Una sesión de yoga con vistas a la Catedral de Granada
La ciudad celebra el día internacional de esta practica con un evento especial en la Plaza de las Pasiegas que incluyó meditación y danza de Bollywood
Sara Bárcena
Viernes, 16 de junio 2023, 00:13
Cerca de cien personas tiradas en el suelo de la Plaza de las Pasiegas no es algo que se vea todos los días. Este jueves, ... la imagen era para enmarcar. Con su mat –o esterilla– y su botella de agua, esperaban pacientes mientras una música oriental sonaba por los altavoces y envolvía el ambiente. Unos charlaban, otros estiraban… Y tan solo unos pocos, más observadores, se dedicaban a disfrutar, desde la mejor perspectiva posible, de la belleza de la Catedral de Granada.
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Eran las siete y media de la tarde y no cabía un alfiler, pero todavía seguía apareciendo algún rezagado intentando hacerse un hueco. Cada vez quedaba menos. Granadinas y granadinos se disponían a disfrutar de la sesión de yoga más singular de la capital nazarí. Así celebraba la ciudad el Día Internacional del Yoga, con un evento muy especial organizado por la Academia de Yoga & Dharma en colaboración con el Ayuntamiento de Granada y la Embajada de la India en España.
Jóvenes y mayores realizaron diversas asanas o posturas: el triángulo, el árbol, la cobra, el guerrero…
Poco antes de las ocho, en las Pasiegas empezó a retumbar un tambor, seguido de la delicada melodía de un violín, un teclado y un saxofón. Juntos parecían hacer magia. Era parte del ritual, la ceremonia de inicio. «Juntad las manos. Cerrad los ojos. La intención es traer la bendición de todo ese conocimiento a este lugar para que nos bendiga a todos», explicó a los asistentes una mujer miembro de la Academia de Yoga & Dharma. Frente a ellos, en las escaleras de la plaza, un público cada vez más numeroso asistía con atención, expectante. Entonces, la academia se dirigió al representante de la Embajada de India en España y le hizo entrega de un detalle de la ciudad de Granada. «Son unos dulces de Puerta Bernina, elaborados en Santa Fe, típicos de aquí, para que os llevéis un trocito de nuestra tierra», apuntó la mujer.
Una danza sagrada
A continuación, una bailarina que estuvo 25 años formándose en la India, subió al escenario vestida con las ropas típicas del país en el que se dice que nació el yoga. Una cadera, la otra, las manos… Era una demostración de la danza sagrada, que busca la unión de Shiba y Shakti, las dos formas de la conciencia en esta cultura milenaria.
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Poco después, jóvenes, mayores e incluso niños se pusieron de pie y se sumergieron en la clase guiada de asanas. Lo primero, relajarse y controlar la respiración. Así, diversas posturas propias de esta práctica se fueron sucediendo. El triángulo, el árbol, el guerrero, la cobra… «Inhala, exhala…», se oía por los altavoces. Tumbados boca arriba, dieron por finalizada la clase.
Sin embargo, el evento no había llegado a su fin. Unos minutos de meditación sirvieron a los presentes para «despojarse de sus preocupaciones y pensar en positivo». Dicho y hecho. Energías liberadas. En las Pasiegas reinaba la calma.
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Hasta que llegó el momento más emocionante: baile de Bollywood guiado. Porque qué mejor que despedir al sol moviendo el cuerpo. Los últimos resquicios iluminaban los puntos más altos de la Catedral. Granada había cumplido. El Día Internacional del Yoga había sido todo un éxito.
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