A mitad de 'Noticias del Gran Mundo', un jovenzuelo en busca de una vocación le dice algo así al capitán Jefferson Kyle Kidd: « ... No sabía que contar historias pudiera ser un trabajo». Poco después, el chaval se queda clavado en un cruce de caminos, mientras el carruaje se aleja por el horizonte en busca de nuevas aventuras. Descubrir lo que quieres ser es la más bonita de las maldiciones. Un contrato invisible que te ata, te confina y te compromete con una idea que, quizás, nunca llegues a alcanzar. Pero al menos sabrás cuál es el camino.
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Paul Greengrass (responsable de la trilogía de Bourne o 'Capitán Phillip') dirige una película que merecía dos horas en una butaca de cine. Un western precioso y repleto de sensaciones que brilla con luz propia en el catálogo de Netflix. Y puede que el gran culpable sea Tom Hanks, alguien que sigue creciendo como si renovara, papel tras papel, el deseo que pidió siendo un niño, en la feria de la vida.
Hanks es el capitán Kidd, un viejo soldado que recorre Estados Unidos cargado de periódicos. ¿Su trabajo? Reunir a los vecinos de los pueblos más perdidos del viejo Oeste para leerles las noticias del nuevo mundo. En uno de sus viajes se encuentra con Johanna, una niña alemana criada con los indios que no tiene lugar al que volver ni palabras que usar.
«Tom Hanks, alguien que sigue creciendo como si renovara, papel tras papel, el deseo que pidió siendo un niño, en la feria de la vida»
Cuando el carruaje se marcha, a mitad de la película, me quedé pensando en ese jovenzuelo fascinado con las historias. Le imaginé pisando como nunca antes lo había hecho, decidido y seguro, en busca de un rincón donde hubiera una persona que quisiera escucharle contar una historia. Qué suerte saberte en el camino.
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