que puso en sus doce partidos en Granada…

–No lo sabía, la verdad. Pero bueno, no se me da mal. Aunque desde luego ese tapón llegó justo cuando tenía que llegar.

–¿Cómo fue el momento del 29-45, avanzado el tercer cuarto?

–Honestamente, creo que no estábamos jugando especialmente mal. Ellos estaban acertados y sentía que en algún momento tendríamos en la mano que eso cambiara. Claro que eran momentos tensos, era el último partido y teníamos que ganar. Quizá los nervios pesaron en la primera parte. Pero luego, teníamos mucho que perder, sí, pero fue como si, 16 abajo, los nervios se fueran. A partir de ahí tratamos de dar lo mejor, Rousselle tuvo la energía para cambiar el partido y Cheatham anotó tiros importantes y empezamos a verlo de otra forma. Estábamos jodidos, pero hubo la concentración necesaria para luchar veinte minutos más.

Publicidad

Valtonen anota bajo el aro del Gran Canaria. Ramón L. Pérez

–Ese ambiente en el Palacio en se ha visto pocas veces…

–Yo creo que cuando empezamos a hacer ese parcial, que acabó siendo de 34-8, todo el mundo empezó a creer de repente que aquello era posible. También los jugadores, claro, incluso más. Y en el deporte, siempre quieres tener ese 'flow', ese estado mental en el que no piensas en nada y solo vas a por el rival. El mejor ejemplo es lo que pasó esos minutos. Cuando logras como equipo no pensar demasiado, aunque sabes lo que hay en juego, eres capaz de conseguir cosas.

Publicidad

–¿Cómo fue la experiencia granadina en general? Aportó desde el primer día, en Tenerife.

–Creo que, como con el equipo, soy capaz de jugar mejor cuando no pienso mucho. El último partido con el 'Granca' y el primero en Tenerife son el ejemplo.

–O sea, ¿en algunos momentos le dio vueltas a la cabeza?

–Exactamente, a veces pienso demasiado en las consecuencias de las cosas. Y sé que cuando lo hago menos, las cosas llegan mejor. En Tenerife jugué con solo dos entrenamientos, no me sabía todos los sistemas y pensé «sal ahí y hazlo lo mejor que puedas, todo lo que puedes hacer es jugar al baloncesto». Eso me ayudó.

Publicidad

–Pasó de Manresa, de uno de los grandes maestros de los banquillos en España pero que no confiaba del todo en usted, a un entrenador joven que sí confió. ¿Cómo fue esa transición?

–Ambas han sido buenas experiencias. Creo que maduré mentalmente en Manresa, en las dos temporadas con Pedro Martínez. Es un entrenador duro, pero que te hace aprender mucho baloncesto. Luego, cuando fiché por el Covirán, vi que Pablo Pin era el tipo de entrenador que me podía encajar en ese momento, que me iba a ayudar a dar una mejor versión de mí. Ambas situaciones me han ayudado a ser el jugador que soy. Desde luego, no hay garantía de nada a futuro, pero sigo trabajando y espero que la próxima temporada sea buena.

–Ha renovado por dos años con el Covirán… ¿Se siente un jugador clave?

–A ver, no lo sé, pero quiero serlo. Desde luego, ese es mi objetivo. No sé lo que dirán los demás, pero, como cualquiera, quiero ser importante, seguir mejorando, y creo que aún me quedan años hasta alcanzar mi techo, así que quiero enseñar la mejor versión de mi juego en un par de ellos.

–¿Qué le parece la plantilla?

–Es interesante, tenemos grandes piezas entre los que renovaron y los que llegan. Espero que podamos empezar la temporada como acabamos la anterior.

–¿Le ha echado un ojo al calendario?

–Algo, pero solo a los dos primeros partidos…

–Barça y Unicaja les obligarán a empezar con las pilas puestas.

–Desde luego. Es un inicio complicado, pero es lo que hay. Tenemos que jugar contra todos dos veces, así que no me parece especialmente relevante cuándo juguemos contra cada uno.

Publicidad

–La última: el lunes estará ya en Granada. ¿Qué hará en estos últimos días en Finlandia?

–Ponerme en forma y entrenar, pero también disfrutar del verano, pasar tiempo con los amigos. Lo máximo posible en Eura, pero es importante seguir preparándome para la temporada, sí.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad