Así suena la percusión de la OCG en Granada

El espectáculo es heredero de otros que en las últimas dos décadas han formado parte de la historia de la OCG, como 'Tike taiko...tam tam' (2008) o 'Once upon a time... Un mundo de percusión' (2014). La contagiosa musicalidad de los instrumentos de esta familia se pone de manifiesto una vez más en esta propuesta de casi una hora de duración, que incluye melodías africanas como 'Akadinda', 'Ritmo' o 'Atia de menye', tradicionales de ese continente;'Omphalo centric lecture' del australiano Nigel Westlake; 'Batucada & Cadé O timbau', tradicional brasileña; 'Marching drum: three camps' (tradicional norteamericana; 'Four leaf clover', de Moore, y 'Jazz: Birdland', de Joe Zawinul; 'Rain tree', de Toru Takemitsu; 'Dimorphie', de Yoshihisa Taira, y 'Flamenco, pa' empezá y pa' terminá', de Juanjo Guillem. Un amplio espectro sonoro que culmina con una invitación 'hiphopera' coreando el 'Seven nation army' de The White Stripes.

Más allá de lo estrictamente musical, la sinergia con la compañía granadina de teatro Zen del Sur ofrece momentos con acrobacias de rueda cyr –un aro gigante con muchas posibilidades estéticas, lo comprobará quien acuda al espectáculo– a cargo de Carlos López, y una curiosa mezcla del baile flamenco más canónico conjugado con las clásicas boleadoras argentinas a cargo de de Noemí Pareja, cuya versatilidad en escena la transforma en guitarrista en un momento determinado. El elenco lo completan Pedro Berbel y Carolina Alcaraz.

Como afirman los percusionistas de la Orquesta Ciudad de Granada, Jaume Esteve y Noelia Arco, quizá el éxito de este espectáculo radique precisamente en la adecuada combinación de música, danza y circo, aderezada por una iluminación y planteamiento sonoro –a cargo de Cheluís Salmerón– que acentúa la naturaleza urbana del resultado. «Para los jóvenes a quienes va dirigido y las familias», asegura Arco, «es una muy buena forma de acercarse a una familia orquestal que quizá no brille tanto como otras en los programas de temporada».

Su compañero Esteve subraya la longevidad del ahora llamado 'Ritmo... +Ritmo': «Es un montaje de alta calidad, con un repertorio en el que hacemos un recorrido por la percusión en las cuatro esquinas del mundo. Incluye desde música tradicional africana a la que se puede programar en cualquier sala de conciertos europea para cuartetos o grupos de percusión». El instrumentista destaca también las posibilidades que ofrece el flamenco desde el punto de vista expresivo. «La capacidad de ensamblarnos es la que hace al público percibir este espectáculo como una unidad, más allá del origen variado de las composiciones. Y en esto, la capacidad artística de Carlos y Noemí es clave».

En 'Ritmo...+Ritmo' no solo hay timbales, marimbas, bombos y cajas. El universo sonoro de la percusión se traslada al ámbito urbano a través de la utilización de bidones de desecho y contenedores con tapa vertical, que se usan a lo largo de varios números. En una disposición escénica en estratos, los músicos se van moviendo desde su entrada en formación combo hasta la ordenación cuasi canónica de una plantilla orquestal. En la parte del concierto dedicada a África, por el escenario aparecen instrumentos como el djembé o la dumdumba, y en la dedicada a Asia, entran los imprescindibles gongs. «La percusión une la tradición musical de cualquier lugar del mundo con cualquier otro. Puede que no haya instrumentos de viento o cuerda, pero instrumentos de percusión siempre hay», matiza Jaume Esteve.

El percusionista de la OCG afirma que programas como este «pueden parecer una apuesta arriesgada, pero el resultado se palpa en los aplausos del público. Miguel Ángel Ortiz, alumno de primer curso de ESO –clase C– en el IES Mariana Pineda lo definió a su manera: «Esto es divertidísimo, alucinante». Quizá se trate también de eso.