Luis Javier Sánchez, con algunos de los títeres que integran la exposición. Pepe Marín

El taller perdido de los títeres de Granada revive durante 15 días

Hasta el día 28, el vestíbulo de la Escuela de Arte acoge en una exposición el recuerdo de una iniciativa única en la historia de España

Miércoles, 19 de abril 2023, 00:16

Hubo un taller de construcción de títeres en Granada durante 25 años. Un taller irrepetible en la historia, porque fue el único oficial y reglado ... que ha existido en nuestro país. Un taller, por cierto, que la maraña administrativa engulló sin piedad allá por los inicios de este siglo XXI. Pero eso es otra historia. La que hoy nos ocupa es que desde el pasado jueves 13 hasta el próximo día 28, el vestíbulo de la Escuela de Arte, en la céntrica calle Gracia, abre sus puertas para acoger la exposición 'Marionetas. Historia de un taller', que no es sino el testimonio palpable de la existencia de un patrimonio que Granada nunca debería dejar que se perdiera.

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Tal y como afirma el que fuera único maestro de títeres de ese taller, hoy jubilado, el granadino Luis Javier Sánchez, fue allá por 1981 cuando se empezó a gestar la iniciativa, tras el éxito de las representaciones de 'Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores' y de 'Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín', a partir de los textos lorquianos, a cargo de un grupo de entusiastas del títere que quisieron rendir homenaje a Hermenegildo Lanz en 1978, siendo director de la entonces Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos José Salazar García. Entre los miembros de aquel grupo estaba el propio nieto de Hermenegildo, Enrique, Fabiola Garrido, José Antonio Salazar, Jacinto Gutiérrez, Maruja Gutiérrez, Antonio Serrano, Eulalia Ariza y el propio Sánchez.

El Ministerio de Educación y Ciencia decidió entonces implantar en la Escuela la especialidad de Construcción de Marionetas, única titulación oficial y pública que ha existido en España hasta 2004, fecha en la que quedó a la espera de la publicación de un Ciclo Formativo que renovara la oferta y continuara con sus enseñanzas, algo que 19 años después no se ha producido. El modelo inicial de aquel aprendizaje fue Totolín, la conocida marioneta creada por Hermenegildo Lanz, a partir de la cual fue incrementándose el repertorio, desde el pequeño al mediano e incluso al gran formato.

Teresa Rancaño y Luis Javier Sánchez, con creaciones del taller. Pepe Marín

«Lo mejor que tuvo aquel taller», dice Luis Javier Sánchez, «fue su condición de aglutinador de las distintas disciplinas que se impartían en la Escuela en aquel momento. Los talleres de Ebanistería, Forja, Vaciado, Volumen y Dorado se volcaron en la creación de una serie de 27 marionetas de hilo de puente único –que sitúan al manipulador un metro y medio por encima del escenario–, y tres escenarios policromados que dieron lugar al primer gran montaje del taller, 'Doña Rosita la soltera', de Lorca, que se representó en Granada y en Francia. .

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Durante los 25 años en los que desarrolló su labor docente, el Taller de Marionetas, dirigido por Sánchez, se convirtió en un referente de formación y contribución al mundo de la cultura granadina, destacando su colaboración con instituciones como el Ayuntamiento de Granada, el Archivo Manuel de Falla, la Orquesta Ciudad de Granada, el Teatro Alhambra y diferentes grupos de teatro de Granada. Podemos decir, sin lugar a dudas, que este taller ahora desaparecido tiene mucha culpa del lugar de privilegio que hoy ocupan las compañías de títere granadinas en el contexto nacional, ya que, más allá de convertirse en un punto de encuentro técnico, constituyó un auténtico catalizador a la hora de crear la afición por esta modalidad teatral.

Formación

Durante ese cuarto de siglo, como recuerdan los profesores Luis Javier Sánchez y Teresa Rancaño, se desarrolló un arduo trabajo de formación para la construcción de títeres de hilo, de varillas, de mano, sombras... Y al mismo tiempo, se crearon montajes tan espectaculares como 'La verdadera historia de Cobiño, el rapaz padronés que casó con sirena de la mar', de Camilo José Cela, que reunió varias técnicas: títeres de hilo, manipulación directa, gomaespuma, sombras, figura humana... y que se representó en el Festival Internacional de Títeres de Sevilla, y luego, el primer acto de 'La vida breve' o 'El retablo de Maese Pedro', por encargo de la Fundación Archivo Manuel de Falla y la Orquesta Ciudad de Granada. A partir de aquel germen de profesionales, aseguran ambos, aparecieron compañías hoy tan exitosas como Etcétera, Titiritrán o Kaos Teatro. «También formamos a muchos profesionales vinculados a distintos oficios teatrales, como la regiduría, la escenografía o diversas facetas técnicas», señala Sánchez.

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La muestra incluye fotografías de los procesos creativos. P. M.

El salón de actos de la Escuela, rememora Rancaño, «fue el escenario donde se pudieron ver algunas de las producciones pioneras que abrieron la puerta al desarrollo del teatro de títeres, como 'Trans' de Etcétera, 'Sipnosis', montajes de Alejandro Corral o Kaos...». Rancaño se incorporó al equipo junto a José Francisco Corrales, y el taller fue creciendo en posibilidades. Nunca fue una enseñanza multitudinaria, pero más de medio millar de alumnos pasaron por sus aulas. Precisamente, el inicio del fin fue el montaje de 'El retablo', que tras su estreno en Granada, giró por varios teatros españoles e inauguró los actos del quinto centenario de la publicación de 'El Quijote' con una representación en el Howard Gilman Opera House de Nueva York. Cuatro años después, desapareció el taller, pero esta exposición recuerda una época feliz.

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