José Manuel Ruiz y Rosaura Álvarez, en un momento del acto. PEPE MARÍN

Rosaura Álvarez conecta con Calderón en su nuevo poemario 'Una sombra, una ficción'

La autora, una de las decanas del mundo literario granadino, mostró sus nuevos versos en el Centro Lorca en la tarde de ayer

Jueves, 1 de mayo 2025, 00:06

La poeta granadina Rosaura Álvarez (1945) es una de las voces más oídas del panorama literario. Su autoridad le viene dada por una trayectoria impecable, ... aunque tardía en su periplo vital, en la que brillan volúmenes como 'Hablo y anochece' (1986), 'El vino de las horas' (1998) e 'Intimidades' (2001). En la tarde de ayer, mostró ante un numeroso público en la Sala Talleres del Centro Lorca su más reciente poemario 'Una sombra, una ficción', publicado este año pro la Fundación Jorge Guillén. El libro está dividido en cuatro partes, 'Frontis', 'Sombras', 'Soledades' y 'De consolatione', y a lo largo de él transitan varias épocas de su creación. En el acto le acompañaron numerosos autores y profesores, como Antonio Carvajal, Andrés Soria, Antonio Sánchez Trigueros, Juan Varo y Jesús Amaya, entre otros. El profesor de la Universidad de Granada, José Manuel Ruiz Martínez, hizo las labores de presentación.

Publicidad

Como introducción, la propia autora leyó un texto en el que resumió, en cierta medida, su poética. «La palabra escrita es un don que guarda la historia», dijo, para asegurar a renglón seguido que es una voz que se alza más allá del aliento. Hizo hincapié en la pervivencia de la palabra poética, citando a Juan Ramón Jiménez y sus versos: «Y yo me iré, y quedarán los pájaros cantando», y a Quevedo con su «Polvo serán, mas polvo enamorado». «Estas son palabras que permanecerán por los siglos de los siglos. Quevedo es polvo ya, aunque sea polvo enamorado, y la luz que emitía ya es ceniza. Pero no importa que nadie sepa de Quevedo, porque su escritura quedará en los libros interrogándonos. Esto es algo feliz y a la par desgarrador. Ahogar la fuente viva donde habitaba la belleza, la ternura sin orillas... En resumen, el pálpito del ser humano será ceniza. Y aquellas migajas, versos escritos con esfuerzo, pálido reflejo de lo que en su pecho ardía, serán recuerdo», dijo Álvarez.

Objetos

La poeta hizo hincapié en el proceso creativo del verso, ese tremor infinito de un hombre o una mujer que se hace objeto, perpetuado en un escrito, comúnmente un libro, que no será tal hasta ser leído. «La poesía es un arte, y todo arte, tiene unas leyes. La pintura, la arquitectura, la música… Todas las tienen. La poesía nació para ser cantada, y al igual que el canto, necesita medida, no sólo para decir cosas hermosas», dijo, rodeada de maestros de Métrica como ella misma, José Manuel Ruiz y Antonio Carvajal, quien sorprendió a todos leyendo un poema especial. Tras hacerlo, espetó a la poeta: «Date por contenta de lo mucho que has vivido, y lo mucho que te queda por vivir». Incidió la autora a continuación en la importancia del verso canónico: «Con la palabra sin más se pueden decir verdades hondas y bellas. Pero no es poesía; podrá ser prosa lírica. La poesía necesita de leyes armónicas que han tardado siglos en construirse. Como dijo Vicente Aleixandre, en poesía, lo que no está bien dicho, no está dicho».

El profesor Ruiz recordó su larga relación con la autora. «Son muchos años de amistad, de disfrutar juntos de la poesía, la vida y la música. Para mí es una satisfacción presentar este libro, que en mi opinión es uno de los mejores poemarios de Rosaura, el mejor junto 'Alter ego'. Que el libro más reciente esté entre los mejores es una buena cosa, para no estar recordando siempre lo bueno que era ese escrito hace tiempo», dijo con humor. En el turno de intervenciones, se leyeron algunos poemas de 'Una sombra, una ficción', en ocasiones, a cargo de sus dedicatarios. Fue un merecido homenaje a una voz profunda.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad