Brillo en una salida 'al galope' de Unicaja Almería y a curtir el grupo

La plantilla de Benfica es muy extensa, con 20 inscritos en el acta del partido al tratarse de un amistoso y todos de un nivel magnífico, los más experimentados y conocidos y los más jóvenes y de una enorme ambición. Entre los segundos está Pablo Natan, que presionó mucho desde su servicio y fue el mejor sacador, con tres puntos directos. Otra vez el máximo anotador, eso sí, fue 'Kukartsev, con 15 puntos en su haber, secundado por Juanmi González, muy protagonista en todas las fases del juego y con 14 tantos en su cuenta. En la cima de bloqueadores estuvo Fornés, con tres puntos, igualado por Violas, un colocador muy fuerte en la red, y por Honoré. Esas fueron las claves, saque y bloqueo, en los momentos álgidos.

Sufrió la recepción de Unicaja Costa de Almería ante la presión lisboeta, sin que se pudiera devolver la misma moneda. Tan solo se pudo sumar un punto directo, con la firma de Jiménez, y se concedieron 12 en errores. Se trata de la mitad de una cuenta general de 'concesiones' que otra vez se pudo controlar bien, excepto en el tercer set, que se cometieron diez. Continuando con la parte positiva, hay que añadir en su conjunto un primer set espectacular, un pulso que tuvo el dominio de los ahorradores siempre. A los insistentes tirones en el tanteo de los de Berenguel respondían los de Matz, pero sin llegar a ponerse por delante. El calco con el primer partido se rompió en eso, en la capacidad almeriense de saber controlar y de tener capacidad de matar.

Así, con un Miki Fornés imponiendo su ley en la red y un Juanmi González suelto y con la sonrisa pintada en la cara, Unicaja Costa de Almería salió como un relámpago a la cancha y se elevó el 0-4. Jorge Fernández fue el primero que dio el aviso de que se levantaba un muro, bloqueando el 0-1, dejando el testigo anotador al receptor onubense, aupado por un gran nivel defensivo. Benfica hizo lo que se espera de en equipazo, pero su reacción (5-5) no amilanó a los almerienses, de nuevo abriendo brecha y viendo que se esfumaba para insistir de nuevo en ello –de 5-8 a 9-9 y a 9-12 con tiempo local–. El 10-15 lo hizo Juanmi cazando una finta de Violas, todo con saque de Javier Jiménez, que se lució en pipe. El set lo cerró Kukartsev y la satisfacción de alcanzar un pico de rendimiento.

La segunda manga comenzó con tres errores seguidos de saque de Unicaja, a lo que no se 'sumó' el cuadro luso, sino todo lo contrario. Benfica elevó el riesgo más aun, presionando a la recepción con todos sus sacadores, siendo Japa el primero en ayudar a abrir brecha (7-4). Resultó imposible para Unicaja, en un bajón propio de la fase en la que se encuentra el equipo, alzar de nuevo el vuelo, pero lo más importante y gratificante, es que se intentó y pudo haber sido, de no ser porque se escaparon algunas ocasiones de recortar en la que se pudo echar en falta algo más de claridad. El calco respecto al primer partido siguió y los lusos se sacudieron el intento de reacción almeriense (18-12) a base de una gran contundencia. Jiménez anotó puntos casi imposibles, pero sin incidencia final.

Se empató con un 25-19 que, con todo, había dejado cosas buenas en la cuenta ahorradora, esa que se está sumando como camino a la temporada. En ella cabe añadir la buena lucha inicial del tercer set, aunque es cierto que perdida, en un intercambio de acciones en puntos largos que se pintaron con el rojo de Benfica (5-2). Los de Matz habían cogido la delantera y no la soltaron en ningún momento, por mucho que los de Berenguel insistían en llamar a la puerta, esta vez con Asensio ya en pista y anotando el 7-5 y el 8-6, ataque. El joven virgitano de nuevo hizo otro punto de bloqueo más adelante, pero el equipo local aprovechó el error almeriense y, tras romper el set (13-9), ahondó en la herida desde su saque para marcar una distancia muy considerable, sin bajar la intensidad (25-14).

Había que rehacerse, todos juntos, como se ha apuntado, o pasar mal rato. Hubo de las dos cosas, pues se comenzó con un intercambio de acciones de gran belleza plástica, Juanmi de vuelta tirando de calidad, y Asensio 'sin arrugas' pese a sus 18 años y el escenario en el que los presentaba.

Benfica cogió una renta de cinco con el binomio saque-bloqueo como aliado, como casi siempre en el encuentro, pero Unicaja no bajo ni los brazos ni la mirada, creyendo que era posible una remontada realmente complicada, con tres semanas de trabajo. De 16-8 se pasó a 16-12, apoyados en Kukartsev y Matz pidió un tiempo efectivo, pues los ahorradores, agotados, con solo dos cambios, no pudieron bajar la renta (25-20).