Una de las salas de la muestra, en cartel hasta el 25 de enero Francis Tsang
Arte

El Thyssen tira del hilo secreto que conecta a Pollock y Warhol

Explora el nexo entre dos creadores que desafiaron el canon artístico desde el expresionismo abstracto y la figuración pop / «Warhol fue víctima de la imagen de rubia tonta que él mismo cultivó como una máscara», asegura Guillermo Solana

Domingo, 26 de octubre 2025, 00:09

Jackson Pollock (1912-1956) y Andy Warhol (1928-1987) son figuras cruciales del arte del siglo XX. Santones del expresionismo abstracto y del arte pop, ... se movieron en territorios plásticos en apariencia dispares. Nunca se conocieron, pero sus obras están unidas por sutiles hilos. De ellos tira el Museo Thyssen-Bornemisza, que hasta el 25 de enero presenta 'Warhol, Pollock y otros espacios americanos', una exposición que confronta sus universos y trae por primera vez a España una docena de obras de Pollock.

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«Warholpollock podría titularse esta muestra», bromea su comisaria Estrella de Diego, catedrática y académica que actúa como una 'doctora Frankenstein' del arte 'cosiendo' las obras de dos creadores que desafiaron los cánones. Dos figuras «extraordinariamente complejas, en apariencia muy distintas, pero unidas por su preocupación por los cambios en la tradición pictórica, lo espacial y el uso de los grandes formatos».

Un espectador contempla el 'Un solo Elvis' (1964), de Andy Warhol. M. Lorenci

Con obras tempranas, la exposición muestra cómo Pollock, el titán del 'dripping' y los 'manchurrones', «no fue siempre un maestro abstracto». A la vez, revela a «otro Warhol con muchas capas y más complejo que el artista de los temas banales, de la cultura de masas y seducido por el dinero». «Cada uno vivió la historia dramática que se le impuso, pero ambos se vieron forzados a desempeñar el papel que la historia les asignó, aunque no fuera el que ellos deseaban», resume De Diego.

'Marrón y plata I'. Jackson Pollock. Esmalte y pintura plateada sobre lienzo (H. 1951) Museo Thyssen-Bornemisza

«Warhol fue víctima de la imagen de rubia tonta que él mismo cultivó como una máscara», apunta Guillermo Solana, director artístico del Thyssen. «Fue banalizado por su enorme fama», añade, algo que la muestra trata de revertir. «Presentamos un Warhol distinto: un artista mucho más profundo e intelectual de lo que podría imaginarse a primera vista», explica Solana. Un Warhol que, sin perder su carácter figurativo, tiene una mirada «tremendamente inteligente, irónica y a veces incluso perversa», en palabras de la comisaria.

A caballo entre lo abstracto y lo figurativo, «cada uno abordó el concepto de espacio a través de las repeticiones, la serialidad y su uso como lugar de ocultamiento», añade De Diego. «Trastocaron la noción de fondo y figura, desarrollando un proyecto que, en sus propias estrategias pictóricas, tenía algo de camuflaje», resume.

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'Number 27', de Jackson Pollock (1950. Detalle). Fundación Pollock-Krasner

«Los dos no están en el mismo nivel: Warhol mira a Pollock y utiliza intuiciones que Pollock adelantó», precisa Solana, para quien la exposición «desafía el canon de la historia del arte e invita a cuestionarlo». Durante décadas, se les ha presentado como polos opuestos -Pollock, lo abstracto; Warhol, lo figurativo-, y frente a ello la muestra propone «un esquema binario» que revela cómo Pollock construye su obra sobre la «tachadura de lo figurativo», mientras Warhol explora una «dimensión pictórica abstracta» perceptible en sus mosaicos fotográficos.

'Coca-Cola' [2] (1961), de Andy Warhol. Fundación Andy Warhol

De Diego subraya que, aunque ambos vivieron en «Américas distintas, ni Pollock fue solo abstracto ni Warhol únicamente figurativo». Para ella, «el espacio» actúa como el territorio intermedio y el verdadero nexo entre los dos artistas. Cita como ejemplo las archiconocidas latas de Coca-Cola de Warhol, «que flotan en un espacio ambiguo y pictórico».

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Madeja plástica

La exposición reúne más de cien obras, muchas nunca vistas en España, procedentes de una treintena de instituciones europeas y estadounidenses. Junto a Pollock y Warhol, figuran otros artistas 'enredados' en la misma madeja: Robert Rauschenberg, Lee Krasner, Helen Frankenthaler, Marisol Escobar, Sol LeWitt, Cy Twombly y Mark Rothko. La imponente tela 'Sin título (Verde sobre morado)', el Rothko de la colección Thyssen, dialoga con una serie abstracta de un Warhol misterioso y expresionista en la sala 'El espacio como metafísica'.

Un espectador ante 'Sin título (Verde sobre morado)' (1961) de Mark Rothko. M. Lorenci

«Es la gran exposición del otoño en el Thyssen», destaca Solana, que la considera «uno de los proyectos más importantes que hemos acometido en mucho tiempo». «Reunir doce obras de Pollock es excepcional», dice, ya que el artista nunca había tenido una monográfica en España. Solo el Thyssen posee un Pollock en su colección permanente, una pieza de 1951 adquirida a comienzos de los sesenta, «cuando su reputación aún no era absoluta», recuerda el director artístico.

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