Unicaja Costa de Almería intimida con la llegada de Alejandro Vigil, un central de altos vuelos
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Fichaje de gran prestigio internacional para el proyecto ahorrador de la 20/21, recuperando para la Superliga al 'gigante' asturiano, hambriento de títulos nacionalesMucho se ha hablado de la fuga de talentos en los más distintos ámbitos de la vida y de la economía de este país, ... siendo posiblemente el voleibol uno de los deportes que más lo han 'sufrido' en los pasados años. El caso de Alejandro Vigil (Siero –Asturias– 1 de febrero de 1993) es un claro ejemplo, especial, si se permite, pues incluso se inició profesionalmente fuera de las fronteras patrias, nada menos que en Italia, para conseguir, de entrada, todo un ascenso de la A2 a la A1. Natural del concejo de Siero, no es sólo asturiano, sino del corazón de Asturias, tierra de reconquistadores y simbólico emplazamiento para entender lo que hoy es España. Allí, donde incluso hay una población llamada como su apellido, el niño Alejandro fue reclamado por 'alto' y gracias al CV Siero se produjo un felicísimo encuentro que ha sido una historia de éxito. Palencia lo terminó de forjar, con Ricardo Maldonado siendo clave en su desarrollo durante su paso por la Permanente, brilló defendiendo a España en el Mundial Juvenil de Argentina, donde acabó siendo el máximo bloqueador, y ese brillo se proyectó fuera.
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Unicaja Costa de Almería lo recupera por fin para hacer una Superliga mucho mejor, competición en la que sólo ha disputado una temporada, en las filas del CV Teruel, precisamente la del triplete de los ahorradores, por lo que tiene la cuenta pendiente de levantar algún título en su propio país. Tras los dos años en el Vero Volley Monza, actual Allianz Powervolley Milano, y uno en tierras aragonesas, el asturiano 'regresó' a su aventura internacional a través del Greenyard Maaseik, de Bélgica, con el que jugó la Champions y ganó la Supercopa de ese país, volviendo a Italia a través de las filas del Pallavolo Aversa para una temporada y, finalmente, asentarse como un jugador consagrado en la prestigiosa liga francesa, a bordo del Narbonne Volley de Guillermo Falasca, desde donde llega tras dos campañas seguidas. Fijo en la selección desde siempre –ha participado con la selección dirigida por Fernando Muñoz en los dos últimos Campeonatos de Europa–, valiente para emprender proyectos, Unicaja Costa de Almería es algo que le motiva.
«Vengo con ganas»
«La propuesta del club y el resto de la plantilla me parecían interesantes, y la verdad es que vengo con ganas de hacer una buena temporada en España, y siempre está bien volver a tu propio país». Así lo dijo en el momento del anuncio de su fichaje por parte de la entidad ahorradora, estrella de la selección española y una carrera casi al completo forjada en el extranjero, con una imagen previa de su nueva casa que ha sido determinante para que tome la decisión de firmar. «Sé que es un club serio, en el que se trabaja muy bien y hay gente muy profesional, y por supuesto que esa es una de las motivaciones mayores de venir a Unicaja Costa de Almería». Ha sido el que, por ahora, tiene la 'culpa' de que no haya ganado ningún título español y no olvida ni aquel momento, «mentiría si dijera que no me importa –risas–», ni la cuenta que tiene pendiente consigo mismo, «por supuesto que me gustaría vivir el máximo de buenos momentos con este club». Los blanquiverdes ganaron las tres competiciones domésticas en la 2015/2016 con Vigil estando en todas las finales y Alejandro dijo querer repetirlo, ahora sí «estando en el lado campeón». De hecho, es muy escueto en objetivos. «Siempre ganar».
El central asturiano valoró muy altamente el grupo que se está conformando, conocidos la mayoría por su coincidencia en la selección española, con buen feeling y mucho en común, por lo que expuso esperar un ambiente de trabajo agradable y también exigente y fructífero. «Me parece una plantilla muy interesante, con muchos jugadores jóvenes y estoy seguro de que vamos a trabajar muy bien juntos», relató. Entre ellos, el jugador más alto de la Superliga de Voleibol Masculina hasta ahora, con el que compartirá ese título, ambos vestidos de blanquiverde y poniendo en bandeja el uso de 'torres gemelas' en algunos titulares. Jean Pascal Diedhiou y Alejandro Vigil, ambos con sus 210 centímetros, garantizan la altura en el muro central que, sin duda, intimidará a todo atacante. «En casi todos los clubes en los que he jugado ha habido jugadores muy altos, no es nuevo para mí; además, hemos jugado juntos el Campeonato de España Juvenil y nos conocemos bien», reconoció el central asturiano.
Tipo directo, parco en las palabras que utiliza para responder, lo tiene todo tan claro como para poder resumirlo muy brevemente y que se le entienda a la perfección. Al central le basta decir «creo que llego en un buen momento» para ilusionar a la gran familia blanquiverde, pero eso no le vale, sino que buscará convencer aun más a todos los 'convencidos' de que se trata de un grandísimo fichaje. «No sabría cómo definirme y en todo caso la mejor manera es con hechos, así que intentaré dar todo en la pista en cada momento, entregar lo máximo posible». Llega con 27 años y su cumpleaños lo podría celebrar con una Copa del Rey debajo del brazo, puesto que nació un día 11 de febrero, justo después de haberse disputado el 'torneo del KO' y ojalá que en medio de la competición europea. «Creo que disputarla es algo muy importante de cara a mejorar todos, como club y como jugadores, y siempre es bueno jugar contra los más fuertes de otros países». La Champions es, por tanto, motivación aparte.
En el plano personal, y siendo muy abierto con los demás, no poder desarrollar esa faceta de su personalidad es lo que más le ha costado en confinamiento. «Por suerte, donde vivo ha sido bastante tranquilo, nunca ha estado al nivel de Madrid y otros focos con situación muy mala y lo único es que estar en casa todo el tiempo, sin poder ver a amigos y demás, se hace bastante largo y pesado». Pasado esto, sí es optimista con un regreso casi inminente al trabajo y a los mejores ambientes del voleibol. «Al principio no va a haber normalidad absoluta, pero sí confío en que, con el transcurso del tiempo, podamos disfrutar de ese calor de la gente en el Moisés Ruiz, como siempre ha sido en Almería». Precisamente a su nueva afición se dirigió por primera vez, oficializado su fichaje. «Espero que sea una temporada bonita para todos y poder llevaros muchas alegrías a los que nos acompañéis en esta aventura; ¡vamos, verdes!». Suena bien salido de su ambición.
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