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Un instante de la prueba de fondo 'Ciudad de Órgiva'. ALFREDO AGUILAR
Gran Premio de Fondo

225 corredores se citan con mascarilla en Órgiva

Javier Arcas y Cristina García se proclaman ganadores de la segunda prueba pandémica del circuito provincial, con un duro recorrido de 16,5 kilómetros

Domingo, 9 de mayo 2021, 14:27

La prueba de fondo 'Ciudad de Órgiva' es siempre un desafío para los corredores del Gran Premio de Diputación y aún más en plena ... pandemia, que continúa aunque algunos canten victoria con la caída del estado de alarma. Poco tienen que ver las carreras populares del coronavirus con las que precedieron a la irrupción del maldito 'bicho'. Desangeladas, sin abrazos apenas y con las sonrisas ocultas bajo mascarillas, con salidas de tres en tres cada quince segundos y sin ganadores decididos hasta que el último participante atravesara la línea de meta, prácticamente, pendientes todos de la aplicación oficial y sus resultados. Sin jolgorios pero con mucha motivación. 225 deportistas de los 400 posibles retaron los 16,5 kilómetros de Órgiva –dos menos del recorrido habitual, hasta la gasolinera en el acceso a Lanjarón pero sin entrar al municipio- y acabaron exhaustos pero felices. Como ya hicieran algunos en Huétor Tájar dos semanas atrás, pueden volver a competir. Aunque sea con ellos mismos.

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Javier Arcas (Gedysa Comarcal) y Cristina García (Maracena) fueron los ganadores de esta XXXIII prueba de fondo 'Ciudad de Órgiva', parte del circuito 'Sabor Granada', con tiempos de 56 minutos y 21 segundos y una hora, trece minutos y 26 segundos, respectivamente. El antequerano fue el primer hombre en echarse a la carrera cuesta abajo desde la plaza García Moreno y ya nadie consiguió darle alcance, ni en la carrera ni en sus cronómetros. Sí tuvo que apretar algo más la granadina de Guájar-Faragüit, que cazó por el camino a la marchadora internacional Ainhoa Pinedo. Dedicó la victoria a su primo José, tristemente fallecido el 14 de mayo del pasado año.

Cristina García se besa con mascarilla con su marido Bienve Mancilla, también corredor. J. I. C.

Completaron los podios Víctor Torres (Universo Running, 56:51) y Emilio Almagro (Maracena, 59:10), en el masculino, y Carmen Palma (Maracena, 1:17:01) y Ainhoa Pinedo (1:17:48). La fiesta por el reencuentro entre competidores se llevaba por dentro y apenas se descorchó algo al final, con los refrescos y la charla. Por no haber, no había ni música; un impedimento para escuchar, en las salidas, al silbato que dirigía el tráfico cada quince segundos como en un campamento militar tras el pistoletazo inicial. Mientras avanzaban filas, los corredores se ponían al día, se hacían fotografías o recibían los últimos ánimos de sus seres queridos. Algunos, incluso, no se colocaron en sus puestos hasta ya iniciada la prueba.

Unos se lanzaron hacia abajo como halcones y otros contemporizaron desde el principio, pero todos acabaron dando el do de pecho ante la posibilidad de verse en las primeras posiciones, una motivación entre lo incierto al salir cada uno a una hora distinta, repartidos los 225 participantes en un cuarto de hora. Los hubo que alcanzaron la meta extenuados y se quedaron clavados en el suelo, invitados por los organizadores a despejar la zona para evitar cualquier tipo de aglomeración. Todo fue distinto. Ni siquiera el asador invitaba a zamparse un pollo como en otras ocasiones con su olor. Aun así, fue una fiesta del atletismo popular que se llevó por dentro. Quizás la más importante: la que indica que la normalidad está cada día más cerca.

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