Hasta las vacas animan en el 'Melocotón' de Guadix

Las victorias fueron para Víctor Manuel Torres (Universo Running) y Cristina García (Maracena). El corredor de Peligros consiguió un mejor tiempo de 1:14:50 que mejoró en un minuto y 35 segundos a Diego Enrique Valera (Bewor), con 1:16:25, por delante de Francisco Javier Fernández (Agustinos), con 1:17:31. En cuarta y quinta posición acabaron David González (Bewor), con 1:18:42; y José Miguel López (Barranco Alcázar), con 1:19:02. Cristina García, por su parte, fue la primera mujer en cruzar la línea de meta con una marca de 1:34:04, mejorando sus registros anteriores en Guadix, y nadie pudo batirla, gran candidata al título en la primera edición del circuito post-pandemia. Completaron el podio Inmaculada Toledo (Rincón Fertilidad), con 1:38:15; la marchadora internacional Ainhoa Pinedo, con 1:40:22; Carmen Sala, con 1:40:32; y Mari Carmen Palma (Maracena), con 1:40:52.

Los corredores disfrutaron de la belleza de Guadix en la primera parte del recorrido y luego del paso por pueblos como Purullena, donde los vecinos les aplaudieron uno por uno en sus visitas. Los apacibles primeros doce kilómetros tornaron sin embargo en un calvario lento a partir de entonces, con subida incesante hacia la Catedral con un fastidioso desvío previo y una última cuesta diabólica antes de regresar a la Plaza de la Constitución, desde donde partieron cuesta abajo y por tandas desde las diez de la mañana. Los hubo que superaron las dos horas y media en carrera para completar los 21 kilómetros.

Víctor Manuel Torres hizo el mejor tiempo y, sin embargo, ni fue el primero en atravesar la meta ni supo con certeza que era el ganador hasta que no comprobó la clasificación virtual y aguardó a otros candidatos. Circunstancias de las carreras en pandemia. «Ya estoy acostumbrado», bromeó luego. «Fui bastante bien durante los primeros kilómetros pero luego me fue costando más porque suelo hacer carreras de diez. Ver la Catedral a los veinte y que desvíen también se hace duro, aunque es una carrera bastante bonita», confesó. Es su tercera victoria del circuito tras las de Dúrcal y Alhama de Granada, aunque en esta se acordó de dos compañeros del club Bewor, Alberto Ruiz y David Carvajal, que le auxiliaron en un golpe de calor en Huéscar ya en los últimos metros.

Cristina García, por su parte, amaneció el domingo con la primera imagen de su sobrina Noelia -hija de Antonio y Verónica- en WhatsApp y pudo brindarle el triunfo unas horas después de su nacimiento, con recuerdo eterno también para su fallecido primo José. «La segunda parte de la carrera ya en cuesta se me hizo más pesada pero me costó menos que otros años, de hecho mejoré en tres minutos mi marca anterior. Estoy muy contenta. Siempre que vengo digo que no vuelvo, porque se hace muy dura, pero al final lo hago», describió la corredora del Maracena, agradecida por la temperatura y «un aire que refrescaba de vez en cuando». Adelantó a Inmaculada Toledo al tercer kilómetro y desde ahí corrió sola sin referencias, aunque con la amenaza del cronómetro de alguna rival que saliese más tarde: «Quería apretar pero no podía porque se me cargó un gemelo. En el último kilómetro pedí al santo –San Torcuato– que me diese una 'pataílla' hacia arriba porque no podía llegar».

Inmaculada Toledo no acabó primera, sino segunda, pero al atravesar la línea de meta se arrodilló y besó el suelo. No tardó en abrazarle su marido, Francisco Ortiz, testigo de su esfuerzo durante toda la semana para poder competir en condiciones en las carreras de los sábados y los domingos. «Es muy duro terminar de la carnicería a las diez de la noche y salir a entrenar», contó, emocionada por su buen registro, que no esperaba. «Tengo que dar las gracias a mi entrenador, Salvador Galeote, y a mi marido. Todo el esfuerzo merece la pena porque luego cuando corres sientes una satisfacción muy grande; si viviese de esto no lo saborearía igual», expuso, enamorada de un recorrido accitano que le encanta. «Es muy bonito, precioso. Otros años me quedé fuera de las listas, pero con la pandemia estoy pudiendo participar en todas las carreras. Siempre me suele costar la cuesta de Purullena, pero esta vez no se me hizo tan difícil; sí me costaron más los últimos kilómetros», reconoció, en común con el sentir general.

Aún con mascarillas en las salidas y las llegadas, el Gran Premio retoma el pulso. La participación se mantiene controlada, pero los corredores ven la luz. En el 'Melocotón' se pusieron a prueba, pero aplaudieron hasta las vacas.