Romaní sufre la celebración de Jorge Fernández, entre excentrales, Carreño y Rodríguez. Francis Cazorla
Voleibol

Unicaja Costa de Almería y el jugador del rendimiento ciego

Jorge Fernández pasa por ser un jugador esencial en el juego del equipo blanquiverde, un central a las órdenes de otro central de época como Carlos Carreño

Juanjo Aguilera

Almería

Domingo, 7 de enero 2024, 23:19

En voley se dice que un central no gana títulos, pero sí que gana partidos y al final esa continuidad en el rendimiento permite crecer ... al equipo. Por Unicaja Costa de Almería han pasado grandes centrales a lo largo de su historia, jugadores capaces de ganar partidos y de hacer funcionar al equipo demostrando ser jugadores de raza que incentivaron el rendimiento de quienes estaban a su lado.

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Sin chauvinismos ni visión localista, el Olimpo de los mejores centrales con los que ha contado la entidad blanquiverde tiene sitio para los almerienses Juanjo Salvador y Carlos Carreño. El pechinero estuvo cinco años en la que era la mejor liga del mundo, cuando el veto en la competición transalpina solo permitía dos extranjeros por equipo. Logró títulos y reconocimientos individuales. El ahora técnico ha aplicado su experiencia como jugador a esta fructífera etapa en los banquillos en la que aún no ha tocado techo.

Los Elgueta –acabó jugando por punta para ganar títulos por ser jugador de carisma–, David Smith –MVP en las dos últimas champions de las tres ganadas por Grupo Azoty ZAKSA Kędzierzyn-Koźle dice mucho–, Mike van de Goor –campeón olímpico con Países Bajos–, Phill Estherton –logró ser internacional con EEUU tras jugar en Unicaja—, David Kantor, Reinaldo Alves, Moisés Cézar o José Luis Moltó son ejemplos del 'idilio' entre el club y los jugadores de esta posición tan específica a lo largo de la historia.

Uno más para el Olimpo

Ahora entra de lleno en ese Olimpo el gallego Jorge Fernández. Sólo hay que ver su rendimiento en esta su tercera temporada en Unicaja Costa de Almería a donde llegó doce años después de que ya el equipo almeriense pretendiera hacerse con sus servicios, aunque prefirió jugar en Palma. Su 'retorno' fue esencial para ganar la última Superliga, hace dos temporadas, con gran aportación ante Guaguas Las Palmas, en semifinales, y Melilla, en la final –con aciertos continuos en ataque, saque y bloqueo–. Cada paso que ha dado tiene su momento y ahora está en Unicaja para hacer lo que hacen los centrales, ganar partidos por bloquear puntos importantes y encontrando la pieza perfecta para, en ataque, ser el 'amigo' de Renan Bertassoni. La labor de Jorge en defensa, se explica en el conocimiento que expone cuando el equipo contrario tiene a su mejor atacante de referencia, ahí es cuando más importante es el central, pues tienen que 'saber dónde está el juego' y llegar allí y, además, que su zona, la diagonal normalmente por ser la más amplia del campo, esté perfectamente cubierta.

El sábado ante Conectabalear Manacor fue otra exhibición 'ciega' de su valía. La defensa del equipo nace de la primera acción de ataque de cualquier equipo, el saque. No ha habido partido esta temporada en la que la acción con la que se pone un marcha un punto no tenga protagonismo el gallego. No estuvo notable en ataque, con 'sólo' un 40% de acierto. Pero los buenos centrales son los que hacen un buen trabajo en defensa y sus cinco bloqueos fueron para separar las 'rutas' por las que transitaban Unicaja Costa de Almería y Conectabalear Manacor. No hizo puntos de saque, pero sí es cierto que su saque provocó que el equipo de Alexis González tuviera que jugar con mucha bola separada. Ahí apareció en la red para impedir Coltyn Liu, Vitao o Romaní tuvieran camino limpio para anotar. Entre los tres cometieron 8 errores que fueron puntos a favor de Unicaja Costa de Almería, sufriendo además cinco bloqueos, por esa intención de arriesgar para tratar de salvar el trabajo en la red de Jorge Fernández, entre otros.

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Un rendimiento esencial

Es una constante en su rendimiento después de la disputa de las trece primeras jornadas en las que firma 79 puntos de ataque, con 3 errores y cinco acciones bloqueadas en ese mismo espacio de tiempo; 23 de bloqueo y 14 puntos de saque, aunque las cifras en este fundamento suelen esconder la incidencia de su juego en la recepción visitante que sufre y mucho cuando el gallego está en línea de nueve metros. Sólo acumula 19 fallos, lo que indica que está por encima de lo que se pide en alta competición, que puede ser un punto por cada tres o cuatro errores –depende de la exigencia del técnico–.

Por números, el partido disputado ante Cisneros Alter sea el más notable, pues firmó un 100% de eficiencia en ataque, con nueve puntos sobre nueve intentos, dos puntos de bloqueo y dos de saque con cuatro errores. Pero no desmerece lo hecho en otros partidos, casi siempre por encima del 50% de eficacia en ataque, con un 82% en Manacor, más del doble de la cifra del sábado, en la que firmó un 40%, su segundo peor registro, tras el 38% ante Pamesa Teruel. Pero en ambos días dio más de lo que erró. Ante el equipo manacorí, el sábado, hizo su mejor partido en bloqueo, con cinco puntos, con tres puntos de saque ante San Roque y Melilla.

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La injusticia de las cifras

Las cifras, de todas formas, suelen esconder el gran trabajo de un jugador que, con 34 años –cumplirá 35 en mayo–, tiene mucho que dar todavía. Además, trabajar con un 'cocinero antes que fraile', como Carlos Carreño, supone una ventaja de conocimientos. Charly, no hay que olvidar, puede que pase por ser el deportista que más experiencias acumula si se tienen en cuenta las cifras de partidos como jugador o, posteriormente, como entrenador, con importantes logros en ambas facetas.

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