Los ojos detrás de 'Gran Hermano': «La frescura sigue estando, aunque desde otro lugar»
Responsables de la productora comparten los secretos confesables del casting del 'reality', que se estrenará pronto en Telecinco
J. Moreno
Lunes, 27 de octubre 2025, 00:01
Veinticinco años después del estreno de su primera edición en España, 'Gran Hermano' sigue siendo un espejo de la sociedad, una prueba de convivencia que ... evoluciona al ritmo de los tiempos. A las puertas de su próxima edición en Telecinco, el director general de la productora Zeppelin, Miguel Martín, y la directora de casting, Teresa Colomina, explican cómo ha cambiado la forma de elegir a los concursantes, qué buscan hoy en los participantes y cómo se enfrentan a los retos que imponen las redes sociales, la diversidad y la frescura ante las cámaras.
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«Tenemos aquí una representación de todo», asegura Miguel Martín al describir el proceso de selección, que recorrió las principales ciudades del país y finalizó en el Gran Teatro CaixaBank Príncipe Pío de Madrid, donde se concentraron unas 500 personas elegidas previamente a través del formulario 'online'. En los castings multitudinarios se presentan «desde jóvenes de 18 años hasta personas de 81», y aunque no todas las identidades y sensibilidades caben dentro de la casa ante las limitaciones de la casa, «sí representan un buen abanico de la sociedad». Para él, el programa es como «un plato cocinado con una serie de ingredientes», y cada concursante aporta un matiz distinto al resultado final.
Colomina coincide en que la clave está en que cada persona sea «buena para el programa y buena para el 'reality'». Según explica, no se trata de cumplir con cuotas ni de marcar «ticks» de representatividad, sino de encontrar a quienes logran conectar con la audiencia, un reto que cada vez parece más difícil aunque no imposible para los responsables del mítico formato en España. «Huimos de hacer el tic. Creemos que la gente que tiene que entrar en 'Gran Hermano' es un reflejo de la sociedad, y si es buena, va a entrar, independientemente de cualquier cosa», explica. «Lo más importante es que cuando enciendas la tele te den ganas de ver a esa persona. Sin eso no hay entretenimiento», añade, por su parte, el director general de la productora.
Nuevos tiempos, nuevos criterios
La sociedad ha cambiado radicalmente desde aquel lejano 2000 en el que se estrenó el primer 'Gran Hermano', y con ella también los criterios de selección. Ha cambiado la televisión y la sensibilidad de la audiencia. Todo ha evolucionado. «Si comparamos el primer programa que se emitió con el primero de esta temporada, no se parecerían ni en duración ni en estructura. Es otra forma de narrar, otra forma de consumir televisión», expone Martín. También se ha ido adaptando a los tiempos el propio equipo de casting: «Nosotros también somos parte del cambio. Salimos, entramos, vivimos en la misma sociedad que los concursantes, y nuestros gustos y criterios también son actuales» Su equipo, afirma, es tan diverso como el casting que buscan. «En el mío hay desde gente muy joven, que se incorporaron el año pasado, hasta profesionales que estuvieron en la primera edición de 'Gran Hermano'», apunta.
Entre los miles de aspirantes hay muchas caras conocidas. Personas anónimas que se han ido presentando a los castings todos estos años, pero que fueron rechazados. «Ahí hay gente que parecía una reunión de antiguos alumnos», bromea Martín. «Si no te escogemos un año, no significa que no valgas para entrar. A veces simplemente el guiso final no te incluye, pero puedes volver y seguir resultando interesante», justifica.
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Frescura en la era de las redes
Las últimas ediciones del 'reality' de Telecinco se enfrentan a las redes sociales; un elemento que tienen en cuenta los responsables del programa, pero que no es determinante. «Son una realidad, una parte más de cada uno de nosotros», explica Martín. Sin embargo, aclara que no hay búsqueda directa de concursantes como ocurre en otros formatos similares: «Podemos mirarlas un poco, pero nos apoyamos más en nuestro propio sistema de selección», alega. «El 'stalkeo' te viene muy bien para los novios y para los candidatos», bromea Colomina.
Una de las preocupaciones clásicas del público es si los concursantes de hoy, más conocedores del formato, han perdido la espontaneidad de los primeros años porque ya se saben los 'trucos' del formato. «La frescura sigue estando, aunque desde otro lugar. Hay gente que conoce el formato al dedillo y sigue siendo impredecible», apostilla el máximo responsable de Zeppelin, algo en lo que la directora de casting coincide: «Puedes entrar con una estrategia o con todo aprendido, pero enseguida te olvidas de que hay cámaras». Entrar en una casa para convivir con gente que no conoces, insisten, te rompe todos los esquemas que puedas traer desde fuera.
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El proceso de selección de 'Gran Hermano' es largo y minucioso. Miles de solicitudes se filtran mediante diversas fases, y entre ellas, las pruebas psicológicas y médicas ocupan un lugar central. «La salud mental de los concursantes, igual que la física, es una prioridad absoluta», afirma Martín. El equipo del programa cuenta con psicólogos y médicos que evalúan a los aspirantes y con profesionales veteranos en el casting «que tienen mucho olfato y práctica». Aun así, admite que «se te puede colar alguien, pero no es lo normal». «Y ante la duda, pasamos a otro candidato. Tenemos muchos», afirma.
Y es que seguramente no haya fórmula mágica para un casting del 'reality' más conocido de la pequeña pantalla, donde todo puede pasar. «Los primeros sorprendidos tenemos que ser nosotros. Cuando Teresa y su equipo vienen corriendo a decirnos: 'Tienes que ver esto, porque es una fantasía', y ves el vídeo y efectivamente lo es, ahí empieza todo», indica Martín. Veinticinco años después, 'Gran Hermano' continúa siendo un reflejo de la sociedad, pero también una radiografía de sus cambios. Para la próxima edición, además, habrá un cambio muy relevante: la casa abandona el pueblo madrileño de Guadalix de la Sierra para trasladarse a Tres Cantos. Una renovación estética que dará un nuevo impulso a la 'telerrealidad'.
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